¿Cómo toma el cerebro las decisiones financieras?
"Nuestra comprensión sobre la forma en que tomamos decisiones
financieras se ha beneficiado enormemente de la combinación de tres
disciplinas discretas: la economía, la
psicología y la neurociencia. Los
investigadores de estos tres campos han tendido puentes para
enriquecer nuestra comprensión de las finanzas conductuales, creando
con ello nuevas áreas de investigación. Las neurofinanzas son una de
ellas y toman prestadas las herramientas y enseñanzas de la
neurociencia para desentrañar cómo la actividad cerebral interviene
en la toma de decisiones financieras.
La neurociencia ha realizado enormes avances durante los
últimos 20 años. Ahora entendemos las estructuras principales del
cerebro y podemos registrar las señales eléctricas que emiten las
“células cerebrales” o las redes de células. La tecnología de
imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) nos permite
monitorizar la actividad cerebral, lo que, a su vez, nos permite
controlar qué partes del cerebro “se encienden” cuando las
personas toman decisiones financieras.
Ya sabemos que el cerebro humano es una de las cosas más complejas
que existen en el universo:
- Un cerebro humano medio pesa alrededor de 1,4 kg y está
formado por unos 100.000 millones de neuronas (“células cerebrales”).
- Cada neurona es tan compleja como una ciudad, lleva un
mapa de todo nuestro genoma y
maneja millones de proteínas.
- Las neuronas pueden activarse entre 5 y 50 veces por segundo y
están conectadas con tal densidad que existen 1.000 billones de
conexiones (sinapsis) en el cerebro.
- La complejidad de estas redes neuronales es
algo que apenas estamos empezando a desentrañar y entender
plenamente.
- La mayoría de los aproximadamente 25.000 genes del genoma
humano se expresa específicamente a través del cerebro.
Dos sistemas cognitivos
Los psicólogos dividen nuestro pensamiento cognitivo en dos
sistemas diferentes:
- el Sistema 1, que es la mente inconsciente de pensamiento rápido y está siempre en funcionamiento
- el Sistema 2, que es la mente deliberativa de
pensamiento lento, actuando como un pasillo para el
resto del cerebro; así, gran parte de la actividad neuronal del
cerebro ocurre sin que seamos plenamente conscientes de ello.
De hecho, la mente consciente a menudo puede interponerse en
cosas que la mente inconsciente sabe cómo hacer. Eso es algo
intuitivo para muchos deportistas o músicos que practican un
movimiento hasta el punto de que se convierte en automático, como el
saque en el tenis, el swing en el golf o tocar un instrumento.
El Sistema 1 de pensamiento rápido del cerebro es implacablemente eficiente, ya que casi siempre toma el camino que ofrece menos resistencia. Por ejemplo, si uno realmente quiere comer, buscará y encontrará comida a expensas de otras actividades. Este rasgo evolutivo les resultó muy útil a nuestros antepasados. Sin embargo, a la hora de invertir esta preferencia por la opción que ofrece menos resistencia generalmente es mucho menos útil.
Entonces, realmente el trabajo del Sistema 2 ‐el consciente y calculador‐ es dar marcha atrás e intentar aprovechar más el cerebro inconsciente. Por ejemplo, sabemos que si empezamos una nueva afición o aprendemos una nueva habilidad, los cambios en el cerebro se aprecian en un escáner fMRI.
Una forma de salir del camino de lo que genera menores resistencias es partir de la base de que existen muchas respuestas correctas para un problema, no solo una. Suponer que no existe más que una respuesta invita al cerebro inconsciente a atajar directamente hacia la solución, pero en situaciones de complejidad e incertidumbre, esa podría no ser la respuesta adecuada.
En la inversión, esta idea puede adaptarse de forma que se piense en
un abanico de posibles escenarios futuros, en lugar de intentar atar
la estrategia de inversión a una única y rígida visión del mundo,
donde equivocarse generalmente resulta mucho más caro".
Por Nick Armet, director de comunicaciones corporativas de Fidelity International