¿ETFs, fondos indexados o fondos de inversión? Diferencias, ventajas y desventajas

¿ETFs, fondos indexados o fondos de inversión? Diferencias, ventajas y desventajas

¿Es mejor un fondo de inversión o un ETF para invertir? ¿O un fondo indexado? Los ETFs (Exchange-Traded Funds o Fondos Cotizados), los fondos de inversión y los indexados son tres tipos de vehículos de inversión que comparten algunas similitudes pero también tienen diferencias clave.

Lo primero de todo, es importante tener en cuenta que la decisión depende de tu perfil inversor, preferencias y metas financieras. Antes de tomar cualquier decisión de inversión, es aconsejable comprender completamente los detalles y costes asociadosa cada opción.

¿ETFs o fondos indexados? ¿Qué elegir?

Un ETF es un fondo cotizado. Es decir, se trata de un fondo de inversión que funciona como si fuese una acción a efectos prácticos. Esto afecta tanto a su contratación como a su operativa (y a su fiscalidad). ¿Qué es un ETF, cómo funciona y cómo invertir?

como funciona un etf

ETFs y fondos indexados son las dos caras de la inversión pasiva. Son productos parecidos en concepto, pero diferentes en su funcionamiento, cada uno con sus ventajas y desventajas. Las diferencias entre ETFs y fondos indexados hacen que debas invertir en uno u otro según tus objetivos, estrategia y horizonte temporal. Tanto los fondos de inversión como los ETFs o los fondos indexados se dedican a replicar índices bursátiles, pero lo hacen de forma distinta.

Un fondo indexado es un fondo de inversión que busca replicar un índice bursátil concreto. Su funcionamiento es exactamente el mismo que el de un fondo de inversión al uso. Los fondos indexados, por lo tanto, buscan replicar a su índice de referencia y recogen en la misma magnitud sus subidas o sus bajadas. La gran diferencia de los fondos indexados frente a los fondos tradicionales es que, al no existir una gestión activa por parte de un equipo gestor, las comisiones son mucho menores.

Diferencias entre ETFs y fondos indexados: ¿qué es mejor?

La realidad es que la respuesta dependerá de cada caso, tus objetivos y tu operativa. Los ETFs son más accesibles y fáciles de contratar si ya has operado con acciones. Además, las comisiones globales son menores si estás pensando en comprar y esperar. El problema de los ETFs llega en el momento de rebalancear la cartera de inversión y de realizar cambios en su composición.

¿Y los ETF? Siguen teniendo mucho atractivo para posiciones más cortas o intradiarias dentro de la cartera y, por supuesto, para apuestas por sectores concretos. Aunque cada vez más se utilizan dentro de una cartera diversificada para invertir a largo plazo.

También hay que tener en cuenta que un ETF es más fácil de comprar y vender, lo cual tiene efectos a nivel psicológico, ya que con ellos es más tentador hacer trading y comprarlos y venderlos precisamente en momentos en los que no toca.

De hecho, John Bogle, fundador de Vanguard y "padre" de los fondos indexados, pensaba que los ETF eran "una especie de lobo con piel de cordero", ya que para él eran fondos "diseñados para facilitar operar con sus acciones, vestido con el disfraz del fondo indexado tradicional". Bogle pensaba que los ETF eran más eficientes que los fondos indexados si y solo si se mantenían a largo plazo, ya que de media sus comisiones son menores. Pero su eficiencia se pierde si el inversor se ve tentado a mercadear con ellos, decía.

La realidad es que un ETF y un fondo cotizado sobre el S&P 500 están invirtiendo exáctamente en lo mismo: las 500 mayores empresas de Estados Unidos, pero lo hacen en vehículos distintos. 
En ambos casos el objetivo es replicar un determinado índice, pero la forma de hacerlo es diferente y también la operativa. Estas son las diferencias.

