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Por qué los inversores climáticos deben priorizar a los más vulnerables
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Por qué los inversores climáticos deben priorizar a los más vulnerables

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La transición hacia un mundo de bajas emisiones está tomando impulso. El número de países y empresas que han alcanzado compromisos para realizar una transición hacia las cero emisiones netas ha aumentado drásticamente. De hecho, esos compromisos se extienden ahora al 90% del PIB mundial. 

Pero eso no es suficiente. Se prevé que, con las actuales políticas y acciones, el calentamiento global aumente 2,7 grados. Sin embargo, el objetivo del Acuerdo de París de 2015 es limitar el aumento de la temperatura a largo plazo a una cifra muy por debajo de los 2 grados, y, preferiblemente, a 1,5 grados. Del mismo modo, quienes viven en mercados emergentes y frontera, que son quienes sentirán sus efectos más drásticos, están peor equipados para protegerse. En muchos casos, su capacidad de anticiparse, prepararse y dar respuestas al cambio climático ya está al límite.  Asimismo, el nivel de preparación en los mercados emergentes y frontera varía mucho de unos países a otros, pero, en general, es muy bajo. Ahora mismo, muchos de estos mercados dependen más de los combustibles fósiles que los mercados desarrollados y eso quiere decir que están en una situación más desfavorable de cara a conseguir las cero emisiones netas.

Si queremos lograr una transición justa hacia una economía con menos emisiones, que use los recursos de manera más eficiente y sea más inclusiva desde el punto de vista social, los países y las empresas deben hacer más para cumplir sus compromisos, y no quedarse en crear una economía verde. También es importante poner en el centro a las personas y los derechos humanos. Deben ayudar a garantizar que los más afectados por el cambio climático estén equipados para protegerse.  Lo mismo ocurre con los inversores privados. Muchos de ellos lo reconocen y se preguntan cómo aunar iniciativas económicas que dejen atrás las emisiones de carbono y a su vez generen oportunidades para los trabajadores y las comunidades locales.  En este sentido, los inversores deben comprometerse a adoptar estrategias de adaptación climática, o a lo que el Pacto de Glasgow para el Clima define como “ayudar a quienes ya afecta el cambio climático”, y no solo a reducir emisiones. También deben trabajar para mejorar los productos financieros y seguros diseñados para personas en riesgo, y medir su impacto a través de las observaciones de la comunidad.

La respuesta tiene (al menos) tres pilares:

1. Invertir en estrategias de adaptación climática

En primer lugar, no alcanzaremos las cero emisiones netas para mediados de siglo sin billones de dólares de financiación privada, un dinero que no acaba de llegar.  Los países desarrollados tienen el compromiso de movilizar 100.000 millones de dólares al año para financiación de la lucha contra el cambio climático, con el fin de ayudar a aquellos en vías de desarrollo. Sin embargo, para desplegar eficazmente estos fondos, los inversores necesitan más ejemplos prácticos de inversiones que impulsen una transición justa y la justicia climática de una forma más amplia. 

Además, los costes anuales de la adaptación climática podrían alcanzar los 300.000 millones de dólares para los mercados emergentes en 2030. Sin embargo, los últimos datos disponibles apuntan que el apoyo financiero a la adaptación sigue siendo muy inferior al que se brinda a la mitigación en todos los países. Es fundamental dar un paso adelante en las actividades de adaptación, lo que incluye incrementar el grado de preparación de los grupos más afectados por el cambio climático y la innovación es un componente fundamental del éxito.

Las estrategias de adaptación climática innovadoras pueden materializarse de muy distintas formas, como el desarrollo de cultivos más resistentes y nuevos sistemas de regadío. Otra  estrategia muy eficaz en la que nos hemos centrado en Schroders a través de BlueOrchard, gestora especializada en inversión de impacto en mercados emergentes, es la creación de un nuevo mercado de seguros climáticos. La inversión de impacto especializada en los mercados emergentes ofrece acceso a seguros climáticos personalizados para microempresas y pymes, así como para familias con rentas bajas, que cubren fenómenos climatológicos extremos. Los seguros son esenciales para el modo de vida y la resiliencia de los pequeños agricultores y ganaderos, puesto que los cultivos o el ganado que aseguran son la única fuente de ingresos de sus hogares. Las estrategias de adaptación climática son ahora uno de los pilares de la mayoría de ofertas de financiación climática.

