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Semana de la Tierra: la inversión ‘verde’ impulsa la lucha contra el cambio climático
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Semana de la Tierra: la inversión ‘verde’ impulsa la lucha contra el cambio climático

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Un nuevo paradigma en la política y el comportamiento del mercado está impulsando la acción para atajar el calentamiento global descontrolado. La invasión de Ucrania por Rusia ha puesto de relieve los problemas de seguridad energética, que hacen más urgente la transición hacia economías verdes.

Es probable que los países aceleren rápidamente la descarbonización de la generación de energía, ya que las emisiones deben reducirse más de un 40% en los próximos siete años como paso intermedio crucial hacia las emisiones netas cero en 2050.

El paso a las emisiones netas cero representa una nueva tendencia estructural clave para la economía mundial motivada por diversos factores, entre los que se encuentra la preocupación por la seguridad energética derivada de la guerra en Ucrania, y exigirá un cambio radical en el sistema energético y en otros sectores clave de la economía. A continuación, se analizarán las medidas políticas que probablemente apliquen los gobiernos para incentivar el paso a cero emisiones netas y sus implicaciones macroeconómicas.

Cómo impulsar la inversión en tecnologías verdes y los efectos sobre la economía

Lograr cero emisiones netas exige un cambio radical del mix energético. La tarificación del carbono, ya sea en forma de un marco de comercio de derechos de emisión con fijación previa de límites máximos, como el Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión (RCCDE), o de un impuesto sobre el carbono, se considera en general el principal enfoque político necesario para resolver el problema climático. Al internalizar los costes del impacto negativo sobre la salud, el medio ambiente y las generaciones futuras, los precios del carbono ofrecen grandes incentivos para reducir el consumo de combustibles fósiles y, en última instancia, para realizar la transición hacia las emisiones netas cero.

Por lo que la tarificación del carbono no sólo frena la demanda de fuentes de energía fósiles, sino que también fomenta la inversión empresarial en energías renovables y tecnologías bajas en carbono, al tiempo que mejora la eficiencia energética.

Esta innovación inducida por los precios representa el enfoque del palo para la mitigación del cambio climático. La alternativa, la zanahoria, consiste en inducir la innovación mediante subvenciones verdes. Esto es, por ejemplo, lo que estamos viendo en países como Estados Unidos, que se están centrando en aumentar la oferta de energías renovables mediante financiación pública. Sin embargo, muchos economistas no lo consideran eficiente desde el punto de vista del coste y sólo representa una segunda mejor opción. Esto se debe a que las subvenciones públicas pueden provocar un exceso de capacidad y ejercer presión sobre las finanzas públicas. No obstante, los sistemas de tarificación del carbono pueden ser una importante fuente de ingresos que los gobiernos pueden reinvertir en la economía. Esto puede ocurrir en forma de pagos directos a los hogares o, indirectamente, utilizando los ingresos adicionales para reducir el déficit público.

Por otro lado, como se analiza con más detalle a continuación, una tarificación más estricta del carbono será inflacionista al menos durante la próxima década, debido a la fuerte dependencia de los combustibles fósiles. Es lo que los bancos centrales llaman "fosilflación".

Asimismo, habrá otro elemento inflacionista -la "inflación verde"- debido a la escasez de minerales y metales clave. Combinada con un elevado precio del carbono, esta escasez probablemente aumentará el coste de producción, incrementando los precios y reduciendo la demanda, lo que inevitablemente se traducirá en una menor producción económica global. Esto significa que la mitigación del cambio climático tendrá un impacto negativo en el crecimiento del PIB mundial, salvo en el caso más optimista.

Es posible que los rápidos avances de las tecnologías verdes compensen lo peor de estas pérdidas de productividad, pero es poco probable que esto ocurra en los próximos 10 años.

Oportunidades para los inversores

Aunque se espera que estos cambios políticos presionen al alza la inflación y frenen el crecimiento económico, hay otra fuerza en juego que podría aliviar este resultado estanflacionario: la inversión en tecnología e innovación, un elemento clave para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas.

La inversión en tecnologías verdes ya sigue una tendencia acelerada. De hecho, la inversión en toda la cadena de valor sostenible se ha duplicado desde la firma del Acuerdo de París en 2015, pasando de 650.000 millones de dólares a 1,3 billones en 2022.

 Es probable que esto impulse aún más la actividad en toda la cadena de valor, creando grandes oportunidades para los inversores. Las empresas de estos segmentos concretos captarán este capital y lo convertirán en nuevos beneficios y crecimiento del flujo de caja.

Las empresas que invierten en tecnologías como la captura y el almacenamiento de carbono, las nuevas infraestructuras de transporte, las redes inteligentes y el hidrógeno sostenible serán probablemente el objetivo de los inversores. El cambio hacia la energía neta cero no consiste únicamente en abandonar los combustibles fósiles, sino también en la electrificación de la energía y en el desarrollo y expansión de nuevas tecnologías que permitan un uso más eficiente de la energía, como las bombas de calor en lugar de las calderas de gas para calentar nuestros edificios.

Los incentivos a la oferta en forma de subvenciones a la I+D y créditos fiscales serán necesarios para reducir los costes de innovación y son fundamentales para facilitar la creación de estas nuevas tecnologías.

Como ya se ha dicho, una mayor innovación contribuirá a impulsar la productividad, compensando en parte el impacto inflacionista del aumento de los precios del carbono. Sin embargo, es importante destacar que no empezaremos a ver estos beneficios de mitigación de los precios gracias al aumento de la inversión hasta después de 2030.

En resumen, el cambio tecnológico estimulará el crecimiento económico, al tiempo que reducirá la inflación a largo plazo. Esto se debe a que el éxito del despliegue de nuevas tecnologías significa que los impuestos sobre el carbono no necesitan subir tanto como lo habrían hecho de otro modo. Por ejemplo, si se pueden capturar más emisiones en el punto de emisión y luego almacenarlas, tal vez canalizándolas de vuelta a yacimientos de petróleo y gas en desuso, el cambio necesario en los comportamientos podría no tener que ser tan extremo. Esencialmente, la tecnología reducirá el coste marginal de la reducción de emisiones, creando al mismo tiempo importantes oportunidades de inversión.

 

Información importante: Los puntos de vista y opiniones aquí contenidos son los Irene Lauro, economista medioambiental de Schroders, y no necesariamente representan puntos de vista expresados o reflejados en otras comunicaciones, estrategias o fondos de Schroders. Este material tiene la intención de ser sólo para fines informativos y no tiene la intención de ser material promocional en ningún sentido. El material no pretende ser una oferta o solicitud de compra o venta de ningún instrumento financiero. El material no tiene la intención de proporcionar y no se debe confiar en él para la contabilidad, asesoramiento jurídico o fiscal, o recomendaciones de inversión. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Las rentabilidades pasadas no son una guía para las rentabilidades futuras y es posible que no se repitan. El valor de las inversiones y los ingresos de las mismas pueden disminuir o aumentar, y los inversores pueden no recuperar las cantidades invertidas originalmente. Todas las inversiones implican riesgos, incluido el riesgo de una posible pérdida de capital. Se cree que la información aquí contenida es fiable, pero Schroders no garantiza su integridad o exactitud. No se debe confiar en las opiniones y la información de este documento cuando se toman decisiones individuales de inversión y/o estratégicas. Los dictámenes de este documento incluyen algunos pronósticos. Creemos que estamos basando nuestras expectativas y creencias en suposiciones razonables dentro de los límites de lo que sabemos actualmente. Sin embargo, no hay garantía de que se vayan a realizar previsiones u opiniones. Estos puntos de vista y opiniones pueden cambiar.

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