El conflicto entre Israel e Irán dispara el crudo y hunde las bolsas mundiales
Gregor Hirt, Director Global de Inversiones (CIO) Multiactivos y Director General de Allianz Global Investors
Durante la madrugada del 13 de junio, Israel lanzó ataques aéreos contra Irán, dirigidos a su programa nuclear y a instalaciones militares, en los que murieron varios altos mandos. Irán respondió disparando más de 100 drones contra Israel. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió a Irán de que, si no aceptaba un acuerdo sobre su programa nuclear, habría ataques israelíes “aún más intensos”.
Tras el ataque, los precios del petróleo se dispararon. El crudo Brent, referencia internacional, llegó a subir más de un 12% en un primer momento. Las bolsas mundiales se desplomaron y los activos refugio tradicionales, como el oro y el dólar estadounidense, se revalorizaron.
Ya habíamos anticipado el riesgo de una escalada del conflicto en Oriente Próximo, dada la elevada volatilidad. Los esfuerzos de Estados Unidos y otras potencias internacionales por alcanzar un acuerdo nuclear con Irán siguen estancados.
Sin embargo, salvo que se produzca una nueva escalada, no creemos que el ataque suponga un punto de inflexión para los mercados bursátiles. Hasta ahora, ninguna instalación petrolera iraní se ha visto afectada e, incluso si se produjeran nuevos ataques contra los yacimientos de petróleo en Irán, consideramos que la situación sería manejable. Irán exporta únicamente 1,6 millones de barriles al día. La OPEP (principalmente Arabia Saudí) ya ha incrementado su producción, y solo Arabia Saudí dispone de una capacidad adicional de unos 3 millones de barriles diarios.
Aun así, los inversores deberían permanecer atentos. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha asegurado que las operaciones de Israel continuarán “todos los días que sean necesarios”. No obstante, creemos que la represalia iraní con drones podría haber estado calculada para evitar una mayor escalada.
Uno de los principales riesgos para los mercados (y en particular para los precios del petróleo) sería un bloqueo prolongado del estrecho de Ormuz, la estrecha vía marítima que separa Irán de los Estados del Golfo. Por allí circulan unos 20 millones de barriles diarios, lo que representa un tercio del petróleo que se transporta por mar a nivel mundial. Irán ya ha amenazado en otras ocasiones con cerrarlo en caso de ataque. Un bloqueo de este tipo probablemente provocaría un fuerte repunte en los precios del crudo y afectaría negativamente a las bolsas.
¿Qué puede pasar ahora?
Pensamos que las posibilidades de que se negocie un alto el fuego son escasas, especialmente tras las declaraciones de Israel de que planea varios días de ataques. Irán ha amenazado a Israel con un “castigo severo”. En nuestra opinión, es probable que el objetivo de Israel vaya más allá de frenar el programa nuclear y busque un cambio de régimen en Irán. Mientras tanto, cualquier represalia iraní contra civiles israelíes dificultará aún más una posible desescalada.
Sin embargo, hay motivos para pensar que las tensiones podrían gestionarse si Irán opta por una solución pacífica. Sus líderes podrían llegar a la conclusión de que no tienen posibilidades reales de “ganar” una guerra contra Israel y/o Estados Unidos, y que les conviene más mantenerse en el poder a través de la paz que continuar con el conflicto.
Creemos que, si Estados Unidos permite a Israel atacar Irán, lo haría únicamente ante una amenaza nuclear real e inminente. Ese permiso se retiraría en cuanto la amenaza desapareciera. También consideramos que, aunque Trump podría ver con buenos ojos un posible cambio de régimen en Irán, puede que no esté dispuesto a asumir el coste que implicaría. Un conflicto prolongado con Irán podría provocar un encarecimiento sostenido del petróleo y una nueva oleada de volatilidad en los mercados.