2. Cómo pueden los seguros climáticos proteger a las comunidades con rentas bajas? 

BlueOrchard lleva ocho años enfocada en proteger a las comunidades con rentas bajas a través de los seguros climáticos. En ese tiempo, hemos ayudado a distribuir seguros climáticos a través de las instituciones financieras de cada país que tienen una base de clientes emprendedores. También hemos invertido en toda la cadena de valor de las aseguradoras y mediadores, así como de las compañías del sector insurtech, que crean nuevas tecnologías para el sector asegurador, como son las herramientas de previsión meteorológica que valoran mejor los riesgos climáticos. 

3. Midiendo el impacto en las comunidades

Integrar los puntos de vista de todos los grupos de interés en el diseño, la supervisión y la evaluación del producto es importante para lograr una transición justa. 

En general, las respuestas a las encuestas que hemos elaborado en BlueOrchard para asegurarnos de que conseguíamos lo que queríamos mostraban que las comunidades se han beneficiado de los seguros climáticos. De todos los encuestados (algunos con seguro, otros no), casi dos terceras partes habían sufrido un shock climático. De los asegurados, el 45% pudieron recurrir a ahorros después del evento climático. Entretanto, solo el 18% de quienes no tenían seguro pudieron hacerlo. Del mismo modo, los encuestados con seguro tenían un 10% más de probabilidades de recuperarse del shock sin vender ningún activo. 

Por lo tanto, quienes comunicaban un siniestro tenían el doble de probabilidades de recuperarse de los shocks que quienes no lo hacían; el 50% de los asegurados se recuperaban, frente al 19% de los que no. Además, los beneficiarios invertían gran parte de las indemnizaciones del seguro en sus explotaciones. 

En conjunto, los mercados emergentes lo tienen todo para ser los más decisivos del mundo. En cierto modo, ya lo son. En ellos vive la mayoría de la población mundial, ellos generan el grueso del PIB global, y crecen más rápido que los mercados desarrollados. Garantizar la resiliencia de las comunidades vulnerables al cambio climático es poner a las personas en el centro de la transición hacia una economía verde. Y, llegados a este punto, incluso aunque la acción contra el cambio climático aún es menor que nuestra ambición global, equipar a los más vulnerables para capear mejor la incertidumbre climática es fundamental. 

 

Las rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras y puede que no vuelvan a repetirse. El valor de las inversiones y las rentas que generan pueden subir al igual que bajar, y los inversores podrían no recuperar el capital invertido inicialmente. Las fluctuaciones de los tipos de cambio pueden provocar variaciones tanto al alza como a la baja en el valor de cualquier inversión. Cualquier referencia a sectores/países/acciones/valores se ofrece únicamente con fines ilustrativos, y no constituye una recomendación de compra o venta de instrumentos financieros/valores, ni de adopción de una estrategia de inversión.

Información importante: Los puntos de vista y opiniones aquí contenidos son los de Maria Teresa Zappia, Responsable de Sostenibilidad e Impacto de Schroders, y no necesariamente representan puntos de vista expresados o reflejados en otras comunicaciones, estrategias o fondos de Schroders. Este material tiene la intención de ser sólo para fines informativos y no tiene la intención de ser material promocional en ningún sentido. El material no pretende ser una oferta o solicitud de compra o venta de ningún instrumento financiero. El material no tiene la intención de proporcionar y no se debe confiar en él para la contabilidad, asesoramiento jurídico o fiscal, o recomendaciones de inversión. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Las rentabilidades pasadas no son una guía para las rentabilidades futuras y es posible que no se repitan. El valor de las inversiones y los ingresos de las mismas pueden disminuir o aumentar, y los inversores pueden no recuperar las cantidades invertidas originalmente. Todas las inversiones implican riesgos, incluido el riesgo de una posible pérdida de capital. Se cree que la información aquí contenida es fiable, pero Schroders no garantiza su integridad o exactitud. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Los dictámenes de este documento incluyen algunos pronósticos. Creemos que estamos basando nuestras expectativas y creencias en suposiciones razonables dentro de los límites de lo que sabemos actualmente. Sin embargo, no hay garantía de que se vayan a realizar previsiones u opiniones. Estos puntos de vista y opiniones pueden cambiar.

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