Renta variable china e inversión ESG: el futuro sostenible de China
Aunque el fundamento económico para invertir en el mercado de valores chino es sencillo, en lo relativo a China y la sostenibilidad, los argumentos resultan más complejos. Howard Wang, responsable de Greater China Equities, analiza las repercusiones para los inversores a la hora de invertir de forma sostenible en China, haciendo hincapié en las oportunidades, así como en los riesgos, desde un punto de vista ESG..
La renta variable de China, en clave ESG
Invertir de forma sostenible en China no es una cuestión de blanco o negro: si bien a algunos inversores les desalentará la cifra récord de titulares sobre China acerca de cuestiones medioambientales o sociales, un análisis más exhaustivo revela una situación mucho más matizada en que numerosas compañías chinas se imponen en términos ESG a sus homólogas de Estados Unidos o incluso de Europa. En este sentido, no es el mercado en sí mismo lo que importa, sino lo que subyace en él.
La combinación de una amplia dispersión de las clasificaciones ESG y el hecho de que China sea un mercado en que la transparencia de los datos puede variar en una medida enorme —y siendo también la intervención de su gobierno un factor que tener en cuenta— implica que resulte importante valorar las cuestiones relativas a la sostenibilidad caso por caso en lugar de adoptar un enfoque general basado, a menudo, en opiniones obsoletas.
La política del gobierno de China es positiva para las energías renovables
El respaldo que dan las políticas del gobierno es quizá el factor clave para los inversores ESG en China. Si bien algunos sectores, como Internet y el inmobiliario, han sufrido el endurecimiento normativo en los últimos años, los ámbitos vinculados más estrechamente con los objetivos medioambientales del gobierno de China, como los de energías renovables y vehículos eléctricos, se están beneficiando del impulso que brindan las políticas a largo plazo.
Los productores de energías renovables, por ejemplo, se están beneficiando de un número creciente de normas medioambientales orientadas a acelerar la transición de China en detrimento del carbón. Los objetivos oficiales y los planes a cinco años para impulsar la proporción de renovables en la cesta energética de China son vitales para que el país alcance sus objetivos de reducción de las emisiones.
Para respaldar la transición energética, las compañías de renovables se enfrentan a una menor incertidumbre normativa y se benefician de un menor coste del capital procedente de entidades de crédito propiedad del Estado, así como del tremendo crecimiento de la demanda. Hubiéramos esperado que esta confluencia de factores positivos se tradujera en múltiplos de valoración más altos en el sector de las renovables, en que tratamos de aprovechar diversas oportunidades, incluida la compañía de energía hidroeléctrica más grande de China.
El sector de las renovables, sin embargo, no resulta atractivo solamente para los inversores sostenible por el creciente consumo en China de energía limpia. China es también un productor significativo de equipos para energías renovables, con posiciones de liderazgo en la producción de aerogeneradores y la fabricación de paneles solares. Las empresas chinas desempeñarán una función crucial en la batalla global para alcanzar la neutralidad.
La transición energética de China es un compromiso a largo plazo
Lo que hace que estos beneficiarios de la transición energética de China resulten especialmente atractivos es el hecho de que es probable que el respaldo vía políticas oficiales sea a largo plazo. Es improbable que la regulación se vaya a endurecer a corto plazo. Uno de los motivos es que la transición energética no es un parche que se pone rápido, sino que exigirá una inversión continuada de los sectores público y privado durante años. Otra razón es el fundamento político. Reducir las emisiones no solo es lo correcto para el medio ambiente, sino que también está ayudando a impulsar la ventaja competitiva de China en numerosos sectores importantes.
Asimismo, esperaríamos que la transición energética de China se gestione de tal forma que permita reducir al mínimo cualquier efecto negativo para el PIB, sobre todo porque la estabilidad económica es una prioridad para las autoridades de China a fin de evitar el malestar social. En el sector de la energía solar, por ejemplo, será de esperar que los gobiernos locales alcancen sus objetivos de instalación de paneles solares a lo largo de un periodo de cinco años, manteniendo al mismo tiempo el crecimiento del PIB.
Ni que decir tiene que habrá periodos de volatilidad en el camino, como los causados por las alzas de los precios de la energía a corto plazo con motivo de la guerra en Ucrania o por los cortes de electricidad recientes ocasionados por la implementación por los gobiernos locales de unos objetivos de reducción de las emisiones excesivamente entusiastas. No obstante, a un horizonte a largo plazo, prevemos que la transición energética creará oportunidades para los inversores ESG en empresas de diversos sectores.
