5 preguntas clave para descarbonizar las carteras de infraestructuras
Cambiar nuestra economía para que no emita gases de efecto invernadero es un gran reto para la sociedad, las empresas y los inversores. Se necesitan grandes inversiones en nuevas tecnologías y en infraestructuras. De hecho, los expertos estiman que la transición energética global requerirá entre 150 y 275 billones de dólares hasta 2050. Para conseguirlo, es clave que los inversores trabajen juntos en iniciativas que movilicen capital hacia la descarbonización y la transición energética. A pesar del contexto económico y los retos actuales, apoyar la transición energética y la descarbonización sigue siendo fundamental para muchas empresas e inversores. La transición energética y la digitalización están impulsando una gran demanda de inversión en infraestructuras, especialmente en energía, comunicaciones y transporte. Esto da poder a los inversores para exigir altos estándares de sostenibilidad.
Para abordar la inversión sostenible y climáticamente responsable en mercados privados, los inversores pueden orientarse a partir de varias preguntas fundamentales que pueden ayudarles a identificar los elementos clave para sus carteras.
1. Política de sostenibilidad
¿Cómo fijar prioridades y objetivos alcanzables? ¿Qué marcos existen y cuáles encajan mejor con mi cartera?
Existen numerosos marcos y estándares que orientan a los inversores en el diseño de estrategias sostenibles. Organismos como la Net Zero Asset Owner Alliance (NZAOA) o el Institutional Investors Group on Climate Change (IIGCC) ofrecen directrices para alcanzar la neutralidad climática en 2050.
No es necesario que los inversores conozcan todos estos marcos en detalle. Lo importante es centrarse en aquellos que se adapten a su estrategia y necesidades.
2. Integración
¿Cómo integrar los objetivos de reducción de CO2 en toda la cartera de mercados privados? ¿Qué criterios y metodologías usar?
Más allá de la descarbonización operativa, los inversores en infraestructuras pueden contribuir a la transición energética invirtiendo en energías renovables, así como en soluciones climáticas como tecnologías de eficiencia energética, adaptación al cambio climático o financiación de la transición de empresas hacia modelos más sostenibles. Este tipo de inversiones y el impacto climático asociado suelen ser difíciles de lograr mediante activos cotizados (como acciones o bonos). Por tanto, el capital privado, tanto en equity como en deuda, ofrece a los inversores institucionales mayor capacidad de influencia para cumplir sus objetivos de descarbonización.
3. Implementación
¿En qué momentos del proceso de inversión puedo aplicar mis objetivos? ¿Cómo afectan a la selección y gestión de activos?
Los inversores que aportan capital en forma de equity tienen capacidad directa para influir en la estrategia de las empresas participadas y fijar objetivos de reducción de emisiones.
4. Datos
¿Cómo manejar la falta de datos o diferencias en estándares según regiones? ¿Cómo crear una base sólida? ¿Qué normas sectoriales usar?
Desde el análisis previo hasta el reporting, todo depende de los datos. Aunque han aumentado las exigencias de transparencia, como la nueva Directiva de la UE sobre informes de sostenibilidad (CSRD), los inversores siguen enfrentándose a la falta de datos cuantitativos, comparables y relevantes. Además, la existencia de metodologías dispares, dificultades operativas, falta de recursos y marcos regulatorios en evolución complican aún más la recopilación y el análisis de información.
Antes de actuar, los inversores deben establecer una línea de base clara (como la huella de carbono de la cartera) para definir sus objetivos. También es clave fomentar el diálogo y mejorar la calidad de los datos a través de buenas prácticas de reporte. Aunque ha habido avances, se requiere un esfuerzo adicional para lograr datos más precisos y útiles.
5. Reporting
¿Cómo consolidar diferentes evaluaciones para un reporte claro? ¿Qué objetivos usar para medir avances?
El reporting es una herramienta clave para supervisar el progreso hacia los objetivos de sostenibilidad y verificar cómo se alcanzan. A través de un diálogo estrecho con gestores y socios, los inversores institucionales pueden impulsar avances y acelerar las medidas necesarias. Muchos activos de infraestructuras, como las empresas energéticas, ya monitorizan sus emisiones, lo que permite registrar los avances en sus esfuerzos de descarbonización. Los inversores directos en equity pueden expresar sus expectativas, hacer seguimiento y promover mejoras. Los inversores en deuda también pueden reforzar el uso del reporting si han vinculado la financiación a determinados objetivos sostenibles.