  • Un ETF funciona como una acción y, por lo tanto, se puede comprar y vender durante la sesión bursátil y poniendo la orden de compra y venta a un precio determinado. Un fondo índice funciona como un fondo de inversión tradicional, en el que durante el día puede remitirse una orden de suscripción, pero que se ejecuta al final del día al precio que fija la gestora tras calcular el valor de la cartera. Es decir, en el ETF puedes saber el precio al que compras cuando das la orden, mientras en el fondo indexado, no. Puede parecer un detalle menor para el inversor de largo plazo, pero puestos a elegir entre dos productos casi iguales, sí es una diferencia importante. 
  • Un ETF debe estar invertido al 100%, mientras que un fondo índice debe guardar un porcentaje de liquidez obligatorio. 
  • La réplica de los ETF suele ser más exacta que la de un fondo índice, es decir, su evolución se correlaciona mucho más con la del índice. 
  • Las comisiones de gestión los ETF suelen ser menores, aunque depende del tipo de ETF en concreto que estamos comprando. Si es un ETF de gestión activa, puede que nos cueste más que un fondo indexado. Además, hay otros costes adicionales a tener en cuenta, como las comisiones de intermediación, de corretaje o depositaría. Incluso, en el caso de los ETF con poca negociación, puede haber diferencias muy importante en las horquillas de compra y venta, que nos encarezcan la operación. 
  • La fiscalidad es diferente: en otros mercados, los ETF tienen ventajas fiscales sobre los fondos, pero en España no, porque no comparte la fiscalidad de los fondos de inversión, sino de las acciones. Por lo tanto, no se pueden realizar traspasos de un ETF a otro sin peaje fiscal, sino que cada vez que se venda con ganancias hay que tributar por las plusvalías.  
  • Compras mensuales frente a aportaciones mensuales: para invertir en un fondo indexado puedes dar órdenes periódicas para aportar dinero a ese fondo con la periodicidad que tu eligas, sin embargo con un ETF no es tan sencillo programar periódicamente las compras.

Al final fondos cotizados y fondos indexados son parecidos pero muy diferentes.

¿Invertir en ETFs o en fondos de inversión? 

A continuación te detallamos las principales diferencias entre un ETF y un fondo de inversión, así como sus ventajas y desventajas:

  • Costes de operativa de compra y venta: con un ETF habrá que pagar por cada operación de compra y de venta, al igual que con una acción. Esta compra y venta también será inmediata al valor que cotice en ese momento. En los fondos de inversión puede existir una comisión por suscripción y por reembolso, pero está en desuso y cada vez menos fondos la aplican.
     
  • Comisiones: por lo general, las comisiones de gestión de los ETFs son más bajas que las de los fondos de inversión, ya que requieren de una menor gestión y operativa. Pero como ya hemos dicho, con un ETF cada vez que realices un movimiento tendrás que pagar por él. A modo de ejemplo, si estás pensando en realizar aportaciones periódicas a un ETF, cada aportación tendrá un coste, algo que no ocurre con los fondos de inversión.
     
  • Accesibilidad: los ETFs son acciones y como tales las puedes contratar libremente en cualquier bróker que opere en el mercado en el que cotiza el ETF. Con los fondos de inversión no ocurre lo mismo y muchas gestoras restringen su comercialización a determinadas entidades.
     
  • Fiscalidad: la fiscalidad es la principal ventaja de los fondos de inversión frente a los ETFs, por lo menos sobre el papel. El traspaso entre fondos de inversión está exento de tributar, lo que genera un diferimiento fiscal muy ventajoso para invertir a largo plazo, frente a los ETF, que tributan como una acción cualquiera y por lo tanto no tienen la figura del traspaso.
     
  • Oferta: la oferta de ETFs es mucho más amplia que la de fondos de inversión e incluye ETFs sectoriales o mercados específicos que muchas veces no tienen una réplica clara en forma de fondo.

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Este contenido se ha elaborado bajo un criterio editorial y no constituye una recomendación ni propuesta de inversión. La inversión contiene riesgos. Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.


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