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La lección bursátil del sector energético, según Fisher Investments España
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La lección bursátil del sector energético, según Fisher Investments España

Los análisis de Fisher Investments España muestran que los mercados miran hacia adelante, pero ni demasiado cerca ni demasiado lejos. ¿Qué significa esto en la práctica? Creemos que un vistazo a la evolución del sector energético en los últimos dos años -y lo que los analistas que seguimos dijeron sobre sus perspectivas- puede resultar esclarecedor.

Hemos comprobado que una ventana temporal de entre 3 y 30 meses, aproximadamente, es el plazo en el que las acciones suelen poner la mayor parte de su foco. ¿Por qué? Creemos que los mercados descuentan eficazmente la información ampliamente conocida. Los acontecimientos que probablemente se produzcan en los próximos tres meses -ya sean publicaciones de beneficios empresariales, datos económicos, acontecimientos políticos, etc.- reciben mucha atención por adelantado. Según la experiencia de Fisher Investments España, todo este debate -que incluye previsiones, artículos de opinión y otras cosas similares- se refleja en los precios de las acciones con bastante rapidez, ya que influye en las expectativas de los inversores y en sus decisiones. Esto nos sugiere que estas cuestiones a corto plazo restan muy rápidamente el poder de sorpresa a los mercados.

En cuanto al plazo más largo, las acciones dan derecho a una participación en los beneficios futuros de las empresas, que es la razón por la que los inversores las poseen, en nuestra opinión, y, por lo tanto, lo que los mercados evalúan continuamente. Pero más allá de unos 30 meses, creemos que pueden surgir numerosas variables imprevisibles, lo que hace imposible calcular la probabilidad de los posibles resultados. El análisis de Fisher Investments España muestra que los mercados se mueven más en función de las probabilidades que de las posibilidades, lo que hace que centrarse en posibilidades lejanas sea improductivo. Dentro de una década o más, las tendencias de una empresa o de un sector podrían cambiar radicalmente. Por ejemplo, en los inicios de la era de la información, pocos podían prever hasta qué punto Internet o los teléfonos inteligentes transformarían el panorama económico, y mucho menos cuándo ocurriría.

Por lo tanto, creemos que a los inversores probablemente les conviene basar sus decisiones sobre todo en dos preguntas. En primer lugar, ¿cuáles son los principales factores que determinan los beneficios de los valores en un plazo de entre 3 y 30 meses? La identificación de estos factores permite a los inversores estimar las tendencias probables de los beneficios de las empresas. En segundo lugar, basándose en esos factores la otra pregunta es, ¿cómo es probable que evolucionen los beneficios futuros en los próximos 3 a 30 meses con respecto a lo que ya se conoce y por tanto que ya está descontado en las cotizaciones? Creemos que las respuestas a estas dos preguntas determinan en gran medida la dirección de las acciones a largo plazo. En opinión de Fisher Investments España, la información que queda fuera de estos ámbitos tiene poco impacto en la evolución futura de las acciones.

Para ayudar a ilustrar la capacidad de los mercados de filtrar el ruido, creemos que vale la pena considerar cómo el sector energético ha superado los pronósticos pasados sobre su futuro lejano. En 1962, el geólogo de la industria petrolera M. King Hubbert predijo que el mundo alcanzaría el "pico " de producción de petróleo en el año 2000, tras lo cual entraría en un declive terminal1. Esa previsión resultó ser incorrecta: en el año 2000, la producción mundial de crudo superó los 70 millones de barriles diarios2. Menos de dos décadas después, la producción mundial superaba los 84 millones, un 20% más3. Desde el análisis de Hubbert, ha habido una gran cantidad de estimaciones que predicen el pico de producción mundial de petróleo; la mayoría también han sido erróneas.4

Por ejemplo, muchos analistas que Fisher Investments España siguió a mediados de la década de 2000 afirmaron que el pico de producción de petróleo se estaba acercando, lo que plantearía problemas a las empresas energéticas. Entre 2005 y 2011 parecía que la producción mundial de petróleo se había estabilizado en torno a los 75 millones de barriles diarios5. Sin embargo, entre 2005 y 2011, las acciones del sector de la energía superaron ampliamente al índice MSCI World, contradiciendo las suposiciones de muchos de los analistas mencionados6. Tras un aparente estancamiento, la producción de petróleo se recuperó impulsada por la revolución del petróleo de esquisto en Estados Unidos, que utilizó técnicas de fracturación hidráulica y perforación horizontal para extraer combustibles fósiles de formaciones de roca de esquisto y aumentar considerablemente la producción7.

