Oportunidades globales de alto rendimiento a corto plazo en un mundo post-COVID
El BNY Mellon Global Short-Dated High Yield Bond Fund obtuvo una rentabilidad acumulada a cuatro años del 15,9%, frente al 6,5% del índice de referencia1.
El enfoque en valores a corto plazo proporciona un perfil de menor volatilidad, con mejor liquidez que el alto rendimiento tradicional, combinado con el potencial de mayores rendimientos en comparación con los bonos del Estado y la deuda corporativa de grado de inversión.
El fondo ofrece a los inversores acceso a la renta fija a corto plazo y de mayor rendimiento a través de un enfoque global y sin restricciones que permite al equipo seleccionar bonos en las regiones e industrias en las que las perspectivas económicas son positivas. Esto permite obtener una cartera más diversificada, con una mayor exposición a Europa, donde las valoraciones y las expectativas de impago son más favorables en comparación con el mercado estadounidense.
Uli Gerhard, gestor del BNY Mellon Global Short-Dated High Yield Bond Fund, comparte su perspectiva sobre los mercados mundiales y explica por qué ESG está cambiando el posicionamiento del fondo.
Perspectivas
Las economías se están recuperando a medida que un número creciente de personas se vacunan y los confinamientos se terminan gradualmente. En general, se trata de una buena noticia para la generación de flujo de caja de las empresas, ya que sus ingresos repuntan (aún más). También presenciamos el deseo de las empresas de reducir la deuda tras el aumento del apalancamiento en el último año. La proporción de bonos “distressed” o con dificultades (es decir, bonos que cotizan por debajo de 80) ha descendido bruscamente desde el 8,87% del mercado general en marzo de 2020, hasta el 0,35% del mercado en febrero de 2021. Esto sugiere una perspectiva de impago muy mejorada para 2021/22, y esperamos tasas de incumplimiento del 1% o inferiores.
Hay una demanda latente en algunos sectores de la economía que no han podido abrirse hasta ahora (las tasas de ahorro han subido mucho). Esto, combinado con los efectos de base (caídas de los precios de la energía y recortes fiscales en algunos lugares el año pasado), debería conducir a un aumento temporal de las tasas de inflación anual durante los próximos 12-18 meses. Nos parece correcto que los rendimientos de los bonos del Estado a 10 años hayan vuelto a los niveles anteriores a la COVID-19, pero una mayor volatilidad de los bonos del Tesoro podría ofrecer oportunidades para que el fondo compre bonos con rendimientos más altos (ya que recibimos continuamente dinero en efectivo a través de los reembolsos de bonos / compras anticipadas). Mientras que la Reserva Federal de EE. UU. se ha mostrado más laxa, el BCE ha respondido al movimiento de los tipos con un aumento de las compras con flexibilización cuantitativa. Junto con el hecho de que el telón de fondo del crecimiento en Europa es algo menor que en EE. UU., los riesgos de una nueva subida de los tipos europeos son menores que los de los bonos del Tesoro. Esto debería ayudar a garantizar que, especialmente en Europa, la "búsqueda de rendimiento" siga impulsando a los inversores de Grado de Inversión hacia el extremo superior del alto rendimiento y mantenga a este último anclado.
El mercado está completamente abierto para que las empresas obtengan fondos y, de hecho, se han refinanciado de forma muy activa. Casi no hay vencimientos pendientes para lo que queda de año, y los importes que vencen en 2022 son muy limitados. Las empresas están abordando ahora los vencimientos de 2023 a 2026, y esperamos que la actividad de refinanciación se recupere durante el resto de este año y en 2022. Para nosotros, la refinanciación significa que tenemos efectivo disponible para invertir en nuevas oportunidades. Esto será especialmente beneficioso en caso de un nuevo aumento de los rendimientos.
Poder invertir en los mercados de alto rendimiento a nivel mundial es beneficioso en un momento en que las economías salen de los confinamientos a diferentes velocidades, y los gobiernos afinan las medidas fiscales de diferentes formas. Últimamente hemos movido una mayor parte de nuestros riesgos hacia Europa, dadas las valoraciones más atractivas y la menor volatilidad de los tipos.
Los temas ESG y las tendencias de la demanda de energía están cambiando el posicionamiento de nuestro Fondo
El sector de la energía desempeña un papel mucho menor para nosotros en comparación con hace un año, por dos razones: 1) la ESG y 2) las tendencias que reducirán la demanda de energía en el futuro. El año pasado redujimos la exposición a las empresas del sector energético tras el repunte inicial que nos ayudó a recuperar toda la caída de nuestra exposición al petróleo y al gas, y no hemos vuelto a aumentarla a pesar del nuevo repunte del precio del petróleo, ya que, en nuestra opinión, el sector está experimentando un cambio estructural.
