Fidelity: El universo high yield se prepara para recibir a los ángeles caídos
El doble mazazo que ha asestado a la economía mundial el brote de Covid-19 y el desplome del precio del petróleo ha reverberado en todas las clases de activos. El mercado de bonos high yield debe hacer frente ahora a un tercer golpe potencial: una avalancha de bonos investment grade víctimas de revisiones a la baja de sus calificaciones.
Con una recesión sobre nuestras cabezas, muchos zombis corren el riesgo de caer hasta territorio high yield y convertirse en ángeles caídos.
El año pasado publicamos un informe sobre la proliferación desde la crisis financiera de los denominados “zombis”: empresas con constantes vitales débiles, pero que consiguen sobrevivir gracias a los bajos costes de financiación. En aquel momento, muchos zombis estaban calificados como investment grade, aunque la mayoría de ellos se encontraban integrados en el escalón más bajo de esta categoría (BBB).
En el informe titulado The next recession: Zombie killer, argumentábamos que una recesión sería un catalizador necesario para sacar a algunos zombis del sistema y liberar recursos para empresas que podrían emplearlos de forma más eficiente.
Con una recesión sobre nuestras cabezas, muchos zombis corren el riesgo de caer hasta territorio high yield y convertirse en ángeles caídos. Lo anterior tiene importantes implicaciones para un mercado de bonos high yield golpeado por el frenazo económico.
Los ángeles caídos son atractivos para los inversores en bonos high yield
Generalmente, los ángeles caídos encuentran compradores en el mercado de high yield. La mayoría de los ángeles caídos son empresas con activos y margen para la flexibilidad financiera. Los inversores pasivos se verán obligados a comprarlos. Para los inversores activos, los ángeles caídos constituyen títulos que suelen tener un mejor acceso al capital que las empresas más pequeñas y endeudadas, un atributo muy deseable en esta crisis para evitar las tensiones de liquidez más adelante en el año. La liquidez de mercado también es mucho mejor en los bonos de los ángeles caídos que en los de emisores high yield más pequeños.
Históricamente, los ángeles caídos suelen destacar cuando entran en el índice high yield y el momento perfecto para comprar es cuando se produce la rebaja de calificación por parte de la segunda agencia. Sin embargo, existen motivos para ser cautelosos actualmente, a la vista de la cantidad de bonos en riesgo de caer hasta territorio high yield.
El volumen de bonos en circulación amenazados por el riesgo de rebaja de calificación es considerable
El imponente valor nominal total de los bonos emitidos por empresas en riesgo de convertirse en ángeles caídos que tendrán que encontrar acomodo en el mercado de bonos high yield supone un motivo de preocupación. Se prevé que alrededor de 215.000 millones de dólares en bonos estadounidenses y 100.000 millones de euros en bonos europeos vean revisadas a la baja sus calificaciones hasta high yield este año2. El valor nominal de los bonos con calificación BBB ha crecido de forma constante desde la crisis financiera y más rápido que el mercado de bonos high yield. En EE.UU., el volumen de los bonos con calificación BBB en circulación equivale actualmente al 70% de todo el mercado de bonos high yield estadounidenses.
Durante el último mes, la diferencia entre los spreads de los títulos BBB y BB en los índices de bonos corporativos estadounidenses se ha ampliado hasta 273 puntos básicos. Aunque esta cifra no se sitúa todavía en los extremos de la crisis financiera, sí es un nivel similar al de desaceleraciones económicas precedentes. Esto obedece en parte al comportamiento general de los respectivos índices de referencia, pero creemos que los diferenciales de los bonos BB también descuentan una avalancha de ángeles caídos en el índice HY.
Por dar más precisiones, la posibilidad de que un gran volumen de deuda se sume al universo high yield podría provocar un efecto de desplazamiento en las empresas de inferiores calificaciones (B/CCC) del índice de high yield. Los ángeles caídos, que en su mayor parte pasarán de BBB a BB, inflarán el tamaño del segmento BB del índice, lo que obligará a los gestores de estrategias pasivas y activas a reasignar activos desde las categorías de mayor riesgo para respetar las restricciones de los índices de referencia. Los ángeles caídos también dispondrán de balances más sólidos que las empresas con inferiores calificaciones, lo que significa que tendrán más facilidad para emitir nuevos bonos, lo cual acentuará este movimiento.