¿Es el efectivo una solución de inversión a largo plazo?
El efectivo ha gozado de una gran popularidad en los últimos meses. Los inversores consideraban que estos activos ofrecían una protección a las subidas de tipos de interés aprobadas por los bancos centrales para controlar la elevada inflación.
"El efectivo ha conseguido ofrecer cierta protección frente a las subidas de tipos y la perturbación provocada por la acusada aversión al riesgo, al tiempo que ha proporcionado unos sustanciales rendimientos", ha destacado Bennoit Anne, director del grupo de soluciones de inversión de la gestora estadounidense MFS Investment Management.
"El efectivo y los activos líquidos equivalentes han obtenido buenos resultados en los últimos 24 meses y mejores que una cartera diversificada asignada tanto a renta variable como a renta fija en un entorno en el que había pocos activos en los que refugiarse mientras seguía desarrollándose el peor episodio bajista de los mercados de renta fija", ha explicado Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de la gestora de activos francesa Carmignac, en un artículo publicado en Finect.
Sin embargo, los expertos creen que la situación macroeconómica ha cambiado y que el efectivo ya no resulta tan interesante, sobre todo en el largo plazo. "El panorama macroeconómico ha cambiado radicalmente. Ahora que el tipo de los fondos federales se halla en su cota máxima o muy cerca de ella, creemos que el efectivo (expresado en forma de CD), probablemente, empezará a perder gas con respecto al crédito en el futuro próximo. Apostamos por asumir algo de riesgo de crédito como una alternativa interesante a la asignación a efectivo", ha señalado Anne.
El experto de Carmignac ha echado la vista atrás para comparar históricamente el comportamiento de una cartera diversificada y el efectivo. "Aunque, en retrospectiva, mantener efectivo ha sido, en determinados momentos, más rentable que mantener bonos y acciones, mirando por el retrovisor, rara vez ha sido el principio rector más adecuado para las rentabilidades futuras", ha señalado.
Tras este análisis cree que optar por una cartera diversificada es mejor opción a largo plazo. "La historia sugiere que a los inversores les conviene invertir en una cartera diversificada que asigne capital tanto a renta variable como a renta fija, incluso cuando el efectivo y los activos líquidos equivalentes presentan rentabilidades tan altas o más que las primas de riesgo de la renta variable, las rentabilidades de la deuda corporativa o la deuda a más largo plazo", ha asegurado Thozet.
"Obtener un 4% en euros (o un 5% en dólares) manteniendo instrumentos con liquidez similar al efectivo puede ser tentador. Sin embargo, los inversores racionales deberían mirar más allá del llamativo e indiscutible carry que ofrecen estos instrumentos a corto plazo. Por un lado, si lo que se busca es rentabilidad, se pueden encontrar oportunidades más atractivas en diferentes segmentos y clases de activos", ha apuntado.
Este contenido se ha elaborado bajo un criterio editorial y no constituye una recomendación ni propuesta de inversión. La inversión contiene riesgos. Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.
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