Las cuestiones sociales representan oportunidades, así como riesgos
Aunque la política medioambiental es una prioridad, los factores sociales son también cada vez más importantes para el gobierno y las empresas de China. Como sucede con el medio ambiente, China ocupa puestos bajos en cuestiones sociales en las comparativas internacionales y los inversores no tienen que irse muy lejos para hallar casos de jornadas excesivamente largas y condiciones de trabajo deficientes. Sin embargo, de nuevo, se están llevando a cabo avances vía políticas, impulsadas por un gobierno ávido por mantener el respaldo social y evitar el malestar. Las últimas noticias de jornadas excesivas en el sector tecnológico se han traducido en una presión nacional generalizada para elevar los salarios y la productividad, centrándose el ímpetu oficial en los gobiernos locales para mantener contento al personal y reducir al mínimo el riesgo de protestas de los trabajadores o la disidencia.
Los inversores pueden aprovechar este tema de la productividad a través de valores que nosotros llamamos "multiplicadores de la productividad", principalmente, compañías de software y automatización industrial que están mejorando la productividad manufacturera y acelerando el impulso oficial para presionar los salarios al alza. Los inversores también pueden encontrar empresas chinas que tratan a sus trabajadores de manera adecuada y respaldan sus comunidades locales en otros sectores. Para identificarlas, desplegamos datos alternativos, por ejemplo, vía verificaciones de los canales o las cadenas de suministro, para evaluar la dinámica competitiva, la calidad de los equipos directivos y las condiciones económicas. No aplicamos exclusiones masivas, sino que evaluamos los efectos sociales de las empresas caso por caso.
La propiedad del Estado exige un escrutinio de la gobernanza
Otra característica del mercado de valores chino que plantea inquietud en clave ESG es la propiedad del Estado. Es interesante ver que China tiene más empresas en el Fortune 500 que cualquier otro país, pero el 75% son propiedad del gobierno. Muchas de las empresas que son propiedad estatal de China no son muy proclives a las cuestiones ESG. Algunas son responsables de daños al medio ambiente, por ejemplo, o invierten en países objeto de sanciones impuestas por Occidente y muchas de ellas mantienen estructuras de gobierno que no están diseñadas para servir a los intereses de los accionistas.
Sin embargo, no todas las empresas que son propiedad del gobierno se crean igualmente, pues existen las que están menos supeditadas a las interferencias del gobierno y las que son líderes ESG en sus sectores. Por tanto, en lugar de aplicar limitaciones o restricciones a las carteras, los inversores deberían valorar las empresas que son propiedad del gobierno en función de sus virtudes en clave ESG, siempre que sepan quién gestiona la empresa y cuáles son sus incentivos.
La transparencia en datos ESG de China está mejorando
Un último aspecto relacionado con la inversión ESG en China es la transparencia de los datos. La disponibilidad y la credibilidad de la información financiera, en concreto, la relacionada con cuestiones ESG, varían enormemente, lo que dificulta a los inversores comparar puntuaciones ESG de China con las de otros mercados o regiones. Sin embargo, las cosas están cambiando, pues es voluntad de las autoridades de China atraer más inversión extranjera al mercado nacional de acciones A, de 10 billones de USD. Teniendo esto en cuenta, China ha estado tratando de mejorar la información que dan las empresas y la normativa, paso a paso.
Más del 50% de las compañías cotizadas de los sectores energético, industrial y de materiales —en especial, las compañías de mayores dimensiones— publican informes de responsabilidad social corporativa y fijan objetivos, aunque estos a menudo siguen siendo más cualitativos que cuantitativos. Los analistas externos pueden ser una fuente útil de datos ESG de China, pero a menudo carecen de los recursos locales necesarios para abarcar los mercados de China en detalle, lo cual deja importantes lagunas de información. Por tanto, mientras es cada vez más sencillo encontrar datos ESG, sigue siendo necesario implicarse con las compañías y hablar con los equipos directivos para obtener una imagen real de las iniciativas y las actividades ESG. Nada sustituye los análisis internos.
Los análisis son clave para la inversión ESG en China
La idoneidad de China para unas carteras sostenibles puede ser una cuestión controvertida y los inversores deben tener en cuenta diversidad de factores ESG antes de tomar sus propias decisiones sobre cómo invertir. Algo que merece la pena recordar es que la dispersión de puntuaciones ESG en el seno de los mercados es mucho mayor que entre mercados. Como resultado, existen ventajas evidentes para analizar los valores desde una perspectiva bottom up y para comprometerse con las cuestiones ESG planteadas en China, en lugar de implementar rígidas políticas de exclusión, bien por mercados, bien por sectores. A la vista de esta situación, para algunos inversores, la renta variable china no se presta fácilmente a la inversión sostenible. Sin embargo, para nosotros lo que cuenta es lo que subyace a lo que se ve.