EL CRECIMIENTO SE IMPONDRÁ A LA GEOPOLÍTICA

EL CRECIMIENTO SE IMPONDRÁ A LA GEOPOLÍTICA

En el mundo que nos toca vivir, totalmente interconectado y globalizado, es totalmente normal que las determinaciones políticas de los diferentes territorios tengan efectos más allá de sus fronteras, lo que acarrea que el agente de la geopolítica sea un gran determinante cuando hablamos del funcionamiento de los mercados financieros mundiales. Sin embargo, hay que tener en cuenta, todos los conceptos geográficos se disgregan hoy en día debido al gran alcance que tiene la información, así como la enorme red que las relaciones comerciales han creado, con el objetivo de que cada una de las decisiones que se tomen en cada parte del mundo, está conexionada con las demás y puede tener consecuencias entre ellas.

La convergencia entre economías emergentes y desarrolladas es cada vez más grande, haciendo que la dependencia entre ambas se sienta de forma recíproca, aportando a la  descentralización del poder político y económico.    

 

 En la actualidad, podemos afirmar que la guerra en Ucrania ha afectado a todos los rincones del mundo.

 

El conflicto asesta a la economía un gran golpe que ha acarreado a un freno en seco del crecimiento, y una fuerte subida de los precios.  

Los efectos se transmiten por tres canales principales.

 En primer lugar, Los productos básicos, haciendo alusión a la energía o la comida, poseen unos precios más altos debido a la inflación, lo cual hará que los ingresos bajen y que baje la demanda.

En segundo lugar, los países de alrededor tendrán que enfrentarse a problemas dentro del comercio, a las cadenas de suministro, y además, a una subida importante de los flujos de refugiados.  

En el último lugar, la confianza de las compañías y la inseguridad de los inversores se verán reflejados en los precios de los productos y servicios, endureciendo así las condiciones de las finanzas, y producir así las salidas de los capitales de las economías emergentes.

Tanto Ucrania como Rusia son imprescindibles productores de productos y servicios, y las alteraciones han acarreado una gran subida de los precios alrededor de todo el mundo, (sobre todo del gas natural y el petróleo). Por ejemplo, el trigo, del cual estos países exportan un 30% a nivel internacional, ha alcanzado durante la guerra niveles históricos.

Además de todas las consecuencias, los países ricos en comercio, turismo y finanzas se ven afectados con presiones adicionales. Las economías que necesitan las importaciones de petróleo registrarán unos descubiertos fiscales y una gran subida de la presión de la inflación, sin embargo, algunos países de África o el Oriente Medio, obtendrán ventajas del incremento de los precios.

El conflicto, a largo plazo, puede cambiar de manera trascendente el orden de la economía y la geopolítica a nivel mundial, si se creara una alteración del comercio energético, una reconfiguración de las cadenas de suministro y una desintegración de los sistemas de pago. El empeoramiento de la rigidez geopolítica aumenta de forma importante los riesgos de que se produzca fragmentación de la economía, sobre todo en lo que a comercio y tecnología se refiere.  

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