Columbia Threadneedle Investments
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La importancia de la salud pública para los inversores

La importancia de la salud pública para los inversores

Introducción: por qué la salud pública es importante 

La salud es un asunto que nos concierne a todos. Más allá de nuestra salud personal, la pandemia de la COVID-19 constituyó un crudo recordatorio del impacto que los asuntos de salud pública pueden tener en la economía global, el buen funcionamiento de la sociedad y la trayectoria de las empresas individuales. Tres años después del estallido de la pandemia, ¿deberíamos considerar que la salud pública representa un asunto de importancia permanente para las inversiones? Estamos convencidas de ello.

 ¿Qué es la salud pública?

Por lo general, la salud pública se considera «la ciencia y el arte» de promover la salud y prevenir la enfermedad a través de decisiones y esfuerzos sociales, tratando la salud como un asunto que atañe a la población en general, en lugar de a la responsabilidad individual. Hace referencia a la acción colectiva en beneficio de la salud de la población y hace hincapié tanto en la prevención como en el tratamiento.

 Las actuaciones del sector corporativo pueden tener una influencia considerable en la salud pública, a través de lo que consumimos, las condiciones en las que trabajamos y el ambiente en el que vivimos. Como inversores, tenemos cierta responsabilidad de analizar nuestras inversiones desde una óptica de la salud pública y de evaluar y abordar las oportunidades y los riesgos conexos.

El estado de la salud pública

Estamos dejando atrás la pandemia, aunque se observan cada vez más señales de que los grandes avances conseguidos en materia de salud pública en las últimas décadas (que vinieron acompañados de un aumento de la productividad y crecimiento económico) están tambaleándose en la actualidad.

En el Reino Unido, la esperanza de vida está disminuyendo en los grupos más pobres, y en Estados Unidos la esperanza de vida ha descendido en general desde 2014, amén de existir una diferencia de diez años entre los grupos más y menos desfavorecidos1. El ritmo del avance nunca fue uniforme, ya que los «determinantes sociales de la salud» (DSS), como las circunstancias socioeconómicas, la educación y el entorno, producen diferencias en el estado de salud. No cabe duda de que la mayor inseguridad financiera constituye uno de esos determinantes; la Health Foundation considera que la crisis del coste de la vida representa una emergencia sanitaria, puesto que las tensiones financieras incrementan la inseguridad en materia de ingresos, alimentos y vivienda, junto con la ansiedad y la depresión conexas.

Este es uno de los muchos ejemplos que ilustran la creciente desigualdad de resultados de salud que erosiona aún más la cohesión social.

La salud de la mano de obra

El empeoramiento de la salud pública socava la estabilidad de la fuerza laboral. En el Reino Unido, el número de personas en edad de trabajar que abandonan el mercado laboral por motivos de salud asciende a 2,5 millones, lo que supone un incremento del 25% desde antes de la pandemia. El aumento de las bajas laborales por enfermedades crónicas se inició antes de la pandemia y refleja, entre otros asuntos, un incremento constante de problemas cardiovasculares, osteomusculares y de salud mental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la depresión y la ansiedad cuesta a la economía mundial un billón de dólares cada año2. Esto plantea un riesgo importante para el crecimiento económico, aunque las compañías que están adoptando un enfoque progresivo para gestionar el bienestar de los trabajadores probablemente gozarán de una mayor resiliencia en sus plantillas. Dialogamos con nuestras compañías en cartera sobre sus políticas y prácticas en este sentido, sobre todo en relación con las condiciones laborales y un salario digno.

 Salud de los consumidores

Las decisiones de los consumidores tienen un impacto considerable en la salud, pero el sector corporativo tiene cierta responsabilidad en relación con la disponibilidad y el valor nutricional de los productos que ofrecen y la forma en la que se comercializan

. La epidemia de la obesidad en el mundo desarrollado se revela como una tragedia de salud pública, ya que la obesidad es un importante factor de riesgo para múltiples enfermedades y trastornos que inciden en la calidad y la esperanza de vida.

 La OMS ha calculado que la obesidad mundial casi se ha triplicado desde 1975; en 2016, más de 1.900 millones de adultos tenían sobrepeso, de los cuales 650 millones eran obesos. En 2020, 39 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso o eran obesos3. En Estados Unidos, se estima que una alimentación no saludable causa hasta el 45% de las muertes por enfermedades cardiometabólicas, lo que supone un coste de más de 50.000 millones de USD según algunos estudios4.

