10 gráficos +1 para explicar la fortaleza de la bolsa estadounidense
La renta variable de EE.UU. ha experimentado una buena racha que ha influido al alza en las valoraciones. Pese a todo, nuestro equipo de inversión considera que todavía sigue existiendo atractivo en esta región, como comenta Ángel Agudo, gestor del FF America Fund: "Aparte de los factores estructurales positivos, la economía está viviendo una potente recuperación cíclica que puede constatarse tanto en el auge continuado del sector de la vivienda como en las impresionantes cifras de creación de empleo, que han dejado la tasa de paro por debajo de los niveles anteriores a la crisis": En su opinión, "el hundimiento del precio del petróleo en fechas más recientes dará un enorme impulso al consumo debido al abaratamiento de la gasolina, que esperamos que compense con creces el efecto negativo derivado del descenso del petróleo para las inversiones en el sector energético”.
Vamos a repasar en este artículo 10 gráficos + 1 que explican la fortaleza del mercado de acciones de EEUU.
1. Las acciones no están caras
La primera razón tiene que ver con la valoración. Atendiendo a los
últimos PER, la renta variable estadounidense no se encuentra
sobrevalorada, y el PER actual sólo está ligeramente por encima de la
media a largo plazo.
2 ... Y están baratas comparadas con los bonos
Este atractivo relativo de las acciones estadounidenses se
aprecia claramente cuando se compara la rentabilidad por beneficios de
la bolsa estadounidense con el interés de los bonos del Tesoro
de EE.UU. a 10 años; la diferencia entre los dos (ilustrada debajo) se
sitúa actualmente en más del 3,0%, muy por encima de la media del 0,2%
de los últimos 30 años
3. Entregados a generar valor para el accionista
La bolsa estadounidense supera sistemáticamente a todas las
demás en indicadores como la rentabilidad sobre el capital, la
rentabilidad sobre los recursos propios y el valor económico añadido
(EVA).
4. Impresionante crecimiento de los dividendos
A pesar de haber subido más del triple desde 2009, el índice
S&P 500 sigue ofreciendo una rentabilidad por dividendo muy
competitiva en torno al 2,0%. En los últimos 16 trimestres, los
dividendos del S&P 500 han crecido una media del 14,1%
interanual; son muy pocos los activos en todo el mundo que pueden
igualar este crecimiento de las rentas.
5. Correlación positiva con el dólar
Aunque la fortaleza del dólar lastra los beneficios de los
exportadores, no todas las empresas estadounidenses están orientadas a
las exportaciones y para los inversores que no tienen el dólar como
moneda de referencia y no la cubren,
también eleva las
rentabilidades en su divisa nacional.
6. Recuperación económica asentada
La economía ha crecido más de un 10% comparado con el
comienzo de 2007, antes de que la crisis financiera mundial estallara.
La recuperación explica por qué la Reserva Federal
estadounidense es el único gran banco
central que está endureciendo su política monetaria y será el
primero en comenzar a
"normalizar" (es decir, subir) los tipos de interés.
7. Amplia mejora del mercado laboral
La tasa actual de desempleo de EE.UU. es del 5,4%. Se mueve por
debajo de la media del 6,4% de los últimos 35 años. Se sitúa en su
nivel más bajo desde 2008. Está en sintonía con la estimación de la
Fed para la tasa "normal" a largo plazo del 5,2-5,5%
8. Buena evolución en los inicios de ciclo de tipos al alza
En los últimos cuatro ciclos de subidas de tipos en EE.UU. las
acciones estadounidenses mostraban ganancias un año después de la
primera subida de tipos en todos los casos, con un avance medio del
6,8% en estos periodos.
9. Líder mundial en innovación
La capacidad de innovación de EE.UU. es más fuerte precisamente
en las áreas en las que se está dando una mayor creación de valor,
como en tecnología y farmacia. En tecnología, nueve de las diez
mayores multinacionales tecnológicas del mundo por capitalización
bursátil en mayo de 2015 eran estadounidenses, incluidos contrastados
líderes en innovación como Apple y Google.
10. Mayor independencia energética
Gracias al boom de la energía del esquisto, EE.UU. marcha a buen
ritmo para conseguir la autosuficiencia energética; así, la relación
entre la producción energética primaria y el consumo ha pasado de
menos del 70% en 2005 hasta aproximadamente el 88% en 2014. Este
hecho da apoyo a la economía en forma de menores importaciones de
energía, reducción del déficit exterior y mayor competitividad de las
industrias nacionales gracias al abaratamiento de los costes
energéticos.
El aumento de la producción de petróleo de esquisto en EE.UU. ha
sido determinante para el hundimiento reciente de los precios
internacionales del petróleo; esto supone un obstáculo a corto plazo
para la industria del esquisto, pero impulsa la producción general de
EE.UU. debido al impacto positivo en el consumo y la reducción de los
costes de producción.
10 +1 Demografía comparativamente buena
Aunque no es un factor puramente económico, es junto con la
productividad una de las claves para el crecimiento económico a largo
plazo. EE.UU. presenta el perfil demográfico más positivo de todos los
grandes países desarrollados, a diferencia de países como Japón y
Alemania, donde las poblaciones están contrayéndose. Lo hace a tasas
comparables a la de países emergentes como Indonesia y Brasil.
Los factores clave que sostienen esta dinámica son la
inmigración y una tasa de fertilidad relativamente
elevada de
2,1 hijos por mujer, que se acerca mucho a la "tasa de relevo generacional".
Todo un conjunto de factores, que explican la visión positiva de Dominic Rossi, director de inversiones de renta variable de Fidelity: " El crecimiento constante del dividendo será uno de los motores principales de la evolución de la bolsa estadounidense, y el S&P 500 podría superar los 2.400 puntos antes de que tome posesión el nuevo presidente de EE.UU. en 2017”.
Aviso Legal: Exclusivamente para profesionales de la inversión. No debe ser tomado como referencia por inversores particulares.