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Dos errores comunes que cometen los inversores ... y su posible solución
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Dos errores comunes que cometen los inversores ... y su posible solución

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Los últimos seis meses han destacado dos errores comunes que los inversores cometen con frecuencia: un malentendido sobre la forma en la que las inversiones se capitalizan con el tiempo y el impacto de las emociones sobre la toma de decisiones de inversión. Y, aunque parezca complicado, ambos factores se pueden evitar. Veámoslo a continuación: 

El impacto de la reinversión

En relación con el primero, el mercado de valores de Estados Unidos cayó un 13,7% durante el cuarto trimestre de 2018; desde entonces, se ha revalorizado un 13,9% hasta el pasado 12 de abril de 2019.Viendo estas cifras, un 13,9% es más que un 13,7%, por tanto, podría asumirse que los inversores han ganado. Incorrecto. En realidad, los inversores han perdido un 1,7% durante este periodo. 

¿Cómo es posible? Sin duda, se trata de un error muy común, ya que las personas tendemos a sumar números pero la inversión se mide de un periodo al siguiente. Así, un 13,9% de rentabilidad sobre 100 dólares supondría unas ganancias del 13,9% si la inversión se hiciera a principios de 2019. Sin embargo, en la situación anterior, una inversión de 100 dólares realizada a principios de octubre de 2018 y que cae un 13,7% a final de año, equivale a una inversión de 86,30 dólares; por tanto, hay menos capital para obtener un rendimiento del 13,9%. 

En realidad, el inversor ha obtenido una rentabilidad de 12 dólares, que es el 13,9% de 86,30. Por tanto, la ganancia total corresponde a 98,30 dólares (12 + 86,30). Quizá, esto puede parecer un poco abstracto pero es algo que no hay que perder de vista, ya que este error puede afectarnos en otros ámbitos, por ejemplo a la hora de calcular cuánto nos costará en última instancia pagar un préstamo.

Mantener el equilibrio

El segundo error común se ejemplifica perfectamente al pensar en el final de 2018. El cuarto trimestre fue un momento horrible para invertir en el mercado de valores. Ningún activo se salvaba, reinaba el pesimismo y la respuesta emocional habría sido vender. ¿Y qué ocurrió? En parte como consecuencia de las caídas del mercado, pero también porque los beneficios crecieron en 2018, las medidas de valoración basadas en los beneficios cayeron a sus niveles más baratos en varios años. Y, aunque las valoraciones suelen ser un mal indicador para la rentabilidad a corto plazo, los mercados subieron bruscamente desde ese mínimo.

El mercado estadounidense creció un 13,9%, Europa, Reino Unidos y los emergentes también se revalorizaron cerca del 10%; incluso Japón logró un 8%. Viendo las cifras, aprovechar estas caídas para invertir hubiera sido la mejor opción. Sin embargo, somos seres emocionales y evitar vender supone mucha disciplina. 

Una forma relativamente fácil de eliminar por completo la emoción de la ecuación es seguir una política de reequilibrio.

Decide (o apóyate en un asesor financiero para decidir) qué porcentaje de tus inversiones deseas colocar en el mercado de valores, bonos, efectivo, etc. Si una clase de activos supera a las otras, su peso en la cartera aumentará.

El reequilibrio consiste en vender parte de ese activo ganador para que su peso vuelva al lugar donde pretendía estar, y reinvertir las ganancias en activos que han tenido un peor desempeño.

Esto es lo que en la práctica se conoce como “comprar barato/vender caro”. No es muy complicado y, en el caso expuesto anteriorment, podría haber resultado en la compra de acciones al final del año, a pesar de que una voz en nuestra cabeza nos hubises dicho que hiciésemos lo contrario. Por supuesto, es cierto que los mercados podrían haber seguido cayendo, pero las valoraciones son uno de los mejores indicadores de los rendimientos a largo plazo. Por lo que los inversores centrados en el largo plazo deberán prestar atención a sus mensajes.

Información Importante      
Las opiniones expresadas aquí son las de Duncan Lamont, head of research and analytics de Schroders y no representan necesariamente las opiniones declaradas o reflejadas en las Comunicaciones, Estrategias o Fondos de Schroders. Este documento tiene fines informativos exclusivamente y no se considera material promocional de ningún tipo. La información aquí contenida no se entiende como oferta o solicitud de compra o venta de ningún valor o instrumento afín en este documento. No se debe depositar su confianza en las opiniones e información recogidas en el documento a la hora de tomar decisiones de inversión y/o estratégicas. La información aquí contenida se considera fiable, pero Schroders no garantiza su integridad ni su exactitud. La rentabilidad registrada en el pasado no es un indicador fiable de los resultados futuros. El precio de las acciones y los ingresos derivados de las mismas pueden tanto subir como bajar y los inversores pueden no recuperar el importe original invertido. Las previsiones están sujetas a un alto nivel de incertidumbre sobre los factores económicos y de mercado futuros que pueden afectar a los resultados futuros reales.  Las previsiones recogidas en el documento son el resultado de modelos estadísticos basados en una serie de supuestos. Las previsiones se ofrecen con fines informativos a fecha de hoy. Nuestros supuestos pueden variar sustancialmente en función de los cambios que puedan producirse en los supuestos subyacentes, por ejemplo, a medida que cambien las condiciones económicas y del mercado. No asumimos ninguna obligación de informarle de las actualizaciones o cambios en estos datos conforme cambien los supuestos, las condiciones económicas y del mercado, los modelos u otros aspectos. Publicado por Schroder Investment Management (Europe) S.A., Sucursal en España, c/ Pinar 7 – 4ª planta.28006 Madrid – España.

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