 En consecuencia, observamos una tendencia hacia una mayor regulación de productos malsanos, como un sistema de etiquetado más claro sobre el valor nutricional, la restricción de descuentos en alimentos no saludables y la imposición de impuestos sobre el azúcar5. Las preferencias de los consumidores también están rotando hacia productos más sanos6.

 Entablamos conversación con las compañías de alimentos con el fin de que adapten sus carteras de productos a estas tendencias y creemos que existe valor de inversión en compañías que impulsan su crecimiento facilitando esta transición hacia dietas y estilos de vida más saludables.

Seguridad sanitaria

La salud ambiental también constituye un factor crucial para la salud humana. La contaminación del aire y del agua, así como los efectos de gran alcance del cambio climático en las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos y la producción de alimentos figuran entre los principales riesgos para nuestra seguridad sanitaria. Otro riesgo para la salud pública que afecta a países tanto desarrollados como en desarrollo es la resistencia a los antimicrobianos (RAM), un fenómeno natural por el cual los microorganismos desarrollan resistencia a los agentes antimicrobianos, algo que está intensificando la deficiente gestión de antibióticos en la atención sanitaria y la ganadería.

 Como resultado, un creciente número de infecciones bacterianas tienen ahora un tratamiento más costoso y complejo, e incluso los procedimientos quirúrgicos sencillos y la quimioterapia para el cáncer entrañan cada vez más riesgos. Las migraciones por motivos climatológicos y la degradación ambiental no hacen sino exacerbar las condiciones en las que la prolifera la RAM.

 Entablamos conversación con las compañías en los sectores farmacéutico, de salud animal, agricultura y venta al por menor de alimentos acerca de sus estrategias para mitigar la RAM.

¿La próxima pandemia?

Una conclusión importante es que la salud humana no debería analizarse de forma aislada, ya que está intrínsicamente vinculada a la salud de nuestro ecosistema global. Nuestra vulnerabilidad ante las enfermedades infecciosas seguirá aumentando debido a la confluencia de factores como el crecimiento de la población urbana, la intensificación de la ganadería, el cambio climático y la deforestación. El consiguiente desplazamiento de seres humanos y animales incrementará significativamente la prevalencia de zoonosis7, enfermedades infecciosas de los animales que pueden transmitirse a las personas debido a un mayor contacto; un ejemplo destacado podría ser el COVID-19.8 Otro ejemplo sería cómo la deforestación relacionada con el aceite de palma en Liberia provocó el traslado de ratones de campo desde la jungla hasta las plantaciones, lo que trajo consigo el virus de la fiebre Lassa9. Estos brotes no tienen por qué convertirse en pandemias a gran escala para que resulten onerosos tanto en términos humanos como financieros. La epidemia del ébola en África occidental en 2014 provocó una trágica pérdida de vidas y se estimó que había causado una pérdida de 2.200 millones de USD en el PIB de Guinea, Liberia y Sierra Leona. El brote tuvo efectos devastadores a escala local, al traducirse en menores inversiones, un descenso del crecimiento del sector privado, la pérdida de producción agrícola que incidió en la seguridad alimentaria y una disminución del comercio transfronterizo. En el caso de Liberia, un 8% de los médicos, enfermeros y matronas del país fallecieron por el ébola, sin olvidar los efectos negativos en la salud y la economía que esto conlleva10. A menudo, estas nuevas enfermedades infecciosas están limitadas geográficamente en un primer momento, pero pueden suponer un riesgo significativo para la salud de todo el planeta con el paso del tiempo, por lo que una mejor preparación resulta esencial.

 Actuación inversora
Durante mucho tiempo la salud pública ha constituido un tema clave en nuestro programa de gestión responsable. Nos implicamos con un amplio abanico de compañías en los sectores farmacéutico y de atención sanitaria, y alentamos un sólido enfoque estratégico en temas como la calidad y la seguridad de los productos, así como el acceso a los medicamentos. En otros sectores, nos involucramos en temas relacionados con la salud cuando revisten una importancia fundamental, como el acceso a alimentos nutritivos y asequibles y el impacto de la contaminación.

 Entablamos conversaciones privadas con las compañías y, si resulta pertinente, en colaboración con otros inversores y partes interesadas, con el fin de mostrar una opinión unificada y amplificada.

Trabajamos con el sector de atención sanitaria en un esfuerzo por mantener y ampliar el acceso a sus productos y colaborar de forma constructiva con pacientes y pagadores. La creación de las vacunas contra la COVID-19 también puso el foco en la confianza en los ensayos clínicos.