Sin embargo, esto acabó provocando que la oferta mundial -alimentada por la producción estadounidense- superara a la demanda, lo que provocó el desplome del precio del petróleo entre 2014 y 20168. En lugar de anunciar el pico de la oferta de petróleo, los analistas que manejaban esa teoría comenzaron a predecir un pico de la demanda: aunque la producción sea abundante, decían, el consumo está cayendo a largo plazo, y nunca se recuperará. El sector de la energía arrojó una rentabilidad sustancialmente inferior a la de la renta variable mundial desde 2014 hasta 20209.

Pero hoy nos parece claro que las preocupaciones sobre el pico de la demanda de petróleo que condenaba a los valores energéticos eran prematuras o simplemente erróneas. El sector de la energía ha sido, con diferencia, el que mejor se ha comportado desde finales de 2020, con una rentabilidad del 144,9 % frente al 20,6 % del índice MSCI World10. Los beneficios del sector energético dependen principalmente de los precios del petróleo, según nuestro análisis. Estos, y por consiguiente las acciones dependientes de ellos, se dispararon cuando la demanda mundial cobró impulso debido a la reapertura, a la que se sumaron los cuellos de botella en la cadena de suministro y la guerra de Rusia en Ucrania11. Creemos que esto fue en gran medida inesperado: el aumento de los precios del petróleo y los consiguientes beneficios registrados en el sector de la energía constituyeron una sorpresa positiva que impulsó considerablemente la rentabilidad del sector.

Aunque este análisis se refiere a un solo sector, creemos que ofrece un ejemplo claro de cara al posicionamiento de la cartera de inversión en general. En nuestra experiencia, cuando se evalúan las posiciones, a menudo hay mucha información que examinar. Fisher Investments España cree que centrarse en los probables beneficios de los valores en los futuros 3 a 30 meses y compararlos con las expectativas puede resultar útil para separar el grano de la paja.

 

No se pierda las últimas noticias y perspectivas de los mercados de Fisher Investments España:

 
"Energy Resources", M. King Hubbert, National Academy of Sciences, 1962.
Fuente: FactSet, a 9/6/2022. Producción mundial de crudo, de noviembre de 2000 a noviembre de 2018.
3 Ibid.
"When Will World Oil Production Peak?" Guy Caruso, US Energy Information Administration, 13/6/2005.
Fuente: FactSet, a 9/6/2022. Producción mundial de crudo, de mayo de 2005 a septiembre de 2011.
Ibid. Afirmación basada en la rentabilidad de los índices MSCI World Energy y MSCI World con dividendos netos, del 31/12/2004 al 31/12/2011.
"The Shale Revolution", David Wethe, Bloomberg, 27/12/2019. Consultado a través de Internet Archive.
Fuente: FactSet, a 9/6/2022. Precio del barril de crudo Brent, del 2/9/2014 al 20/1/2016.
Ibid. Afirmación basada en la rentabilidad de los índices MSCI World Energy y MSCI World con dividendos netos, del 31/12/2013 al 31/12/2020.
10 Ibid. Afirmación basada en la rentabilidad de los índices MSCI World Energy y MSCI World con dividendos netos, del 31/12/2020 al 8/6/2022.
11 Ibid. Precio del barril de crudo Brent, del 21/4/2020 al 8/3/2022.
 

 

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El presente documento recoge la opinión general de Fisher Investments Europe y no debe ser considerado como un servicio de asesoramiento personalizado en materia de inversiones o fiscal ni un reflejo de la rentabilidad de sus clientes. No se garantiza que Fisher Investments Europe siga sosteniendo estas opiniones, las cuales pueden cambiar en cualquier momento a la luz de nuevos datos, análisis o consideraciones. La información que figura en el presente documento no pretende ser una recomendación o un pronóstico de las condiciones del mercado. En su lugar, tiene por objeto esclarecer los aspectos tratados. Los mercados actuales y futuros pueden diferir ampliamente de los que se describen en este documento. Asimismo, no se garantiza la exactitud de ninguna de las hipótesis empleadas en los ejemplos contenidos en el presente documento.
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