Carta de nuestra CIO: el mercado que está por venir
Reflexionamos sobre cómo la consistencia del mercado de bonos es fundamental para que los mercados se mantengan estables ante los altos niveles de incertidumbre política.
Los últimos meses han sido inusuales, porque hemos recibido más preguntas que nunca sobre hacia dónde se dirigen los mercados. Al final, los resultados han sido bastante benignos. El presidente Trump ha estado rompiendo las tradicionales reglas económicas, pero parece que los mercados se mantienen imperturbables: ¿por qué?
Las políticas de Trump son sintomáticas de un cambio a medio plazo en el consenso político: nos estamos alejando de un escenario de rectitud fiscal y dirigiéndonos hacia uno de mayor gasto, estamos migrando de un entorno globalizado a uno donde prima el proteccionismo y estamos viendo un cambio en los tipos de interés, que están pasando de unos niveles mínimos a una política monetaria más restrictiva.
Estos cambios han tenido impactos de diferente calado.
Las sociedades occidentales se han visto profundamente perturbadas por la globalización y la innovación tecnológica. Como consecuencia, el nivel de vida de la persona promedio no ha mejorado. El crecimiento de los salarios fue débil en la última década y la precariedad laboral aumentó. En este contexto, no es tan sorprendente ver una reacción contra el consenso liberal y el regreso de políticas más populistas.
El cambio hacia una política fiscal más expansiva en los últimos años ha impulsado el crecimiento nominal, lo que sigue respaldando los beneficios empresariales. Desde esta perspectiva, las políticas populistas pueden ser útiles para los mercados de renta variable.
Aranceles, la gran incertidumbre que persiste
El principal nubarrón que se vislumbra en el horizonte desde el punto de vista del crecimiento es claramente la incertidumbre sobre los aranceles, con una falta de claridad en torno a los tipos finales y las posibles exclusiones. La ampliación del plazo del acuerdo comercial por parte del presidente Trump no ha aliviado prácticamente las tensiones, ya que ha ido acompañada de una retórica cada vez más agresiva hacia los principales socios comerciales.
Como hemos señalado anteriormente, las reacciones del mercado a las amenazas arancelarias se han vuelto más moderadas con el tiempo, lo que sugiere que los inversores tratan cada vez más tales anuncios como ofertas de apertura en un proceso de negociación más amplio. Esta interpretación ha demostrado ser correcta en gran medida hasta la fecha, pero presenta el riesgo de que los mercados subestimen la voluntad de aplicar aranceles significativamente más altos de lo que se espera actualmente.
Nuestro escenario base sigue siendo un tipo arancelario efectivo del 12 %, el nivel más alto de la historia de la posguerra, aun asumiendo que se realizarán algunos acuerdos. Esto nos lleva a considerar que el riesgo de recesión en EE. UU. es bajo, sobre todo porque el mercado laboral sigue siendo sólido y los precios de la energía están contenidos.
Seguimos siendo positivos en cuanto a la renta variable, aunque esto podría cambiar si nos movemos en un entorno más estanflacionario para EE. UU., ya que los efectos retardados de los aranceles comienzan a afectar a la economía.
Sin embargo, el freno más significativo para la renta variable es la medida en que los mercados de bonos pueden soportar los crecientes niveles de deuda que resultan del mayor gasto público. James Carville, asesor político del presidente Clinton, dijo en una ocasión: «Me gustaría reencarnarme como mercado de bonos. Puedes intimidar a todo el mundo».
Hasta ahora, el gobierno de Trump ha prestado atención al mercado de bonos y parece entender la importancia de su estabilidad. Las expectativas de inflación siguen bajo control. En resumen, los signos siguen siendo benignos, pero hay un par de tendencias que estoy vigilando:
- La inclinación en el largo plazo de la curva de rendimientos. Los rendimientos de los bonos a más largo plazo están subiendo más rápido que los de los bonos a más corto plazo, lo que sugiere que las preocupaciones sobre el gasto se están descontando gradualmente en las valoraciones de los bonos. No hay duda de que el extremo más largo de las curvas se está volviendo más volátil.
- Tenemos que ver cómo Trump trata a la Reserva Federal (Fed); sobre todo, tras la reciente destitución de la gobernadora Lisa Cook.
Dado el aumento de los niveles de deuda, seguimos considerando que los bonos son una fuente útil de rendimiento, pero no una fuente de diversificación. Como hemos dicho muchas veces, para este fin preferimos el oro.
Dólar: situación delicada, pero fuente de liquidez
Al hablar con clientes de todo el mundo, vemos señales de que se están revisando las asignaciones estratégicas al dólar estadounidense. Después de años de un comportamiento superior por parte de EE. UU., los niveles de exposición al dólar estadounidense son bastante altos y se reconoce que se necesita cierta diversificación. Sin embargo, estos cambios llevarán tiempo. El dólar sigue ofreciendo una liquidez sin precedentes, por lo que hay que tener cuidado y no exagerar esta situación.
Es importante que los inversores se mantengan centrados en las tendencias a medio plazo. El consenso político ha cambiado, las correlaciones entre las distintas clases de activos han cambiado, las empresas en las que invertimos se están viendo afectadas por la incertidumbre, pero en muchos sentidos nuestro trabajo como gestores activos es el mismo de siempre: analizar los fundamentales corporativos y nacionales, observar el riesgo desde todos los ángulos, tomar decisiones en condiciones inciertas, estar atentos y ser pacientes en la búsqueda de rentabilidades atractivas.
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