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Divergencia monetaria: La Fed en pausa, el BCE no cede

Divergencia monetaria: La Fed en pausa, el BCE no cede

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Comentarios previos a la reunión de la Fed del 28 y 29 de enero y del BCE del 30 de enero:

Michael Krautzberger, CIO Global de Renta Fija de Allianz Global Investors

  • En sus respectivas reuniones del 29 y 30 de enero, esperamos que la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) mantenga los tipos sin cambios, situando el rango objetivo entre el 4,25%-4,50%. Mientras que el BCE reduciría los tipos en 25 puntos básicos (pb), llevándolo al 2,75%.
  • Los datos económicos de EE. UU. han permanecido relativamente optimistas desde que la Fed inició su ciclo de recortes de tipos en septiembre de 2024. En contraste, los datos de un crecimiento más desalentador en Europa destacan los desafíos cíclicos y estructurales de la región.
  • Las implicaciones de la política comercial bajo la presidencia de Trump refuerzan las expectativas de una divergencia en el crecimiento relativo entre EE. UU. y Europa.
    En los primeros meses de 2025, creemos que la Fed seguirá adoptando una postura más cautelosa en comparación con el BCE.
  • El mercado ya ha ajustado sus expectativas, reflejando una perspectiva menos “dovish” (o prudente) para la Fed. En el primer semestre de 2025, apenas se espera un recorte de tipos por parte de la Fed, mientras que el BCE tiene previsto al menos tres recortes en el mismo período. Esta valoración parece razonable dado el panorama actual de crecimiento e inflación en ambas economías.
  • Sin embargo, si los tipos y las primas de riesgo de los bonos aumentan aún más, esto podría endurecer las condiciones financieras en EE. UU. y moderar las altas expectativas de crecimiento económico, lo que haría que la Fed reconsiderase  el rumbo de su política monetaria. De forma similar, en la zona euro, una escalada de las tensiones comerciales podría derivar en recortes de tipos más rápidos y profundos de lo previsto actualmente por el BCE.
  • Creemos que el entorno actual del mercado favorece estrategias que se beneficien de un "steepening" (o empinamiento) de la curva de tipos en EE.UU. y Alemania. La exposición a la duración se inclina hacia países con una mejor relación riesgo/rentabilidad, principalmente en Europa. En cambio, adoptamos una postura táctica de duración corta en Estados Unidos, así como en activos ligados a la inflación estadounidense, dado el posible aumento de los riesgos inflacionarios en 2025.

A medida que el nuevo Gobierno de EE. UU. toma posesión de sus funciones, la economía estadounidense se encuentra en una situación relativamente favorable: la tasa de desempleo es de solo el 4,1%, y no hay muchos indicios de que se avecine un deterioro abrupto en el mercado laboral. Mientras tanto, el consenso del mercado es relativamente optimista respecto a las perspectivas de EE. UU. para este año, con un crecimiento económico previsto del 2,2% en 2025 frente al 2,8% en 2024, respaldado por una agenda de políticas de Trump orientada al crecimiento. 

En cuanto a la inflación, el panorama es más desigual; aunque las presiones inflacionarias están disminuyendo, el indicador preferido por la Fed, el Índice de Precios de Consumo Personal (PCE), sigue por encima del objetivo, situándose en un 2,8%1 interanual. Creemos que la Fed adoptará una postura más cautelosa, manteniendo los tipos de interés sin cambios a corto plazo mientras evalúa los datos de crecimiento e inflación.

La situación en la zona euro es diferente, donde se prevé que la región crezca solo un 1% en 2025 frente al 0,7% en 2024. Las economías principales del euro continúan enfrentándose a desafíos tanto cíclicos como estructurales, mientras que la incertidumbre comercial y los riesgos relacionados con los aranceles también representan amenazas a la baja para el crecimiento de la región. En cuanto a la inflación, el discurso de desinflación sigue siendo válido, con una inflación general del IPC en la zona euro del 2,4% interanual y una inflación subyacente del 2,7% interanual. A corto plazo, los desafíos estructurales, la incertidumbre comercial y el estancamiento político que enfrenta la región (mientras se espera el resultado de las elecciones federales alemanas a finales de febrero) dibujan un panorama más bien pesimista para las perspectivas europeas en 2025. Sin embargo, en el lado positivo, las condiciones financieras de la región están mejorando, impulsadas por las expectativas de una rápida flexibilización de la postura restrictiva del BCE, así como por la debilidad del euro. La perspectiva de una reforma del freno de la deuda alemana tras las elecciones en Alemania también podría ayudar a reducir los riesgos a la baja que enfrenta la región. En cuanto a la política del BCE, el camino hacia los recortes de tipos está claro a corto plazo, con nuevos recortes bien descontados en los mercados de tipos de interés a corto plazo.

Desde una perspectiva estratégica, favorecemos estrategias que se beneficien de un "steepening" (o empinamiento) de la curva de tipos en EE.UU y Alemania, ya que creemos que las primas de riesgo siguen siendo demasiado bajas en ambos mercados. La exposición a la duración se inclina hacia países que ofrecen una mejor relación riesgo/rentabilidad, en mercados que actualmente descuentan un ciclo de recortes de tipos más moderado y donde los rendimientos reales parecen relativamente atractivos. En contraposición, favorecemos una postura táctica de duración corta en Estados Unidos. También consideramos posicionarnos en activos ligados a la inflación en EE. UU., dada la postura monetaria y fiscal del país y los posibles riesgos inflacionarios al alza derivados de la política de aranceles e inmigración de EE.UU.


1 Todos los datos de Bloomberg, 22 de enero de 2025.

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