Se dice que si algo es gratis, el producto eres tú o lo vas a terminar pagando tú. Algo parecido ha sido el reparto de ‘scrips dividends’ (opción de efectivo o acciones) en la Bolsa española, que han permitido a decenas de compañías evitar en parte el coste del dividendo (parte de los beneficios que recibe el accionista) emitiendo nuevas acciones como remuneración. Banco Santander, pionero y usuario número uno de esta práctica, ha comenzado el reparto de su último dividendo ‘scrip’ antes de volver en 2019 a los pagos ‘normales’ en efectivo.
La entidad bancaria que dirige Ana Botín es quien más veces lo ha usado: hasta 22 dividendos ‘scrips’ ha pagado desde 2009. Le funcionó tan bien que en 2015 traspasó los límites de la Bolsa y extendió el pago con acciones hasta sus clientes bancarios de la cuenta 1,2,3. De este modo, Santander ha matado dos pájaros de un tiro. Por un lado, remunerar a accionistas y clientes, pero también reforzar su balance con más capital, ya que las acciones emitidas se quedaban, a priori, en su accionariado.
Según datos recopilados por Cincodías, el banco ha emitido para sufragar dividendos más de 4.000 millones de acciones nuevas en diez años, el equivalente al 25% de su actual accionariado. Son tantas acciones para financiar el dividendo como las tres macroampliaciones de capital por valor de 21.000 millones de euros que ha realizado Santander en los últimos diez años: noviembre de 2008 (Valores San), enero de 2015 y julio de 2017 (Popular).
¿Cuántos dividendos reparte una compañia?:
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