Declaración de la renta: ¿cuál es la fiscalidad de mi vivienda?
Los impuestos que pagamos por nuestros inmuebles varían dependiendo de cómo los utilicemos, pero es importante recordar que, incluso si están exentos, deben ser incluidos en la declaración de la renta, empezando por nuestra vivienda habitual. En términos generales, el alquiler tributa como rendimiento del capital inmobiliario, mientras que una venta lo hace como ganancia o pérdida patrimonial.
Si hemos realizado una obra en nuestra vivienda, hay deducciones, como las destinadas a adecuar la vivienda habitual del contribuyente por razón de discapacidad, en dónde el límite es de 12.080 euros. También tienen deducción las obras de rehabilitación pensadas para mejorar la eficiencia energética de la vivienda, llegando a una deducción de hasta el 60%.
En cuanto a las segundas residencias o viviendas vacacionales, estas sí están sujetas a impuestos. En este sentido, los inmuebles que no constituyen como nuestra residencia habitual, pero que tampoco generan rentas, tributan por la imputación de rentas en la base general.