 Prevemos un mayor escrutinio regulatorio en el futuro sobre la adecuación de las poblaciones de los ensayos con el fin de identificar los grupos de pacientes específicos, y hemos iniciado un proyecto destinado a entender mejor los diferentes enfoques de las compañías para mejorar la diversidad en los ensayos clínicos.

Invertir en soluciones

En nuestro diverso abanico de estrategias de renta variable ASG global, consideramos que la salud pública representa una importante oportunidad de inversión. Existe una amplia variedad de oportunidades de inversión, desde el diagnóstico, como la franquicia de secuenciación genética de Thermo Fisher Scientific junto con equipos y herramientas de diagnóstico, hasta mejores resultados en cirugía, a través de la gama «Da Vinci» de Intuitive Surgical, pasando por un cuidado continuo a través de los seguros (Humana) y la salud comunitaria (CVS Health). Invertimos en líderes del mercado y buscamos compañías que gozarán de una clara trayectoria de crecimiento a través del valor financiero y social que aportan con sus productos y servicios, por ejemplo reduciendo los costes de los sistemas de salud y mejorando los resultados sanitarios.

 

Invertir en los fondos con bonos sociales de CT para lograr un impacto positivo en la salud pública

Para nuestros fondos, cuyo mandato es lograr un impacto social positivo junto con rentabilidades financieras, la salud pública constituye una oportunidad temática de suma importancia. 

La pandemia alentó una serie de nuevas emisiones de bonos con impacto social que respaldaban resultados de salud pública, puesto que los inversores y los emisores se dieron cuenta del enorme efecto que la salud puede tener en nuestra economía. Nuestro equipo de bonos con impacto social trata de invertir en compañías con un impacto sanitario positivo a través de bonos con «uso específico de los ingresos», que se emiten junto con marcos que determinan cómo pueden utilizarse los ingresos. Entre estas oportunidades se incluyen:

El Banco Asiático de Desarrollo. Cuando estalló la pandemia de la COVID-19 a finales de 2019, el Banco Asiático de Desarrollo empezó a emitir bonos de salud para ayudar a los países miembros a responder a la pandemia y lograr una cobertura sanitaria universal.

Estos bonos de salud financian una variedad de proyectos, como un préstamo a 15 años de 600 millones de USD para el programa de cobertura sanitaria universal («Build Universal Healthcare Program») de Filipinas que se centra en tres áreas de reforma principales que incluyen la financiación sostenible de la atención sanitaria, la prestación de servicios sanitarios de calidad y la rendición de cuentas sobre el desempeño y la gestión de información para la cobertura sanitaria universal.
El Servicio Financiero Internacional para la Inmunización (IFFIm) procedió a su segunda mayor emisión de deuda en 2021: bonos para la vacuna contra la COVID-19 a tipo fijo, con un plazo de 5 años y por un importe de 750 millones de USD. Todos los ingresos se destinan a Gavi, la Alianza para las Vacunas, que inmediatamente utilizó la financiación disponible para apoyar la inmunización en los países de bajos ingresos, atendiendo a casi la mitad de la población infantil en el mundo.

La Comunidad de Madrid emite deuda pública sostenible que incluye el gasto específico de los ingresos en los servicios de salud pública de Madrid. Uno de los numerosos proyectos de salud pública emprendidos fue la construcción de un hospital de emergencias como respuesta a la pandemia de la COVID-19. Este hospital se terminó de construir en diciembre de 2020 y se utilizó específicamente para atender a los pacientes contagiados de COVID-19.

 No obstante, el hospital para pandemias puede utilizarse con otros fines, puesto que dispone de modernos sistemas de comunicación y seguridad, más del 1.000 camas y casi 50 unidades de cuidados intensivos, todas ellas dotadas de tecnología médica avanzada. En última instancia, el nuevo hospital se utilizará para apoyar a todo el servicio de salud de Madrid.

1 «How prioritizing health could help rebuild economies», McKinsey

2 https://www.who.int/health-topics/mental-health#tab=tab_2

3 https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight

4 https://journals.plos.org/plosmedicine/article?id=10.1371/journal.pmed.1002981

5 «Countries that have taxes on sugar-sweetened beverages (SSBs)», Obesity Evidence Hub

6 «Food trends 2023: health more influential on behaviour than price», just-food.com

7 «Emerging human infectious diseases and the links to global food production», Nature Sustainability

8 «Lassavirus: al vijftig jaar dodelijk, nog steeds geen vaccin», OneWorld Source (en neerlandés).

9 «Is corona de prijs die we betalen voor ontbossing?», OneWorld Source (en neerlandés).

10 https://www.cdc.gov/vhf/ebola/history/2014-2016-outbreak/cost-of-ebola.html

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