Sin embargo, hemos aumentado nuestra participación en los sectores de la automoción y los productos químicos, ya que estos se están beneficiando de la clara recuperación de las economías y de la demanda latente, así como de la reposición de existencias en el caso de los productos químicos. También hemos aumentado nuestro posicionamiento en el sector sanitario y mantenemos una gran exposición a las telecomunicaciones/cable, dados los flujos de caja predecibles y estables.
En cuanto a las empresas de la "recuperación de COVID-19", diferenciamos entre los emisores centrados en el ámbito nacional (como los pubs del Reino Unido o los parques temáticos) y las empresas del sector del ocio con enfoque internacional (como las aerolíneas). Nos hemos posicionado en el primer caso, pero nos hemos alejado del segundo. Hemos sido y seguimos siendo fieles a nuestra filosofía y proceso de inversión: sólo invertimos en empresas en las que tenemos visibilidad de la trayectoria prevista de reembolso (en aproximadamente la mitad de nuestras inversiones eso significa un reembolso anticipado). Aunque muchas empresas del sector ocio han subido, como los cruceros o las aerolíneas, actualmente estas empresas no generan ningún efectivo y, por tanto, no encajan en nuestro proceso de selección de valores.
Tampoco estamos expuestos a emisores británicos centrados en la exportación, debido a las preocupaciones comerciales relacionadas con el Brexit.
Nos sentimos muy cómodos con nuestro posicionamiento actual, ya que todas nuestras participaciones son generadoras sólidas de flujos de caja con patrocinadores robustos. Incluso en caso de una nueva desaceleración, confiamos en que la cartera estará mucho mejor protegida que hace un año. Las características de corta duración nos protegen de una sensibilidad significativa a los tipos de interés. Recientemente hemos aumentado un poco la duración para aprovechar las emisiones nuevas y atractivas, pero el vencimiento global previsto sigue siendo muy bajo, de 1,6 años.
Por qué ESG es aún más importante para los inversores de alto rendimiento
Durante muchos años hemos insistido a nuestros clientes sobre el hecho de que los riesgos ESG pueden ser más importantes en los mercados de alto rendimiento que en la deuda con grado de inversión, ya que algunos sectores con riesgos ESG más importantes, como la energía, suelen representar una gran parte del mercado de deuda de alto rendimiento.
En consecuencia, tener en cuenta los riesgos ESG ha sido durante mucho tiempo una parte esencial de nuestro análisis de la deuda de alto rendimiento, siendo la gobernanza la cuestión más importante.
En 2020 observamos un aumento claro de la atención prestada a los factores ESG en la deuda de alto rendimiento, y estos riesgos se han convertido en parte del diálogo cotidiano en todo el mercado. Acogemos con satisfacción el aumento de la atención y la transparencia sobre estos riesgos: los emisores de deuda de alto rendimiento a menudo no están cubiertos por los proveedores de calificaciones ESG, ya que muchos emisores de alto rendimiento son privados.
Utilizamos un cuestionario ESG propio para ayudar a cubrir las lagunas de información, y creemos que una mayor transparencia servirá para apoyar una investigación y un análisis precisos de los emisores.
Nuestras decisiones de inversión en nuestras carteras de alto rendimiento se basan en una colaboración estrecha con los equipos de dirección para entender los riesgos ESG y fomentar una mejor gestión de esos riesgos cuando sea necesario. Las cuestiones de gobernanza se plantean con los emisores de deuda de alto rendimiento como algo natural.
En 2020, una empresa energética que lleva mucho tiempo en nuestras carteras de alto rendimiento completó por primera vez nuestra encuesta ESG propia. Destacaron el mayor uso de gas en lugar de gasóleo en su maquinaria, lo que reduce las emisiones, y señalaron cómo el cambio al trabajo digital había ocasionado un menor impacto de la pandemia de COVID-19 del que se habría producido de otro modo. Esta interacción y la mayor transparencia de la empresa nos parecieron positivas, y también lo consideramos adecuado para algunas carteras con objetivos de sostenibilidad.
Por otra parte, hemos hablado con un fabricante europeo de piezas de automóviles después de que nuestra calificación ESG propia se rebajara a 5 (la peor calificación posible), causada por una caída de su calificación social a 5. Los riesgos identificados fueron la calidad y la seguridad de los productos, con un problema de fiabilidad de los mismos; la gestión de la cadena de suministro, en la que había poca información sobre el grado de certificación de los proveedores; y la gestión de la mano de obra, con preocupaciones sobre los procesos de reestructuración y las pérdidas de puestos de trabajo. La empresa respondió a nuestras preguntas aportando información adicional y, tras una revisión formal por parte del Grupo de Revisión de Calificaciones de Inversión Responsable de Insight, la calificación social se ajustó a 4 sobre la base de la nueva información proporcionada.