El fin de una era: la deuda con rendimiento negativo desaparece 10 años después

El fin de una era: la deuda con rendimiento negativo desaparece 10 años después

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Aunque parezca que es algo remoto y lejano, hubo una época en la que lo habitual era que los títulos de deuda no solo no dieran rentabilidades, sino que encima tuvieran rentabilidades negativas. Tener que pagar por prestar dinero fue tónica general de un mundo en el que el efectivo inundaba el sistema. Y no hablamos de unos años en blanco y negro, no. Hablamos de hace menos de 4 años.

Un reciente informe de Bank of America presenta una interesante gráfica, que revela una tendencia: el desplome total de la deuda con rendimiento negativo. Este fenómeno ha desaparecido por completo en menos de cuatro años, cerrando así un capítulo significativo de la era de los tipos de interés ultrabajos.

En diciembre de 2020, la deuda con rendimiento negativo alcanzó su punto máximo en casi 18.000 billones de dólares. Hoy, 3 años y medio después, esos bonos en negativo ya están en cero. Ya prácticamente no existen.

La burbuja de la deuda negativa

Para comprender la magnitud del cambio, es crucial recordar los motivos detrás de la expansión sin precedentes de la deuda con rendimiento negativo. Esta situación se dio principalmente en el contexto posterior a la crisis financiera de 2008, cuando los bancos centrales de todo el mundo implementaron políticas monetarias extremadamente expansivas.

A través de programas de compra de activos y la reducción de los tipos de interés a niveles cercanos a cero, o incluso negativos, los bancos centrales intentaron estimular el crecimiento económico y combatir la deflación.

En este entorno, los inversores, en busca de seguridad y ante la falta de alternativas con rendimientos positivos, aceptaron comprar deuda que garantizaba una pérdida si se mantenía hasta su vencimiento.

La reversión: de la abundancia de liquidez a la normalización monetaria

Esta situación ha cambiado drásticamente en los últimos años. A partir de 2021, la deuda con rendimiento negativo comenzó a disminuir rápidamente a medida que los bancos centrales, especialmente la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo, iniciaron un proceso de normalización de la política monetaria. La retirada de estímulos, junto con el aumento de los tipos de interés para combatir la creciente inflación, revirtieron la tendencia de los rendimientos negativos.

Para el 2022, la deuda con rendimiento negativo ya había caído significativamente, y para 2024, según el gráfico, se ha reducido a cero. Este colapso no solo marca el fin de un fenómeno económico peculiar, sino que también subraya el retorno a un entorno financiero donde los inversores esperan recibir un rendimiento positivo por su capital.

Por tanto, la era de la deuda con rendimiento negativo, que alguna vez fue vista como un síntoma de una economía global disfuncional, ha llegado a su fin. Mientras que algunos economistas argumentan que esta situación podría volver si los bancos centrales enfrentan nuevas crisis, lo cierto es que el entorno actual apunta hacia una normalización más sostenida de los rendimientos de la renta fija.


Este contenido se ha elaborado parcialmente con inteligencia artificial, bajo un criterio editorial y no constituye una recomendación ni propuesta de inversión. La inversión contiene riesgos. Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.


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