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Renta variable global: por qué los mercados no siempre siguen el guión geopolítico
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Renta variable global: por qué los mercados no siempre siguen el guión geopolítico

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Algunos inversores utilizan la volatilidad asociada para aumentar la rentabilidad de sus carteras. Para otros, las principales implicaciones giran en torno a la diversificación del riesgo. Todos ellos tienen en cuenta las malas o buenas noticias que pueden estar ya descontadas, y nos recuerdan cómo el contexto geopolítico o económico a menudo no se correlacionan directamente con las oportunidades de rentabilidad de la renta variable. Destacamos cinco observaciones que todo inversor en esta clase de activo debe considerar.

1. La geopolítica es increíblemente difícil de predecir

La geopolítica es algo increíblemente difícil de predecir, por eso, como gestores de fondos, nos centramos en las cosas que podemos controlar y conocer.

Oportunidad y amenaza suelen ser dos caras de la misma moneda. Constantemente nos preguntamos al invertir en una determinada empresa o con una determinada tesis: ¿Estamos suficientemente diversificados? ¿Nos estamos limitando a una única opción? ¿El resultado de una determinada situación geopolítica va a influir enormemente en la cartera?  Y eso es, precisamente lo que intentamos evitar.

2. Las tendencias llegan a su fin en algún momento

Siempre nos centramos en buscar las empresas con las mejores perspectivas de crecimiento en todo el mundo, y lo hacemos basándonos en los fundamentales, porque es lo que podemos evaluar en el turbulento mundo actual.

Estos entornos de mercado complejos están muy relacionados con los sesgos conductuales. La gente tiende a mirar al pasado y asumir que la historia se repite, sin mirar necesariamente hacia delante. Sin embargo, es evidente que las cosas cambian. En términos de inversión, Estados Unidos ha sido el país dominante en los últimos 100 años. Gracias a una relativa estabilidad, el mercado bursátil estadounidense ha sido extraordinariamente rentable para los inversores.  Una serie de factores, como la elevada tasa de innovación, siguen favoreciendo a Estados Unidos, si bien es poco probable que este dominio persista indefinidamente. De hecho, el actual excepcionalismo estadounidense podría tener consecuencias imprevistas, como el ascenso de China como nuevo líder mundial.

A más corto plazo, es interesante observar que las bolsas europeas ya han superado materialmente a las estadounidenses este año, basándose en la idea de que quizá las expectativas se han vuelto demasiado negativas. Algo parecido podría ocurrir en China, donde partimos de una base muy baja.

3. Separar la política, la economía, la bolsa y la selección de valores

La demografía a largo plazo, el telón de fondo político y muchas de las cosas que diríamos que son tendencias estructurales están bien establecidas y se entienden bastante bien. Algunos de ellas cambiarán con el tiempo. Pero la pregunta es: ¿cuánto se paga por ellos?

La otra cuestión es que, incluso en los mercados que están bien establecidos, hay empresas que tienen dificultades, y viceversa. Muchos inversores se dejan seducir por los mercados emergentes debido a los elevados niveles de crecimiento del PIB a lo largo del tiempo. Sin duda, es un aspecto atractivo y pueden ser economías muy dinámicas. Sin embargo, los inversores suelen olvidar que no existe correlación alguna entre el crecimiento del PIB de un país y el de su mercado bursátil.

4. Disrupción, volatilidad y oportunidades para las estrategias cuantitativas

La única certeza de los mercados a estas alturas de año es que la incertidumbre va a persistir.

Como gestores activos que observamos las carteras de los clientes a diario, la gestión del riesgo será clave. Creo que la disciplina en torno a la recogida de beneficios y el reaprovechamiento de esos ingresos hacia las áreas que potencialmente se han visto menos afectadas o que han capeado la tormenta un poco mejor será esencial. En todo caso, los dos últimos años hemos lidiado con mercados eran más fáciles de navegar ya que la volatilidad no estaba tan presente.

Este año apunta en la dirección contraria de los dos últimos años: Habrá disrupciones y la volatilidad presentará oportunidades, y corresponderá a los gestores activos aprovecharlas.

5. Los inversores con horizontes a largo plazo tienen mejores oportunidades

Los inversores deben tener una visión a largo plazo. La inversión en renta variable debe adoptar un horizonte temporal de entre 5 y 15 años, sobre todo entre inversores jóvenes, capaces de adoptar esa perspectiva y de afrontar la volatilidad a corto plazo.

El coste es sin duda un factor, e invertir en productos con comisiones bajas, como los fondos pasivos, resulta sin duda útil. Sin embargo, invertir con gestores que apuestan por la inversión activa, por añadir valor a los índices de referencia pasivos, puede ser increíblemente gratificante con el paso del tiempo. Incluso una tasa de capitalización del 1% o 2% por encima de un índice de referencia puede suponer una enorme diferencia con el paso del tiempo. Por ello, pensamos que es importante contar con componentes tanto pasivos como activos a la hora de construir una cartera.


Información importante: Los puntos de vista y opiniones aquí contenidos son los de Lesley-Ann Morgan, directora global de pensiones y jubilación, Alex Tedder, CIO de renta variable, Nick Kirrage, jefe del equipo global value y Lukas Kamblevicius, codirector del equipo de inversión QEP Schroders, y no necesariamente representan puntos de vista expresados o reflejados en otras comunicaciones, estrategias o fondos de Schroders. Este material tiene la intención de ser sólo para fines informativos y no tiene la intención de ser material promocional en ningún sentido. El material no pretende ser una oferta o solicitud de compra o venta de ningún instrumento financiero. El material no tiene la intención de proporcionar y no se debe confiar en él para la contabilidad, asesoramiento jurídico o fiscal, o recomendaciones de inversión. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Las rentabilidades pasadas no son una guía para las rentabilidades futuras y es posible que no se repitan. El valor de las inversiones y los ingresos de las mismas pueden disminuir o aumentar, y los inversores pueden no recuperar las cantidades invertidas originalmente. Todas las inversiones implican riesgos, incluido el riesgo de una posible pérdida de capital. Se cree que la información aquí contenida es fiable, pero Schroders no garantiza su integridad o exactitud. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Los dictámenes de este documento incluyen algunos pronósticos. Creemos que estamos basando nuestras expectativas y creencias en suposiciones razonables dentro de los límites de lo que sabemos actualmente. Sin embargo, no hay garantía de que se vayan a realizar previsiones u opiniones. Estos puntos de vista y opiniones pueden cambiar.


 

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