Nuestra CIO comparte su enfoque para aprovechar las oportunidades del mercado en 2024
Encaramos un año en el que en torno a la mitad de la población mundial está llamada a votar en las elecciones de sus países, los bancos centrales acaparan la atención de unos mercados muy pendientes de un giro en su política de tipos de interés, y los acontecimientos geopolíticos también podrían contribuir a redefinir el futuro de las finanzas globales.
Tras el fuerte repunte de los mercados a finales de año, las valoraciones parecen un poco ajustadas en todas las clases de activos. Nuestra hipótesis de base sigue siendo la del aterrizaje suave en EE.UU. Esto ya se refleja en gran medida en el nivel de la renta variable, los diferenciales de crédito y el alcance de los recortes de tipos descontados en el mercado de bonos.
El reto, por supuesto, es estar preparados, dado que los mercados pueden moverse con bastante rapidez: tenemos elecciones en 40 países este año, un entorno geopolítico tenso y unos bancos centrales en pleno "aterrizaje de la economía". Son todos ellos factores que pueden crear volatilidad.
Ahora que los tipos de interés sobre el efectivo empiezan a bajar, creemos que hay que estar invertidos, pero con enfoques flexibles que puedan navegar por estos mercados y aprovechar las oportunidades de compra a medida que surjan.
No prevemos recortes significativos de los tipos dado el contexto de altos niveles de empleo. Aunque la inflación sigue avanzando en la dirección correcta y el crecimiento salarial ha tocado techo, nos parece prematuro que la Reserva Federal recorte los tipos de forma tan agresiva. En consecuencia, hemos cerrado nuestras posiciones de larga duración para beneficiarnos de unos tipos más bajos.
En la medida en que la Reserva Federal opte por centrarse en la caída de la inflación en vez de en las tensas condiciones del empleo, consideraríamos que el entorno es más alcista para la renta variable que para la renta fija. No en vano, seguimos considerando que el riesgo de una recesión inminente en EE.UU. es bajo.
En términos más generales, y en el contexto del 3D Reset, la siguiente fase que debemos considerar es qué políticas surgen de este cambio de paradigma. Esto se debe en parte a las diferentes condiciones a las que se enfrenta cada economía. Esta divergencia económica es una fuente de oportunidades de inversión. Veámoslo en detalle:
- Muchos países de mercados emergentes han aplicado políticas más ortodoxas que ahora dejan a sus mercados de deuda en un buen lugar, con margen para una mayor relajación de los tipos, por lo que estamos positivos en deuda emergente en moneda local.
- China se enfrenta a un entorno deflacionista mientras hace frente a las ramificaciones de su crisis inmobiliaria. Somos optimistas con el momento en el que se encuentra su ciclo de exportaciones, pero creemos que no puede fiarlo todo al mercantilismo dado el tamaño de su economía y la reacción proteccionista de Occidente.
- Japón sigue aplicando políticas de estímulo acordes a su largo historial deflacionista. Su elevado nivel de deuda pública podría ser un obstáculo para el endurecimiento monetario o fiscal.
- Europa, por su parte, tiene un problema de crecimiento por el envejecimiento de su población y unos costes energéticos superiores a los de sus competidores. Como contrapartida, tiene un sistema político relativamente estable y sus políticas fiscales conservadoras favorecen a los bonos europeos.
- Estados Unidos ha podido aplicar políticas de estímulo más agresivas gracias a la posición del dólar como moneda de reserva del mundo. Como dijo Reagan en una ocasión: ""No me preocupa el déficit. Es lo suficientemente grande como para cuidarse solo". Sin embargo, la elección de Donald Trump como presidente a final de año podría acabar con la paciencia de los inversores (si diera lugar a un mayor despilfarro fiscal).
Seguimos viviendo en un mundo que lidia con las secuelas de la pandemia y se enfrenta a una disrupción tecnológica implacable. Las 3Ds (demografía, desglobalización y descarbonización) también han influido en la relación entre crecimiento e inflación.
Todo ello pone en entredicho el consenso económico forjado durante muchos años. Tenemos que luchar contra la tendencia a confiar en las "reglas" de inversión que nos han servido durante la última década. En su lugar, debemos centrarnos en las divergencias que se están produciendo y en las nuevas oportunidades que éstas están creando.
Información importante: Los puntos de vista y opiniones aquí contenidos son los de Johanna Kyrklund, Co-responsable de Inversión y directora de Inversión del Grupo Schroders, y no necesariamente representan puntos de vista expresados o reflejados en otras comunicaciones, estrategias o fondos de Schroders. Este material pretende ser solo para fines informativos y no pretende ser material promocional en ningún sentido. El material no pretende ser una oferta o solicitud de compra o venta de ningún instrumento financiero. El material no tiene la intención de proporcionar y no se debe confiar en él para la contabilidad, asesoramiento jurídico o fiscal, o recomendaciones de inversión. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Las rentabilidades pasadas no son una guía para las rentabilidades futuras y es posible que no se repitan. El valor de las inversiones y los ingresos de las mismas pueden disminuir o aumentar, y los inversores pueden no recuperar las cantidades invertidas originalmente. Todas las inversiones implican riesgos, incluido el riesgo de una posible pérdida de capital. Se cree que la información aquí contenida es fiable, pero Schroders no garantiza su integridad o exactitud. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Los dictámenes de este documento incluyen algunos pronósticos. Creemos que estamos basando nuestras expectativas y creencias en suposiciones razonables dentro de los límites de lo que sabemos actualmente. Sin embargo, no hay garantía de que se vayan a realizar previsiones u opiniones. Estos puntos de vista y opiniones pueden cambiar.