Fondos: cómo reducir las comisiones eligiendo la mejor clase de acción
A la hora de contratar un fondo de inversión ya sea a través de internet, en el banco o de forma directa en la gestora es probable que encontremos un producto con el mismo nombre en el que sólo cambia en la parte final algunas letras o abreviaturas. Pues bien, dentro de un mismo fondo de inversión existen distintas clases de acciones o participaciones orientadas a diferentes tipo de inversores (institucionales, particulares).
Por lo que es muy importante distinguir entre las distintas clases que tiene un fondo y las comisiones que aplican cada una de ellas sino queremos pagar de más. Al fin y al cabo a lo largo del tiempo estas pueden tener un importante impacto en términos de rentabilidad y fiscalidad. Por eso el objetivo de este artículo es abordar las distintas clases que tiene un fondo así como entender las comisiones que repercuten a sus partícipes.
Para hacerlo más sencillo vamos a utilizar un caso práctico:
(Haz click en la imagen para ampliar o pincha aquí para ver todas las clases del fondo)
Como podemos observar en la imagen las clases destinadas a inversores institucionales (Participación mínima superior) tienen unas comisiones algo más bajas que las destinadas a inversores particulares. La forma más sencilla de distinguir entre la clase institucional y retail es mirando la inversión mínima y las comisiones, ya que cada gestora utiliza un criterio para nombrarlas.
En muchas ocasiones las clases institucionales suelen estar marcadas con una letra I al final del nombre del fondo. En este caso por ejemplo podemos ver que la gestora la denomina como C-H. En cambio las clases retail suelen estar marcadas con una A o con una letra E pero vuelvo a repetir depende del producto. Robeco, en este caso, marca las claes retail con las letras D, DH, F y M.
Pero donde hay que prestar una mayor atención es en las clases para inversores particulares. Una gran cantidad de fondos en España, sobre todo internacionales, distribuyen dos clases de fondos distintas para inversores particulares, que apenas se diferencian en la inversión mínima pero sí en las comisiones. Aquí está la trampa y es que la clase E que sólo se distribuye en España tiene unas comisiones superiores que la clase destinada a banca privada que es algo más económica.
No obstante, a los inversores les queda otra alternativa, que está en las clases limpias. Estas clases, al no contar con una comisión de retrocesión, (ya que la gesotra no paga comisiones a aquellos que distribuyen los fondos) tienen unos costes mucho más reducidos. ¿Y cómo identificarlas? Desde Finect es muy sencillo. Tal y como veis en la imagen superior, en la ficha de cada fondo aparecen las diferentes clases limpias que tiene, así como sus comisiones y su mínimo de inversión. Además, siempre que un fondo tenga clase limpia aparecerá con un pequeño botón color marrón en el que se indica, tal y como aparece en la siguiente imagen.
Al margen de todo esto, las clases pueden estar clasificadas también en función de si la inversión se mantiene o si reparte rentas de forma periódica. En general y como podemos ver en el ejemplo los fondos de acumulación llevan al final las iniciales Acc y los fondos de distribución las letras Dis o Inc.
Por otro lado el nombre suele reflejar la divisa (EUR, USD etc.). De manera que el inversor puede escoger una u otra en función de la moneda a la que quiera estar expuesto. En el caso que la divisa este cubierta a través de derivados aparecerá la palabra Hedge o su abreviatura.
Terminar comentando que todas las comisiones tienen un límite establecido por la ley. Si en vuestra plataforma o banco no os ofrecen la clase barata siempre podéis buscar otro distribuidor que sí ofrezca esta opción. No olvidéis que en Finect podéis iniciar la contratación con diferentes distribuidores y elegir el que mejor se adapte a vuestras necesidades.
Os dejo una píldora por aquí con la que podéis calcular el coste de vuestro fondo: