Allianz Global Investors
Allianz Global Investors
¿Volver a la renta fija?

¿Volver a la renta fija?

Me gusta
Comentar
Compartir

Tras un reajuste histórico como el vivido en los mercados mundiales de bonos en 2022, los inversores se preguntan cómo volver a apostar por la renta fija en este nuevo año. El panorama macroeconómico sigue siendo complicado. La inflación subyacente puede tardar más de lo previsto en volver a estar bajo control, aunque es probable que la tendencia alcista de la inflación general se vaya atenuando a medida que las economías se desaceleran. Y no podemos olvidarnos de posibles riesgos extremos. Puede que los mercados hayan juzgado mal la política monetaria en dos sentidos: en primer lugar, en relación con el nivel al que tendrán que llegar a subir los tipos, y mantenerse durante algún tiempo, para poder estabilizar y reducir la inflación; y, en segundo lugar, la magnitud en que habrá que reducir las medidas de relajación cuantitativa a través de la compra de activos.

En el futuro, creemos que los bancos centrales tendrán dificultades para dejar atrás la percepción que tiene el mercado de su papel como “creadores de mercado” o “financiadores de la política fiscal” de último recurso. A medida que las expectativas en torno a la liquidez y el “dominio fiscal” vayan llegando a su fin, podemos esperar que los episodios de volatilidad del mercado sean la característica dominante de los próximos meses.

Nuestros indicadores adelantados prevén que el crecimiento mundial siga por debajo de su potencial en los próximos meses. Cada vez es más probable que se produzca una recesión mundial, debido al endurecimiento de las condiciones financieras y la reducción de la capacidad adquisitiva de los hogares. Para las economías emergentes, la revalorización del dólar y la reducción de la liquidez mundial no son ninguna ayuda. Debemos plantearnos la posibilidad de invertir en activos que ayuden a minimizar la volatilidad de los tipos, los diferenciales y las divisas. 

Algunas ideas de inversión

Teniendo en cuenta la incertidumbre macroeconómica inherente a este punto del ciclo de los tipos y del crédito, podría ser el momento equivocado para aumentar de forma agresiva la duración o el riesgo de crédito. Muchas curvas de tipos de la deuda pública están planas o invertidas, por lo que la compra de bonos a corto plazo podría asegurar una rentabilidad tan alta, o incluso más, que la que ofrece la deuda a largo plazo. Sin embargo, los bonos a corto plazo podrían no ayudar mucho a amortiguar la volatilidad. Los inversores deberían plantearse la posibilidad de combinar los bonos con vencimiento a corto plazo con estrategias en derivados que pueden ayudar a minimizar la volatilidad de los tipos, los diferenciales y las divisas. Es importante tener en cuenta que estas estrategias de cobertura podrían suponer un desembolso de efectivo y unos costes que pueden mermar la rentabilidad.

Los bonos flotantes son otra forma de añadir exposición a la deuda corporativa de corta duración con menos riesgo de tipos. Debemos tener en cuenta que las rentabilidades de los bonos flotantes tienden a ser más bajas que los de los bonos corporativos a tipo fijo; y harán falta varias subidas consecutivas de los tipos para que las rentabilidades de los bonos flotantes empiecen a recuperar terreno.

Una vez que la inflación y los tipos se estabilicen, al menos en los mercados de referencia, contamos con que los activos de mayor riesgo (y que ofrecen mayores diferenciales) les irán siguiendo poco a poco. El ciclo crediticio apenas ha comenzado a girar y el impacto total de la caída de la demanda de los consumidores en los sectores corporativos apenas ha empezado a dejarse notar. Las bajadas en el mercado suelen requerir paciencia, y el análisis histórico sugiere que tres meses de recesión constituyen un posible punto de entrada para aumentar la apuesta por el riesgo en el crédito con grado de inversión. 

Otras opciones que conviene tener en cuenta son los bonos sostenibles, como los bonos verdes, emitidos principalmente en el segmento de grado de inversión y que se han reajustado a niveles más competitivos. Creemos que la crisis energética va a impulsar la demanda y la rentabilidad a largo plazo de la financiación verde y social, aunque a corto plazo se recurra a fuentes más contaminantes y haya topes en las facturas de la energía para evitar una crisis. 

Los bonos corporativos de alta rentabilidad y la deuda externa de mercados emergentes han recuperado su valor y ofrecen un amplio colchón de rentas (vía cupones) y una rentabilidad potencialmente atractiva. Pero estos activos pueden conllevar una mayor volatilidad, así como riesgos de impago, por lo que la gestión activa es fundamental.

0 ComentariosSé el primero en comentar
User