Sin sorpresas. El Banco Central Europeo (BCE) ha optado por mantener el precio del dinero sin cambios, en línea por lo que anticipaba el mercado. Tras la decisión anunciada este jueves, el tipo de facilidad de depósito -tipo de referencia- se queda en el 2%, mismo nivel que en junio. Este es el que determina el interés que los bancos reciben por sus depósitos a un día en el banco central.
El Consejo de Gobierno también ha mantenido intacta la tasa de las operaciones principales de financiación (OPF) -las inyecciones semanales de dinero- y la de facilidad marginal de crédito -la que presta a los bancos a un día-, que se sitúan en el 2,15% y 2,40%, respectivamente.
Economía con "capacidad de resistencia"
De la comparecencia de junio Christine Lagarde, presidenta del BCE, se podía inferir que la pausa iba a ser el destino de los siguientes movimientos del supervisor bancario europeo. Y en efecto, el BCE ha decidido mantener los tipos de interés sin cambios en julio, debido a varios factores clave que influyen en la evolución de la economía de la eurozona. En primer lugar, la inflación sigue cerca del objetivo del 2% a medio plazo, con las presiones inflacionarias internas moderándose.
Aunque en junio se había anticipado una menor expectativa de inflación para los próximos años debido a la caída de los precios de la energía y la fortaleza del euro, en el comunicado de julio se añade que la desaceleración del crecimiento salarial también ha contribuido a reducir las presiones sobre los precios. "La información más reciente respalda, en líneas generales, la anterior valoración del Consejo de Gobierno sobre las perspectivas de inflación", afirma el documento difundido por el BCE.
Además, el BCE considera que aunque persiste incertidumbre global, debido fundamentalmente a las tensiones comerciales, la economía de la eurozona ha demostrado "capacidad de resistencia en un entorno internacional difícil".
Como es habitual, el Consejo de Gobierno reitera que "no se compromete de antemano con ninguna senda concreta de tipos" y que seguirá basando sus próximas decisiones reunió a reunión, de la mano de su enfoque 'data-dependiente'.
La decisión del BCE irá permeando en el mercado financiero. Por ejemplo, en el caso de las cuentas remuneradas o los depósitos a plazo fijo, que seguirán ofreciendo rendimientos relativamente bajos.
En el mercado de renta fija, la estabilidad en los tipos podría mantener los rendimientos de los bonos en niveles moderados, mientras que las empresas que dependen del crédito a corto plazo también pueden ver un entorno financiero estable, con costes de financiación sin alteraciones significativas, lo que puede continuar impulsando la inversión y el gasto en el sector privado.
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