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Cinco formas de valorar los mercados de renta variable para saber si están caros o baratos
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Cinco formas de valorar los mercados de renta variable para saber si están caros o baratos

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¿Cuál es la mejor forma de valorar las bolsas? ¿Hay una fórmula mágica? Aunque no hay un atajo, se utilizan distintas fórmulas para saber si un mercado está caro o barato, lo que implicará mayores probabilidades de obtener rentabilidades menores o mayores, respectivamente.

Para poder estimar en qué niveles de mercado estamos, los inversores suelen recurrir a diversos análisis estadísticos. En este artículo os traemos los cinco principales, comentando sus pros y contras:


El PER

Mide la relación entre el precio de las acciones y el beneficio futuro de las compañías. En inglés se conoce como PE Ratio o Forward PE Ratio. Se calcula dividiendo el precio de una acción por sus beneficios de los próximos 12 meses.

Un número bajo, en teoría, debería representar un valor más atractivo. Y viceversa.

Su inconveniente más obvio es que nadie sabe cuánto ganarán las empresas en el futuro. Para ello, se utilizan estimaciones de analistas, pero éstos suelen valorar por encima de la realidad, haciendo que el PER parezca más bajo.


El PER pasado

En vez de mirar los beneficios del futuro, toma como referencia los últimos 12 meses. Así, se evita la incertidumbre de las estimaciones, pero no evita que pueda dar una lectura equivocada.

Esto sucede cuando los beneficios han caído pero se espera una fuerte recuperación. Por ejemplo, las acciones británicas parecerían muy caras ahora con este ratio, ya que el fuerte descenso de las materias primas el año pasado pesó sobre sus beneficios. Sin embargo, parece que con la recuperación reciente de las materias primas el beneficio podría recuperarse. Por tanto, la bolsa británica estaría muy cara si miramos el PER pasado pero no tanto si miramos el PER futuro.


El PER ajustado al ciclo

Hay otra variante de la relación precio-beneficio que ha ganado importancia en los últimos años: el PER ajustado al ciclo, también conocido como PER de Shiller en honor al académico que lo dio a conocer, el profesor Robert Shiller.

En vez de tomar la referencia del último ejercicio o la del próximo, utiliza la media de los beneficios de los últimos diez años, ajustándolos por la inflación. Su gran ventaja es que reduce el ruido de corto plazo y suaviza el impacto de fluctuaciones puntuales en los beneficios. Teóricamente, si el PER de Shiller es alto, las rentabilidades a largo plazo tienden a ser bajas. 

El mayor inconveniente es que es predice mal los puntos de inflexión en los mercados. La bolsa americana ha estado teóricamente muy cara en muchos momentos según este ratio, lo que no le ha impedido seguir encareciéndose.


Precio-valor en libros

El precio-valor en libros compara el precio de una acción con el valor contable de las compañías. Es decir, el precio al que están contabilizados los activos en los balances. Si la cifra resultante es alta, la empresa estaría cara; si es baja indicaría que el mercado apenas ve valor adicional en estos activos.

Este indicador, al tener en cuenta los balances de las empresas, es uno de los más utilizados por los inversores que siguen la filosofía value. Su lado negativo es que no se puede aplicar a todos los sectores como por ejemplo en las compañías de tecnología o del sector servicios, que tienen muy pocos activos físicos en sus balances. Otro inconveniente es que la contabilidad se realiza de manera diferente en cada país, lo que complica realizar comparaciones entre los distintos mercados.


Rentabilidad por dividendo

Muestra el dividendo que las compañías pagan a los inversores como un porcentaje del precio y es útil para predecir rentabilidades futuras. En este caso, una baja rentabilidad por dividendo podría ser indicativa de pobres rentabilidades en los próximos años.

Sin embargo, esta medida está en desuso, ya que la “recompra de acciones” se ha convertido en el modo de devolver efectivo a los accionistas en vez del dividendo, especialmente en EEUU. Además no sirve para valorar aquellas empresas que pagan dividendos muy bajos o directamente no lo hacen porque prefieren reinvertir el dinero para generar más crecimiento.


Conclusión

Como vemos, ninguna de las medidas es fiable al 100% por lo que debemos considerar todas a la vez o al menos varias, para tener en cuenta las variables que pueden afectar cada valor según región o sector. Y especialmente cuando comparamos entre ellos. Por ejemplo, las tecnológicas suelen cotizar en ratios más caros que otros sectores por sus perspectivas de mayor crecimiento en los beneficios. Por eso, un mercado como el de EEUU, donde cotizan muchas más tecnológicas, puede parecer más caro que Europa que tiene menos.


Información importante:

Este documento tiene fines informativos exclusivamente y no se considera material promocional de ningún tipo. La información aquí contenida no se entiende como oferta o solicitud de compra o venta de ningún valor o instrumento afín en este documento. No se debe depositar su confianza en las opiniones e información recogidas en el documento a la hora de tomar decisiones de inversión y/o estratégicas. La información aquí contenida se considera fiable, pero Schroders no garantiza su integridad ni su exactitud. La rentabilidad registrada en el pasado no es un indicador fiable de los resultados futuros. El precio de las acciones y los ingresos derivados de las mismas pueden tanto subir como bajar y los inversores pueden no recuperar el importe original invertido. Publicado por Schroder Investment Management Limited, Sucursal en España, c/ Pinar 7 – 4ª planta.28006 Madrid – España

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