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¿Cómo afectan las vacaciones de verano a tus inversiones? Aprovecha esta anomalía

¿Cómo afectan las vacaciones de verano a tus inversiones? Aprovecha esta anomalía

La estacionalidad afecta a los mercados de valores, al igual que sucede con muchos otros sectores de la economía.

Si buscas información sobre este tema es posible que encuentres muchos artículos de opinión, blogs y entrevistas a expertos en los que se repite la pregunta: ¿debo vender mis acciones o participaciones en verano?

¿Por qué se hacen a sí mismos esta pregunta los expertos?

Es sencillo, durante todo el trimestre de verano (junio, julio y especialmente agosto) los mercados experimentan históricamente momentos de estancamiento o incluso involución donde los principales índices pierden valor o lo mantienen en el mejor de los casos.

La razón es más obvia de lo que puedas pensar. El mercado de valores en esencia se basa en la ley de la oferta y la demanda; si el valor de una acción crece es porque hay muchos inversores dispuestos a comprarla, y pocos dispuestos a venderla, por lo que su valor aumenta. Su valor disminuye si se produce el proceso inverso (hay muchos inversores que desean vender, y pocos dispuestos a comprar).

Lo que sucede en el trimestre veraniego es que se produce una caída en la actividad de las principales bolsas mundiales (Nueva York, Tokio, Londres, NASDAQ, Euronext o Hong Kong por citar algunos ejemplos) como consecuencia del calendario occidental donde la mayor parte de las personas utilizan este periodo para desconectar.

Al haber mucho menos tráfico, hay menos órdenes tanto de compra como de venta y eso genera el estancamiento y las caídas que vemos año tras año en los principales índices (también ocurre por ejemplo en el mercado inmobiliario, ya que si nadie quiere comprar ni vender el valor de la vivienda no puede subir). 

Esto quiere decir que tenemos casi garantizado que en el periodo veraniego comprar acciones o participaciones significa comprar en un periodo de estancamiento.

Por este motivo, la pregunta no debe ser "¿Debo vender mis acciones en verano?". La pregunta debería ser: "¿Tienes algún motivo para no comprar más?"

Y aquí quiero aprovechar para descubrirte uno de los grandes secretos de la inversión: A diferencia de lo que piensa la gente, ganas cuando compras, no cuando vendes.

Comprar a buen precio un activo te garantiza que vas a tener muchas posibilidades de revenderlo en un futuro por un valor superior al importe que tú destinaste en su día para comprarlo. El beneficio lo percibes al vender, pero realmente lo generaste al comprar, ya que el hecho de haber comprado a buen precio es lo que te ha permitido vender después con margen de beneficio.

Por esa razón, en verano debes aprovechar esta situación para aumentar tu exposición y comprar más (ya sean fondos, índices o acciones concretas de una compañía). Es casi el único momento del año en que puedes predecir con cierta exactitud lo que va a hacer el mercado: ¡Aprovéchalo!

Mientras los inversores se van de vacaciones, es el momento para sacarle partido y rentabilidad a tus ahorros.

Así, en ese periodo, aunque tú también te vayas de vacaciones y no trabajes, tu ahorro seguirá trabajando por ti.

Por Adrián Viturro, director de inversiones de Inversimply


 

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