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Inversión activa frente a inversión pasiva en renta fija
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Inversión activa frente a inversión pasiva en renta fija

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El debate de la inversión activa frente a la inversión pasiva no sólo tiene lugar en la renta variable, sino también en renta fija. Michael Wray, diseñador senior de soluciones de inversión de Fidelity, aborda en este análisis las ventajas de la inversión activa frente a la pasiva en el universo de la renta fija.


"Los mercados de bonos poseen unos rasgos que hacen que la inversión indexada sea una propuesta  diferente de la inversión referenciada a índices de renta variable:

1. El número de bonos emitidos es mucho mayor que el de acciones. En el índice bursátil All Countries World puede haber en torno a 15.000 valores, mientras que en todo el mundo existen más de 300.000 títulos de renta fija. Un índice bursátil típico puede albergar entre 100 y 500 valores, mientras que los índices generales de bonos que se usan habitualmente tienen varias veces esa cantidad. En parte, esto se debe a que un único emisor suele tener en circulación varios bonos con diferencias sutiles entre ellos en lo que respecta a las fechas de vencimiento, las fechas de emisión, los cupones, los volúmenes de emisión y características como las opciones que incorporan. Lo cual significa que:

‒ replicar completamente un índice de bonos es más difícil y menos frecuente en la práctica, por lo que incluso un fondo índice tendrá que efectuar una selección de bonos;

‒ operar con bonos requiere una cantidad adicional de análisis y negociación;

‒ sustituir un bono por un título similar puede aportar ventajas, pero requiere un análisis cuidadoso que no se puede reducir a un conjunto de reglas sencillas.

2. Un elevado porcentaje de los actores del mercado de bonos son aseguradoras o bancos que están limitados en sus inversiones en renta fija por imposiciones de tipo normativo o contable. Los bancos centrales también son grandes protagonistas de los mercados de bonos y tienen objetivos diversos (como gestionar los tipos de cambio y la oferta monetaria), en lugar de tratar simplemente de obtener la máxima rentabilidad. Eso crea ineficiencias en las cotizaciones del mercado que generan oportunidades que un inversor con menos condicionantes puede aprovechar.

3. Las distribuciones de las rentabilidades de los bonos individuales son más asimétricas (asimetría negativa) que las de las acciones individuales debido al riesgo de impago. Aunque la renta variable también conlleva riesgo de impago, este se compensa con la posibilidad de obtener rentabilidades superiores gracias a la revalorización de los precios y los dividendos.

Esto conlleva que:

‒ se puede aportar valor de forma efectiva en los mercados de renta fija evitando únicamente un pequeño grupo de los peores títulos, en lugar de tener que predecir cuáles serán las mejores acciones;

‒ una cartera que replica parcialmente un índice estará más expuesta al riesgo bajista que el índice subyacente.


Problemas de asignación de activos

Es importante recordar que cuando un inversor decide replicar un índice, no consigue evitar las decisiones de asignación de activos relativas a los ratings, los sectores o los países, o a la sensibilidad a los tipos de interés y el posicionamiento en la curva, sino que simplemente ha asumido las decisiones implícitas en la configuración del índice.

Algunos inversores tratan de abordar esta cuestión seleccionando cuidadosamente índices más estrechos y específicos; así, por ejemplo, un inversor que necesite más rentabilidades que las que ofrece la deuda pública de los países centrales de Europa podría optar por índices más centrados en bonos corporativos de alta calidad crediticia o de alto rendimiento.

Aunque existen gran cantidad de índices de bonos detallados, es poco probable que se ajusten con precisión a las preferencias y al hábitat natural de un inversor concreto (por ejemplo, en lo que respecta a duración o calificación crediticia), por lo que se mantiene cierto grado de aproximación.

También existe un problema derivado del uso de la capitalización de mercado para ponderar los bonos incluidos en el índice o la cartera. En las bolsas, la ponderación por capitalización garantiza que se invierte más dinero en las empresas más valiosas y que existe una correspondencia importante con la liquidez.

Sin embargo, en los mercados de bonos, si una empresa o un estado emiten más deuda, eso no significa automáticamente que tenga más valor o un mejor riesgo de crédito, y si los niveles de deuda ya son elevados puede significar justo lo contrario. Por lo tanto, un índice ponderado por capitalización incrementará la exposición a los títulos que están aumentando su apalancamiento y riesgo.

En el caso concreto de la deuda pública, el nexo entre el nivel de endeudamiento de un país y el nivel de sus rendimientos es complejo por las diferencias existentes en materia de liquidez y dinámica de mercado, por lo que la compensación adicional que buscará un inversor por elevar el riesgo país no se conseguirá íntegramente de forma automática.
 

