Hace apenas un año, el 7 de octubre, el mundo contenía la respiración mientras veíamos los vídeos con los ataques de Hamas contra Israel e imaginábamos que sería el detonante de un estallido bélico de la permanente tensión en Oriente Medio. Por desgracia, no va a ser un aniversario en paz, sino que el conflicto se ha ido agravando y se ha extendido hacia Líbano e Irán.
Curiosamente, hace aun año se decía que había que vigilar la evolución de la región, porque si acababa derivando en un enfrentamiento de Israel contra Irán, el conflictó sí podría impactar en los mercados.
Pues bien, a pesar de los misiles de Irán sobre Israel y la amenaza del estado hebreo de aumentar la ofensiva en respuesta, las bolsas han cerrado la semana casi en zona de máximos históricos. En EEUU, el más seguido, el S&P 500, los tiene a tiro de piedra.
La renta variable global también los roza. El fondo de acciones mundiales más popular en Finect, el Vanguard Global Stock Index Fund, sube un 18% en 2024 y más de un 25% a un año. Ni los conflictos ni la guerras comerciales ni la incertidumbre política... Ni la contracción del sector manufacturero. Nada frena a los índices.
Los inversores hemos comprado el vaso medio lleno, en el que vemos a los bancos centrales bajando tipos para sostener el crecimiento y el empleo. Nos complacemos en que EEUU mantiene su economía fuerte, evita la recesión y las compañías vuelven a incrementar sus beneficios.
Curiosamente, si volvemos a mirar a un año atrás, vemos una realidad muy distinta. En octubre de 2023 el ánimo de los inversores estaba por los suelos. Las bolsas habían caído con fuerza desde agosto, ante la posibilidad de que la Fed mantuviera los tipos altos durante más tiempo del que se esperaba entonces y dañara la economía.
El petróleo llegó a superar los 90 dólares y muchos lo veían por encima de 100, lo que realimentaba el temor a una segunda oleada de inflación. Los resultados corporativos no acababan de recuperar el tono positivo. El índice Fear & Greed que elabora la CNN mostraba lecturas en zona de pesimismo severo.
Desde entonces, como hemos dicho, las acciones mundiales han recuperado cerca de un 25% y ahora sucede lo contrario: el optimismo desafía cualquier preocupación y los índices de ánimo inversores están colmados de confianza.
Se acercan a esos niveles de sobreconfianza que suelen encender las alarmas de cautela. Así, el índice Bull & Bear que elabora Bank of America ya está en zona roja, acercándose al nivel que los estrategas de la entidad asocian con un buen momento para vender.
Aún no han llegado a esos niveles extremos, pero habrá que estar vigilantes en las próximas semanas. Si el mercado se atiende a las estadísticas históricas, el final de año suele ser positivo para las cotizaciones y podría generar esa escalada hasta zona de venta por sentimiento.
Como mínimo, para seguirlo. Que es lo que estamos haciendo desde Finect con estos dos contenidos audivosuales que te comparto a continuación:
- Nuestro Finect Focus de esta semana, en el que charlo con Rafa Peña, gestor de Olea Neutral, un fondo con un muy extenso historial y que ha gestionado muy bien en el pasado el riesgo en niveles de optimismo excesivo.
- Nuestro episodio 3x03 de Finect Alpha, el podcast para inversores avanzados y profesionales de la inversión, en el que esta semana hemos contado con Jonás González, reponsable de selección de fondos de Mutuactivos, y Javier de Berenguer, analista de fondos de Mapfre Gestión Patrimonial.
Este contenido se ha elaborado bajo un criterio editorial y no constituye una recomendación ni propuesta de inversión. La inversión contiene riesgos. Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.
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