A principios de 2024, pocos eran los que no veían claro que había que estar en renta fija. Con un mercado que descontaba hasta siete bajadas de tipos de interés, todo indicaba que iba a ser su gran año.
De hecho, hace seis meses, la renta fija en Europa ofrecía "el mejor perfil rentabilidad riesgo de cuántos activos existían, monopolizando gran parte de los flujos frente a otros activos", recuerda Daniel Pingarrón, director de ventas de Natixis Investment Managers en Iberia.
Sin embargo, hay que reconocer que "el resultado en la primera mitad del año no ha sido precisamente el esperado en muchos subtipos de bonos", explica Pingarrón.
Él mismo señala que lo que mejor se ha comportado ha sido la renta fija con menor duración (mercados monetarios y soluciones de ultra corto plazo), junto con el high yield (activo que correlaciona más con la renta variable). Mientras que las que más han sufrido han sido las soluciones de renta fija con vencimientos más largos (mayor efecto duración), que han pasado por una gran volatilidad que no han compensado con mayor rentabilidad.
No obstante, a pesar del atropellado inicio del año, los expertos se muestran bastante optimistas con la renta fija para lo que queda de 2024. Por ejemplo, desde GVC Gaesco pronostican que se mantendrá un entorno atractivo para el mercado en general hasta final de año. Esta valoración positiva, aplicable tanto en activos de renta fija como en renta variable, viene dada por "el retraso en las bajadas de tipos de interés por un factor positivo como es el crecimiento económico y un entorno inflacionario relativamente estable", explica Gema Martínez-Delgado, directora de asesoramiento y gestión de carteras de la compañía.
A lo que Benjamin Melman, CIO global de Edmond de Rothschild AM, añade que, si la desaceleración económica se materializa rápidamente en EE.UU., “todos los mercados de renta fija se beneficiarían”.
De confirmarse el buen desempeño de la renta fija en lo que queda del año, tal y como auguran los expertos, aún falta por responder la pregunta del millón: ¿qué activos podrían generar una mayor rentabilidad?
Oportunidad en deuda de mercados emergentes
Natixis IM ve una clara oportunidad en renta fija de emergentes, sobre todo en hard currency y corta duración, ya que, a su juicio, ofrece una prima de rentabilidad adicional sin asumir mucho más riesgo. Mientras que, en EdR AM confirman su intención de aumentar su exposición a la deuda emergente una vez que la señal de pivote de la Fed sea lo suficientemente fuerte.
En Schroders también ven valor en la deuda de los mercados emergentes. De hecho, argumentan que los emergentes presentan actualmente unas condiciones fiscales más saneadas que los desarrollados; que su deuda ha salido reforzada del reajuste de los tipos de interés de 2022; que son los grandes beneficiarios de los cambios estructurales en las relaciones mundiales y que constituyen inversiones en deuda de alta calidad.
¿Y en la deuda soberana?
Con respecto a la deuda pública, la mayoría de las voces apuntan a la deuda a corto plazo, como es el caso de Renta 4 Gestora (según recogen en Cinco Días), que explica que ante un escenario de tipos todavía en niveles altos en Europa, los fondos monetarios y de corto plazo, van a seguir ofreciendo unas rentabilidades atractivas en los próximos meses.
Por su parte, en GVC Gaesco concretaron que su estrategia se basará en aumentar exposición a deuda soberana a corto plazo de Estados Unidos y de la Eurozona, ya que ofrecen "una remuneración del corto plazo muy atractiva para inversores conservadores".
Ante la disyuntiva de elegir entre Europa y EE.UU., en Natixis IM prefieren el mercado americano al europeo, "especialmente en tramos largos de la curva". Y por el contrario, en Janus Henderson aseguran que "preferimos los mercados europeos a los estadounidenses, ya que la economía europea, relativamente más débil, ofrece más visibilidad de una trayectoria de tipos más bajos".
A su vez, en Wellington Management apuestan por una posición sobreponderada en bonos core. "Las expectativas del mercado de recortes agresivos se han reducido y los riesgos parecen ahora más equilibrados. El crecimiento en los salarios y las contrataciones siguen enfriándose, pero a un ritmo más lento de lo previsto. Creemos que la posibilidad de una mayor desinflación y revalorización del mercado respaldan nuestra opinión más positiva sobre la duración".
¿Y en la deuda corporativa?
En crédito, los expertos ven varias oportunidades de cara a la fase final del año, aunque la deuda corporativa de grado de inversión es la favorita de muchos de ellos. Por ejemplo, en Abrdn, consideran que los bonos corporativos europeos con grado de inversión presentan un buen valor a medio y largo plazo.
Una apuesta a la que se suma GVC Gaesco, los cuales comentan que para este tercer trimestre, "esperamos que el tramo largo de la curva siga ajustándose al alza, y por lo tanto vemos un mayor atractivo en las duraciones cortas para capturar rentabilidad. A pesar del estrechamiento que han mostrado los spreads de crédito, seguimos viendo valor en esta clase de activo, buscando siempre calidades crediticias de grado de inversión y moderando la exposición a high yield y la deuda subordinada".
Para Capital Group, la deuda de grado de inversión y los bonos de titulización hipotecaria están bien posicionados. "Dado el reciente repunte que han registrado los diferenciales de la deuda corporativa, encontramos más oportunidades en los sectores de mayor calidad con rendimientos atractivos, como el crédito titulizado y los bonos de titulización hipotecaria emitidos por organismos gubernamentales", explican.
Por último, en Natixis IM confirman que su preferencia pasa por el grado de inversión de corta duración. Pero puntualizan que hay que tener en cuenta que los spreads de crédito se han comprimido muchísimo durante los últimos meses, hasta alcanzar el nivel mínimo desde 2010 en Europa. "Esto nos lleva a la preferencia por elegir una gestión activa y conservadora de la renta fija para la segunda mitad de año", aseguran.
La duración de la deuda: opiniones opuestas
En cuanto a qué duración tener en cartera, a día de hoy, desde UBP no ven "un catalizador para aumentar la duración" en cartera, ya que necesitan más datos indicativos de que la inflación está descendiendo para agregar duración. En este sentido, subrayan que, con la curva de tipos invertida, se puede obtener un mayor carry en el extremo corto de la curva, a 1 o 2 años, en comparación con los vencimientos a 5 años. Lo que convierte la posición corta en una estrategia "cómoda".
Una opinión contraria tienen en Creand WM que destaca que la rentabilidad de los bonos gubernamentales de las principales economías cotiza en un rango relativamente estrecho, por lo que, en este escenario, la entidad aprovecharía rebotes en las rentabilidades para aumentar la duración. Aunque continúa la inversión de la curva, Creand WM cree que "debería coger pendiente positiva en un medio plazo".
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Este contenido se ha elaborado bajo un criterio editorial y no constituye una recomendación ni propuesta de inversión. La inversión contiene riesgos. Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.
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