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Claves de la reunión del BCE: "Seguirá respondiendo con contundencia"
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Claves de la reunión del BCE: "Seguirá respondiendo con contundencia"

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- El Banco Central Europeo (BCE) señaló este jueves que en septiembre se anunciará un importante paquete de estímulos monetarios.

- Lo anterior comprende un recorte de los tipos de interés de referencia, un mecanismo de tipos diferenciados para atenuar el efecto sobre los resultados de la banca y otra ronda de compras de activos en un intento por sostener la economía de la zona euro y estimular la inflación.

- Se prevé que las perspectivas de condiciones más expansivas, sumadas a las expectativas de nuevos estímulos, alimenten la demanda de rendimientos que hemos visto en lo que llevamos de año.

- Esperamos que los mercados de renta fija privada mantengan un buen tono, así como una fuerte demanda de bonos corporativos europeos con sólidos fundamentales y rendimientos todavía positivos.

Por Ian Samson, analista de mercados de Fidelity International:

"El BCE retocó sus orientaciones sobre la evolución prevista de los tipos de interés y añadió que se mantendrán en los niveles actuales ‘o inferiores’ hasta el primer semestre del próximo año. El añadido de estas dos palabras prepara a los mercados para una reducción del tipo de depósito del BCE en septiembre y los economistas pronostican un recorte de 10 pb hasta el ‑0,5%. Un aspecto importante es que la entidad pareció relajar su objetivo de política monetaria para pasar del ‘por debajo pero cerca del 2%’ a una declaración más abierta en la que se toleraría de forma implícita superaciones ‘simétricas’ del objetivo de inflación.

La declaración también dejó claro que el BCE planea introducir un sistema de tipos diferenciados, de modo que los tipos de interés más negativos no afecten a todas las reservas de los bancos, para ‘mitigar’ el efecto de los tipos bajos en los resultados del sector bancario. Lo anterior abre la puerta a recortes aún más pronunciados, ya sea en septiembre o más tarde. Además, en estos momentos los responsables del BCE están decidiendo exactamente cuál será la magnitud y la composición de las compras de activos, que probablemente consistan en una combinación de la relajación cuantitativa (QE) y el programa de compras de deuda del sector privado (CSPP).

La rueda de prensa apenas dejó detalles sobre la composición de las medidas monetarias. Cuando se le preguntó directamente por la magnitud de los recortes de los tipos de interés y la forma de las compras de activos, el presidente Draghi rechazó la idea de que se hubiera discutido. Una pista clave en el sentido de que este paquete de medidas será más bien grande es un cambio importante pero sutil en el discurso en torno al objetivo de inflación.

Anteriormente, la declaración apuntaba a una ‘convergencia de la inflación hacia niveles inferiores pero cercanos al 2% a medio plazo’. Este mes, se limitó a hablar de ‘convergencia de la inflación hacia su objetivo’. Esta declaración más abierta implica que se tolera la ‘simetría’ de la inflación, es decir, que se permite que se supere el nivel del 2%, lo que viene a ser un sesgo monetario más laxo en general.

No obstante, el tamaño del posible programa de QE probablemente sea considerablemente más pequeño que los 80.000 millones de euros al mes que se registraron durante el momento álgido de la QE anterior. A la vista de todo lo que se han movido los rendimientos y los diferenciales de deuda corporativa, el efecto incremental podría ser pequeño.
 

Una respuesta contundente ante la incertidumbre en una coyuntura económica desigual

El BCE parece dispuesto a responder ante un panorama desigual en la economía europea con acciones decididas y contundentes. La economía interna de la zona euro ha dado muestras de resistencia; así, el desempleo ha descendido con rapidez y los salarios se han acelerado de forma generalizada. Del mismo modo, la actividad del sector servicios y el crecimiento del consumo parecen haberse estabilizado en niveles aceptables.

Sin embargo, está la amenaza de la debilidad de las exportaciones y un sector industrial renqueante, como ha quedado evidenciado en las encuestas (PMI manufacturero e IFO) publicadas a comienzos de esta semana. El presidente Draghi caracterizó esta situación como de ‘deterioro progresivo’. Se podría decir que no hay mucho que el BCE pueda hacer para contrarrestar esta amenaza, en la que pesan más el crecimiento chino y el ciclo de los mercados emergentes.

Las incertidumbres en torno a los posibles aranceles estadounidenses sobre productos de la UE, principalmente exportaciones de automóviles, están dejándose sentir de forma clara en las decisiones de los miembros del BCE. Lo mismo se puede decir de la posibilidad de un Brexit por las bravas que merme el crecimiento durante el cuarto trimestre. La relajación monetaria compensará en parte el deterioro de las condiciones financieras y la confianza que dicha incertidumbre geopolítica podría haber estado causando. Sin embargo, el BCE se encontrará con que le queda muy poca munición para luchar contra cualquier contratiempo económico derivado de los sucesos geopolíticos adversos.


Una inflación baja frente a un objetivo más “simétrico”

La cobertura última para la política monetaria expansiva la otorga una inflación subyacente persistentemente baja que tiene pocas probabilidades de llegar al 2% durante el próximo año aproximadamente. Sí parece que están aumentando gradualmente las presiones subyacentes sobre los precios, algo que cabría esperar a medida que va madurando la recuperación de la zona euro. Pero el BCE ha dejado claro que no quiere dejar esta trabajada recuperación al azar y Draghi puso el acento en el descenso de las expectativas de inflación y los escasos efectos inducidos de las presiones del mercado laboral sobre la inflación salarial.


Continúa la demanda de rendimientos

La postura expansiva del BCE y las perspectivas de un tipo de depósito aún más negativo y una nueva ronda de compras de deuda pública y privada probablemente sigan alimentando la demanda de rendimientos que hemos visto en lo que llevamos de año. En ausencia de alternativas, los inversores tendrán que buscar rentas en otra parte. En esta coyuntura, esperamos que los mercados de bonos corporativos mantengan un buen tono y que los bonos corporativos europeos con rendimientos positivos y fundamentales sólidos estén muy demandados frente a sus homólogos de otras regiones.

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