La CEO de Magallanes llevará al BME Growth en febrero su socimi para gente sin hogar
'techô' es el nombre de la socimi social impulsada por Blanca Hernández, socia fundadora y CEO de la gestora value Magallanes y consejera de empresas como Ebro Foods o PharmaMar. Y no podría estar mejor escogido, porque su misión es facilitar un techo a las más de 30.000 personas sin hogar que hay en España.
Este vehículo de inversión de impacto se ha constituido con un segundo objetivo: recuperar inmuebles y aportarlos al mercado inmobiliario. "En España hay 4 millones de viviendas vacías", señala la firma. Lo que hace la socimi es adquirir estos pisos a sus propietarios, renovarlos y alojar allí a personas sin hogar a cambio de un alquiler muy bajo, del que se hacen cargo las entidades sociales y ONGs implicadas. De esta forma, explican, se evita un "mal uso" que podría traducirse en infraviviendas, narcopisos u okupación ilegal.
Según indica la sociedad de inversión en su último 'Informe de Impacto', publicado en noviembre, hasta la fecha cuentan con 28 millones de euros de inversión comprometidos, de los que ya se han aportado 25,2 millones para la compra de más de 100 inmuebles. Con este capital, se ha proporcionado alojamiento a un total de 526 beneficiados.
Objetivo: BME Growth
Su estrategia para los próximos meses pasa por seguir cumpliendo objetivos de inversión comprometida, compra de viviendas y solución de alojamiento. Y debutar en el BME Growth, un hito que confían en que tenga lugar en el segundo mes de 2024. "Esperamos salir a finales de febrero" con una valoración que se situaría "en el entorno de los 30 millones" de euros, ha confirmado Blanca Hernández, cofundadora y presidenta de la socimi, a Finect.
Se sumaría de esta forma la lista de cerca de 80 socimis que cotizan en el BME Growth, mientras que otras cuatro (Árima, Colonial, LAR y Merlin Properties) lo hacen en el Mercado Continuo. Estos vehículos de inversión en inmobiliario, cuya principal actividad es adquirir, promocionar y rehabilitar activos inmobiliarios con el fin de arrendarlos, cuentan con una política de reparto de dividendos constante. También 'techô', aunque parte de estos dividendos, según los propios inversores, se donarán a la Fundación techô para seguir combatiendo el sinhogarismo.
La inversión inicial está en 1.000 euros y, según indican, el proyecto ha atraído ya a un total de 104 inversores de los que el 2% son retail, el 68% Family Offices y el 30%, institucionales.
Para los potenciales inversores, cabe recordar que se trata de una inversión de impacto en la que prima "la rentabilidad social", tal y como señala la socimi en su documentación. "Los inversores están dispuestos a renunciar a la rentabilidad económica por la rentabilidad social", incide Hernández, quien añade que el objetivo es lograr una inversión lo suficientemente rentable para que sea "viable y escalable". En este sentido, destacan que la morosidad es del 0% y la ocupación en los hogares rehabilitados por las entidades asciende al 100%. El alquiler se sitúa con un descuento medio respecto al mercado de entre el 15-30%.
"Es una demostración de que la colaboración público-privada: empresas, administraciones, entidades sociales e inversores de impacto podemos trabajar con un fin común", señalaba la fundadora y presidenta de 'techô' en declaraciones a Europa Press durante la entrega de premios de la Fundación Seres 2023, donde el proyecto fue reconocido con un galardón.
La cadena es la siguiente: los inversores de impacto aportan capital con el objetivo de comprar pisos, las entidades sociales transforman esos pisos en hogares y acompañan a los colectivos necesitados en su recuperación, las administraciones apoyan a estas entidades sociales y a sus inquilinos con políticas de inclusión y subvenciones al alquiler o inversión. A este proceso se suman las empresas que colaboran en la gestión de 'techô', aportando sus servicios profesionales probono, y los trabajadores y voluntarios de la socimi.
Este contenido se ha elaborado bajo un criterio editorial y no constituye una recomendación ni propuesta de inversión. La inversión contiene riesgos. Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.