Problemas de pérdida de oportunidades

Tres son las grandes diferencias que hemos observado en la réplica de índices de bonos y que destacamos a continuación:

1. Dado que las acciones son títulos perpetuos (equivalentes a un préstamo perpetuo), pero los bonos tienen en su mayoría vencimientos fijos, no sorprende que las nuevas emisiones tengan un peso mucho mayor en los mercados de bonos (aprox. 20%) que en las bolsas (aprox. 1%). Además, los fondos que replican índices no podrían beneficiarse del hecho de evitar nuevas emisiones en las que el rendimiento no esté en consonancia con los riesgos.

2. Quienes invierten en bonos con restricciones (y los índices de bonos con restricciones) a menudo se ven limitados por el rating de crédito, ya sea directa o indirectamente, por la vía de las exigencias de capital que fija la legislación. Por lo tanto, las rebajas de los ratings crediticios provocan periódicamente ventas forzosas, sobre todo en los límites del universo investment grade o de alta calidad crediticia. Eso se manifiesta en el hecho de que los bonos BB han ofrecido las mejores rentabilidades a largo plazo de todos los ratings.

Se ha calculado que las ventas forzosas en los límites del universo de alta calidad crediticia cuestan a los inversores entre un 0,3% y un 0,6% anual. Este efecto se ve acentuado por los procesos relativamente lentos de las agencias de rating. No es infrecuente que los gestores activos se adelanten a las revisiones a la baja de los ratings, lo que les permite anticiparse a las ventas forzosas de los inversores pasivos.

3. Además de la posibilidad de perder rentabilidades, encontramos el argumento ético por el cual la indexación supone para el inversor rehuir su responsabilidad a la hora de evaluar adecuadamente los bonos en los que invierte, de modo que no contribuye a la determinación de los precios y al mejor funcionamiento de los mercados de renta fija. Se podría afirmar que este aspecto es especialmente importante para los inversores institucionales que tienen un estatus elevado dentro de un país o desean adoptar una postura ética a la hora de invertir.

Conclusión

De un modo genérico, la inversión pasiva siempre irá por detrás de los índices, mientras que la gestión activa trata de igualarlos o superarlos. El gran objetivo de la gestión activa es identificar las ineficiencias de los mercados financieros para actuar sobre ellas y aportar valor:

- Las bolsas y los mercados de bonos presentan diferencias estructurales que dificultan la inversión pasiva en renta fija

- Una cartera activa siempre permite a los inversores tomar decisiones de asignación de activos bien fundamentadas que están en consonancia con sus objetivos de inversión.

- Los filtros crediticios y la selección de bonos individuales son factores importantes para reducir las pérdidas de oportunidades.

 

Información importante


Este documento es para uso exclusivo de inversores profesionales y no está permitida su distribución a inversores particulares. La presente información no está dirigida a personas residentes en los Estados Unidos. Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras. El valor de un fondo y de cualquier ganancia derivada de él puede bajar o subir. Por lo tanto, puede no recuperar su inversión inicial. El uso de instrumentos financieros derivados puede incrementar los beneficios o pérdidas del fondo. Si su fondo invierte en mercados extranjeros, las variaciones en los tipos de cambio pueden afectar al valor de su inversión. Fidelity/FIL es FIL Limited y sus respectivas subsidiarias y compañías afiliadas. Las referencias a determinados valores no deben interpretarse como una recomendación de compra o venta de los mismos. Fidelity Funds, Fidelity Funds II, Fidelity Active Strategy Fund y Fidelity Alpha Funds son sociedades de inversión colectiva de capital variable constituidas en Luxemburgo. Las entidades distribuidora y depositaria de Fidelity Funds, Fidelity Funds II, Fidelity Active Strategy Fund y Fidelity Alpha Funds son, respectivamente, FIL (Luxembourg), S.A. y Brown Brothers Harriman (Luxembourg) S.C.A. Fidelity Institutional Liquidity Fund Plc es una sociedad de inversión colectiva de capital variable constituida de acuerdo a las Leyes de Irlanda. El depositario de la sociedad es J.P. Morgan Bank (Ireland) plc. Fidelity Funds, Fidelity Funds II, Fidelity Active Strategy Fund, Fidelity Alpha Funds y Fidelity Institutional Liquidity Fund están inscritas para su comercialización en España en el Registro de Organismos Extranjeros de Inversión Colectiva de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) con los números 124, 317, 649, 1298 y 403 respectivamente, donde puede obtenerse información detallada sobre sus entidades comercializadoras en España. Fidelity, Fidelity International, el logo de Fidelity International y el símbolo F son marcas registradas de FIL Limited. Emitido por FIL (Luxembourg), S.A. CSS2293

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