Japón ha sido el epicentro de la volatilidad vivida en los mercados financieros en las últimas sesiones. La decisión del Banco de Japón de subir los tipos de interés impulsó el valor del yen japonés, lo que provocó un terremoto en los mercados financieros. El índice bursátil japonés Nikkei 225 —referencia de la Bolsa de Tokio— sufrió una caída del 12,40% en la sesión del lunes, su peor jornada desde octubre de 1987.
El fortalecimiento de la divisa japonesa llevó a muchos inversores a deshacer sus operaciones de carry trade, como contamos el pasado viernes en Finect. "No se puede deshacer la mayor operación de carry trade que el mundo haya visto jamás sin romper algunas cabezas", advirtió Kit Juckes, estratega jefe de divisas de Société Générale, en una nota publicada el lunes.
El carry trade es una estrategia muy utilizada entre los inversores internacionales. Consiste en que un inversor se financia en una divisa con una tasa de interés baja e invierte ese dinero en activos de mayor rendimiento en otra divisa más fuerte. Así se benefician de las diferencias existentes entre los tipos de interés de los distintos bancos centrales.
Esta estrategia de inversión había logrado mucha popularidad en los últimos años. Muchos inversores habían aprovechado la debilidad del yen japonés en los últimos meses para utilizarla en estas operaciones. La razón es que las tasas de interés eran muy bajas en Japón. Por tanto, endeudarse era barato.
Esta situación cambió radicalmente con la decisión del Banco de Japón y la reciente apreciación de la divisa —pasó de 162 yenes por dólar a mediados de julio a 149 yenes por dólar este lunes—. Los activos estadounidenses comprados en yenes serían menos rentables e, incluso, podrían provocar pérdidas. Esto llevó a muchos inversores empiecen a deshacer sus posiciones bajistas. Esta decisión, a su vez, impulsó todavía más el valor del yen.
Este fenómeno no solo afecta a Japón, sino que como se ha comprobado en las últimas sesiones bursátiles, puede afectar a los mercados financieros globales. Si los inversores continúan deshaciendo posiciones, continuará afectando a las Bolsas. Pero su impacto resulta muy complicado de vaticinar. "La pregunta más difícil es qué sucederá después", añadió Juckes.
Este contenido se ha elaborado bajo un criterio editorial y no constituye una recomendación ni propuesta de inversión. La inversión contiene riesgos. Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.
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