Mantenemos una visión positiva sobre la renta variable europea y sobre el oro como activo diversificador
Este mes hemos realizado algunos ajustes clave en las carteras y mantenemos convicciones firmes en otras clases de activo en renta variable. Seguimos positivos a nivel global, confiando en que el mercado se enfoque en las políticas pro crecimiento de Estados Unidos de la segunda mitad del año.
Además, el impacto de los aranceles parece estar contenido, lo que reduce el riesgo de caídas significativas de la renta variable. Mantenemos una visión positiva en Europa por las valoraciones atractivas y flujos de cajas sólidos, así como en Japón. En cambio, en renta variable de China y del resto de Asia nos mantenemos neutrales.
Respecto a la deuda, conservamos una visión neutral en bonos soberanos de la mayoría de los mercados, aunque con diferencias por región: seguimos negativos en Estados Unidos y preferimos la deuda europea, especialmente la alemana, que se beneficia de la estabilidad fiscal y unas perspectivas de inflación más contenidas. Favorecemos también la deuda emergente denominada en moneda local.
La mayor novedad de la cartera en el espacio del crédito corporativo es la mejora (de negativo a neutral) del investment grade y el high yield en Estados Unidos. Con todo, nuestra preferencia por Europa se mantiene.
El oro como diversificador en un entorno de incertidumbre fiscal y geopolítica es nuestra convicción más fuerte en el espacio de las materias primas; en cambio, nos mantenemos negativos en energía (esperamos que la oferta creciente modere los precios en el medio plazo). En divisas, mantenemos una visión negativa sobre el dólar estadounidense debido a su menor capacidad diversificadora y la incertidumbre política, y estamos positivos en el euro y el yen japonés.
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