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Perspectivas para 2016: Renta variable emergente
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Perspectivas para 2016: Renta variable emergente

El nivel de pesimismo hacia los mercados emergentes ha sido implacable y ha llevado a algunos inversores a cuestionar el argumento de inversión. En opinión de Alan Conway, director de mercados emergentes de Schroders, " esto denota una estrechez de miras, sobre todo teniendo en cuenta que el argumento estratégico de inversión en estos mercados sigue siendo atractivo". No obstante, considera clave que se disipen los obstáculos vinculados al  dólar estadounidense y el crecimiento chino. Os dejamos con su análisis en detalle:


Estabilización del dólar

Uno de los principales obstáculos para los mercados emergentes ha sido la previsión de normalización de la política monetaria en Estados Unidos y la incertidumbre sobre la fecha de la primera subida de tipos, que ha generado un elevado nivel de volatilidad en el mercado. De cara a 2016, lo que ha cambiado es que el dólar estadounidense se ha apreciado un 12% en base ponderada a los intercambios comerciales durante los últimos doce meses y todas las grandes divisas han caído frente a la primera. Por tanto, los mercados parecen reflejar mejor las implicaciones de un contexto de liquidez mundial más ajustada que hace un año.

Creemos que es posible que la Fed lleve a cabo un modesto ajuste de su política monetaria y que los tipos alcancen su máximo en un nivel inferior al de un ciclo más “normal”, en vista de la debilidad del crecimiento en Estados Unidos. En términos históricos, el efecto de las subidas de tipos en Estados Unidos sobre el universo emergente ha sido heterogéneo y, en última instancia, ha dependido de las circunstancias del momento: los últimos dos ciclos de ajuste derivaron en claras entradas de capitales en los mercados emergentes.

Sin perjuicio de lo anterior, la divergencia continuada entre las políticas monetarias de Estados Unidos y sus homólogos desarrollados podría impulsar al dólar y un dólar fuerte suele implicar menor rentabilidad en el universo emergente frente a los países desarrollados. Por tanto, hasta que los inversores no crean que el dólar ya haya recorrido gran parte de su trayectoria alcista, este obstáculo podría seguir ejerciendo su efecto.

Así, aunque el inicio del ajuste monetario en Estados Unidos no impide a los países emergentes generar rentabilidad en 2016, sí que es necesaria una cierta estabilización del dólar. 


Ausencia de grandes sorpresas negativas en el plano del crecimiento

El crecimiento económico del universo desarrollado sigue siendo inferior a la media, si bien debería beneficiarse en 2016 de la continuidad del efecto retardado que trae consigo la caída a la mitad de los precios de la energía. También debería verse impulsado por los nuevos estímulos del Banco Central Europeo, que pretende, en concreto, mantener su política acomodativa durante más tiempo. Esto, a su vez, debería favorecer a los mercados emergentes, donde las sorpresas positivas en cuanto a crecimiento han mostrado mejor orientación tras varios años de decepciones, si bien hasta ahora, a los ingresos les cuesta repuntar.

En 2015, las inquietudes en cuanto al crecimiento y a las políticas monetarias en China han sido los principales obstáculos para el universo emergente, por lo que algún indicio de mejora en este sentido debería resultar positivo para 2016. Seguimos pensando que la probabilidad de que se produzca un aterrizaje forzoso en China es exagerada. Está claro que el antiguo modelo económico del país, con un crecimiento basado en el sector secundario, está sufriendo tensiones y la reticencia por parte de las autoridades a reestructurar algunos sectores —ante las presiones sociales y políticas— ha hecho que los avances en materia de reformas decepcionen. Sin embargo, esto es sólo una parte del panorama general. El nuevo modelo económico chino, más orientado al consumo y a la tecnología, se está beneficiando de un sólido crecimiento estructural y está claro que la economía está dejando de depender de la inversión para impulsar el crecimiento. De hecho, el crecimiento del consumo parece bien orientado para desbancar al de la inversión en 2015 por primera vez en más de una década. También deberá vigilarse muy de cerca si el mercado inmobiliario sigue repuntando en 2016, dado que este sector tiene un efecto más directo en la riqueza y el consumo que la actividad industrial. 

Y lo que es más importante, las autoridades Chinas cuentan con las herramientas necesarias para sostener la economía de ser necesario. De hecho, éstas han implantado recientemente medidas de estímulo tanto monetario como presupuestario y es probable que vuelvan a hacerlo. Aunque prevemos que el crecimiento prosiga su desaceleración a largo plazo hasta niveles más sostenibles, la implantación de una política monetaria expansiva debería contribuir a estabilizar esta variable en 2016.

Así, aunque es poco probable que desaparezcan los temores acerca de un aterrizaje forzoso del país, esperamos que éstos se apacigüen a lo largo de 2016, lo que debería ser positivo para el universo emergente.
 

Retos y oportunidades en función del país

Más allá de las fronteras chinas, la implantación de reformas sigue su curso en varias economías emergentes de peso, lo que podría impulsar el PIB. En la India, por ejemplo, el Gobierno ha adoptado el firme compromiso de realizar cambios y existe la oportunidad de ejecutar un cambio drástico para lograr una tasa de crecimiento superior a largo plazo. Actualmente, la India ha desbancado a China como la economía que más rápido crece del mundo. Sin embargo, las elevadas expectativas pueden traer consigo decepciones y, actualmente, las valoraciones son elevadas.

Entretanto, las previsiones para Brasil siguen siendo complicadas. Las autoridades tratan de implantar las reformas presupuestarias necesarias, pero en un contexto de política monetaria restrictiva y unos mercados de materias primas deprimidos. Si la ortodoxia monetaria se mantiene y los balances se ajustan, el crecimiento del país debería recuperarse pero, hoy por hoy, el riesgo político sigue siendo elevado.

Existen numerosos riesgos geopolíticos en todo el mundo, incluido el que representa Siria y el consiguiente flujo migratorio hacia Europa pero, si estos acontecimientos se intensifican, es probable que sus repercusiones sean más globales que específicas al universo emergente.

Así, la asignación por países sigue siendo clave y ésta sólo debería incrementarse si las acciones de ajuste de las políticas monetarias en el universo desarrollado generan una menor correlación con las economías emergentes.
 

Mercados de valores

El pesimismo sobre los mercados emergentes ha sido implacable (las gestoras especializadas en renta variable emergente han sufrido niveles récord de ventas masivas) y después de tres años consecutivos de rentabilidades inferiores frente a sus homólogos desarrollados, las valoraciones resultan interesantes, especialmente en términos relativos

Si hacemos balance, el universo emergente encara 2016 haciendo frente a los mismos retos que tuvo que capear a principios de 2015. Sin embargo, y lo que resulta más importante, hemos avanzado más en el proceso de ajuste y, si los obstáculos se disipan, podrían sentarse las bases de la recuperación. Así pues, en nuestra opinión, siempre que el ajuste de la Fed sea modesto y que el dólar se estabilice, los inversores pueden volver a centrarse en el sólido argumento de inversión centrado en los fundamentales de los mercados emergentes.

De este modo, la ausencia de un aterrizaje forzoso en China, la recuperación continuada del crecimiento en el mundo desarrollado y la implantación de reformas debería contribuir al repunte de los ingresos en las economías emergentes y, en vista de las interesantes valoraciones, éstas están bien orientadas para arrojar resultados mucho mejores en 2016.

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