Durante años, los activos digitales —y especialmente las criptomonedas— han sido observados con distancia y recelo por el sector bancario. Pero ese escepticismo empieza a disiparse
Durante años, los activos digitales —y especialmente las criptomonedas— han sido observados con distancia y recelo por el sector bancario. Pero ese escepticismo empieza a disiparse. De un tiempo a esta parte las entidades financieras, lejos de seguir viéndolos como una amenaza, han comenzado a incorporarlos como una nueva vertical de negocio. Y lo que hace unos años era impensable, hoy se normaliza: Bitcoin, Ethereum y servicios de custodia en la oferta de los bancos.
En estas últimas semanas hemos visto dos movimientos especialmente significativos y relacionados con nuestro país. En primer lugar tenemos a BBVA, que anunció que su servicio de compraventa y custodia de criptomonedas —activo desde hace tiempo para clientes en Suiza y Turquía— se extendía ahora a todos sus clientes en España.
Y segundo, Creand Crèdit Andorrà se ha convertido en el primer banco en el Principado de Andorra en ofrecer, desde su banca online, acceso directo a Bitcoin y Ethereum, con custodia bancaria integrada gracias a la colaboración con ONYZE, una compañía española especializada en este ecosistema.
Ambos casos no son anecdóticos, sino representativos de una tendencia mayor: la institucionalización de los activos digitales en la banca europea.
Del "wait and see" a la estrategia activa
Durante mucho tiempo, la postura generalizada de los bancos fue la de observar sin implicarse. Pero con la maduración del mercado, la consolidación regulatoria y la creciente demanda de clientes —tanto a nivel retail como de inversor profesional—, el tablero ha cambiado.
Las razones de este cambio que estamos viviendo son principalmente:
- Confirmación de la existencia de una demanda real: el interés por los criptoactivos, lejos de desvanecerse, se ha sofisticado en los últimos años. Ya no se trata sólo de invertir en tokens, sino de hacerlo de forma segura, regulada y desde entornos y herramientas que sean de confianza.
- Marco regulatorio más definido: la entrada en vigor de normativas como MiCA en Europa, así como los avances en estándares de custodia y cumplimiento han despejado parte de la niebla jurídica que limitaba la entrada de la banca.
- Oportunidad única de posicionamiento: los bancos han comenzado a entender que si no ofrecen estos servicios, sus clientes buscarán alternativas en plataformas nativas de la propia industria cripto o fintech; como ya se está viendo en muchos rincones del planeta. Con especial mención a los países del continente latinoamericano, donde el cliente bancario ante la falta de servicios por parte de sus bancos, ha emigrado en masa en búsqueda de servicios que satisfagan esta necesidad.
La opción a día de hoy para estas entidades ya no es participar o no participar, sino hacerlo con criterio, con verdaderas garantías de cumplimiento y de la mano de los socios adecuados.
Cripto dentro del perímetro bancario
Lo relevante de estos movimientos no es solo que se ofrezcan criptomonedas. Es cómo se integran dentro de la oferta comercial de estas entidades.
En el caso de BBVA, se trata de una propuesta de valor directamente accesible desde los canales digitales del banco, bajo un modelo de custodia propia, y con estándares de seguridad, trazabilidad y cumplimiento equivalentes a los de cualquier otro activo financiero.
Por su parte, Creand Crèdit Andorrà lanza “CryptoWallet” como una funcionalidad más dentro de su banca online, facilitando al cliente la operativa con Bitcoin y Ether sin necesidad de salir del ecosistema bancario. Un detalle no menor es que este paso ha sido posible gracias a la colaboración con ONYZE, entidad que les ha provisto de la tecnología necesaria para la gestión, operativa y custodia de los activos digitales.
Este modelo de tecnología especializada e integrada en la operativa bancaria es cada vez más común. Y representa una evolución natural: los bancos no están “volviéndose cripto”, están adaptando su propuesta a un nuevo tipo de activo que sus clientes ya demandan.
Hacia los activos tokenizados, stablecoins y más allá
La entrada de los bancos en Bitcoin y Ether es solo el primer paso. La verdadera transformación está dándose ya con los activos o instrumentos financieros tokenizados; acciones, bonos, fondos de inversión o activos del mundo real representados en blockchain. Porque hoy en día, cuando hablamos de activos digitales ya no hablamos sólamente de invertir en cripto, sino de usar la tecnología blockchain para representar, operar y custodiar activos financieros tradicionales de una forma más eficiente.
En un futuro muy próximo —más de lo que muchos pueden imaginarse— la custodia especializada, la infraestructura DLT y la interoperabilidad con sistemas bancarios serán piezas clave en las estrategías globales de las entidades de la industria financiera. Y los bancos que hoy están ya moviendo ficha en cripto estarán en una posición privilegiada para liderar también este nuevo ciclo en el que estamos ahora mismo entrando.
La conclusión que podemos sacar de todo esto, es que la banca ha empezado a integrar activos digitales, no como una concesión a algo de moda en la industria, sino como una evolución estratégica. Lo que estamos viendo no es un experimento, sino una reorganización silenciosa del mapa financiero en la búsqueda de posiciones ventajosas dentro del mercado de los próximos años.
Cada entidad que da el paso —como BBVA o Creand— no solo responde a una tendencia, sino que la consolida con el lanzamiento de estos servicios. Y quienes trabajamos en construir la infraestructura y tecnología que lo hace posible sabemos que estamos solo en el inicio de una transformación que cambiará, para siempre, la forma en que los ciudadanos interactúan con su dinero, sus inversiones… y por supuesto; también con sus bancos.
Tribuna elaborada por Álvaro Alcañiz, Chief Operating Officer en Onyze
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