Los tipos de interés tocan techo, ¿es hora de invertir en bonos soberanos?
No es de extrañar que los inversores prefieran actualmente el efectivo, teniendo en cuenta los altos intereses que pagan los depósitos y que la renta fija está pasando por momentos volátiles. Con uno de los ciclos de subidas de tipos más agresivos de la historia, que ha provocado salidas sin precedentes en la deuda pública, se puede entender la actitud de los inversores.
Sin embargo, las expectativas de un posible cambio en los tipos de interés ha dado alas a los bonos y existen varias razones de peso para reconsiderar la inversión en deuda pública.
1. Los bonos soberanos parecen baratos
Tras unos años difíciles, los bonos soberanos parecen estar baratos en comparación con sus precios históricos y con otras clases de activos. De hecho, los bonos del Tesoro estadounidense han vuelto a los niveles anteriores a la crisis financiera mundial. Además, por primera vez en muchos años, los cupones más altos ofrecen una auténtica alternativa a otras clases de activos generadores de ingresos, incluida la renta variable. Tampoco podemos olvidar el nivel de protección más alto que el cupón (o renta) está proporcionando a los inversores.
GRÁFICO 1: Los cupones más altos amortiguan las pérdidas de capital.
2. Las perspectivas macro y lo que la historia nos dice del rendimiento de los bonos
Con sus rendimientos actuales, los bonos soberanos ya suponen una seria competencia para el efectivo. Pero si tenemos en cuenta la ventaja adicional que supone la posible caída de los rendimientos (cuando invertimos en bonos es posible obtener rendimientos más altos que los indicados por su rendimiento actual hasta el vencimiento), los argumentos a favor de los bonos soberanos resultan aún más convincentes.
El panorama macroeconómico mundial determina en gran medida la orientación de los mercados de deuda pública, debido a su sensibilidad a la inflación y a los tipos de interés. Estamos recibiendo noticias más alentadoras en ambos frentes, lo que elimina dos de los principales obstáculos a los que se han enfrentado los bonos soberanos en los últimos años.
Nuestra hipótesis de base es que la economía mundial es capaz de lograr un aterrizaje suave (una contracción económica gradual). Sin embargo, no podemos ignorar las crecientes señales de advertencia de que el aterrizaje podría ser más duro, lo que llevaría a los bancos centrales a relajar, una vez más, su política monetaria.
En este sentido, somos conscientes de que cuando el mercado empiece a valorar seriamente el recorte de tipos, proporcionará un apoyo adicional a los mercados de bonos soberanos. También puede suponer una caída de los tipos de los depósitos, lo que haría del efectivo una opción claramente menos atractiva y crearía un mayor riesgo de reinversión para los que tienen depósitos fijos a corto plazo.
Finalmente, y lo que es más importante, los inversores no necesitan esperar a que se relajen las políticas monetarias para que les compense invertir en deuda soberana. Con la ralentización del crecimiento y de la inflación, y con la mayoría de los bancos centrales desarrollados acercándose al final de sus ciclos de subidas de tipos, la historia demuestra que, a menudo, es en este momento cuando las inversiones en bonos proporcionan los mayores beneficios. De hecho, la evidencia sugiere que los bonos soberanos han superado sistemáticamente al efectivo en el periodo inmediatamente posterior a la última subida de tipos de un ciclo económico.
GRÁFICO 2: Los bonos soberanos siempre obtienen mejores resultados después de que los tipos de interés toquen máximos.
3. ¿Qué ocurrirá con la correlación entre renta variable y renta fija?
La sincronización del mercado es difícil de predecir. Históricamente, la deuda pública y la renta variable han tenido una correlación negativa. Sin embargo, durante los periodos de subida de los tipos de interés, es más probable que estas correlaciones sean positivas. El intenso ciclo de subidas de tipos por la inflación ha alterado esta relación normal y ha provocado un cambio en las correlaciones.
No obstante, hay indicios de que la relación tradicional entre la deuda pública y la renta variable está a punto de volver. Como puede verse en el siguiente gráfico, cuando el desempleo empieza a aumentar (como ahora), las correlaciones entre renta variable y renta fija tienden a volverse negativas. Esto se debe a que es probable que los bancos centrales respondan recortando los tipos de interés. Si esta tendencia se mantiene, los mercados de deuda pública volverán a ser una buena fuente de diversificación.
GRÁFICO 3: Correlación entre el bono del Tesoro/ renta variable de EE.UU. y el desempleo.
Las oportunidades de inversión de los bonos
La importante oferta necesaria para financiar el gasto público, unida a la aplicación del endurecimiento cuantitativo (una herramienta de política monetaria utilizada por los bancos centrales para reducir la liquidez o la oferta monetaria en la economía), ha generado vientos en contra en mercados específicos.
Sin embargo, estos retos también pueden desvelar oportunidades, sobre todo cuando se adopta un enfoque activo de la inversión en deuda pública con técnicas para aumentar la rentabilidad.
Estas técnicas incluyen la gestión de la duración global, la rentabilización de las divergencias entre mercados, la aplicación de estrategias de la curva de rendimiento (diseñadas para aprovechar los cambios previstos en la forma de las curvas de rendimiento de los bonos del Estado) y las asignaciones estratégicas a ciertas clases de activos (por ejemplo, emisiones de deuda vinculada al Estado, que ofrece una prima sobre los bonos soberanos).
Información importante: Los puntos de vista y opiniones aquí contenidos son los de Karen Wright, directora de inversiones asociada, renta fija global sin restricciones de Schroders, y Michael Lake, director de inversiones, renta fija de Schroders, y no necesariamente representan puntos de vista expresados o reflejados en otras comunicaciones, estrategias o fondos de Schroders. Este material tiene la intención de ser sólo para fines informativos y no tiene la intención de ser material promocional en ningún sentido. El material no pretende ser una oferta o solicitud de compra o venta de ningún instrumento financiero. El material no tiene la intención de proporcionar y no se debe confiar en él para la contabilidad, asesoramiento jurídico o fiscal, o recomendaciones de inversión. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Las rentabilidades pasadas no son una guía para las rentabilidades futuras y es posible que no se repitan. El valor de las inversiones y los ingresos de las mismas pueden disminuir o aumentar, y los inversores pueden no recuperar las cantidades invertidas originalmente. Todas las inversiones implican riesgos, incluido el riesgo de una posible pérdida de capital. Se cree que la información aquí contenida es fiable, pero Schroders no garantiza su integridad o exactitud. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Los dictámenes de este documento incluyen algunos pronósticos. Creemos que estamos basando nuestras expectativas y creencias en suposiciones razonables dentro de los límites de lo que sabemos actualmente. Sin embargo, no hay garantía de que se vayan a realizar previsiones u opiniones. Estos puntos de vista y opiniones pueden cambiar.