En medio de ciertas dudas con la bolsa y ciertos valores de renta variable en los últimos días, muchos se están pensando si se puede aprovechar esta volatilidad precisamente para virar las carteras más hacia activos de renta fija. ¿Es buen momento para aumentar los bonos en cartera?
“Los rendimientos han vuelto y, en nuestra opinión, han llegado para quedarse”, comentan desde BNY Mellon Investments en uno de sus últimos análisis en su grupo en Finect. La gestora sugiere que quizás estemos entrando en una nueva era dorada para los inversores en renta fija.
Los analistas señalan que, a pesar de algunos indicios de estabilización de la inflación y relajación en las subidas de los tipos de interés a mediados de 2024, “creemos que los bancos centrales seguirán operando en rangos de tipos más altos en los próximos años”, lo cual debería mantener elevados los rendimientos de los bonos.
Además, en el extremo más largo de las curvas de rentabilidad, la elevada emisión de deuda pública y la disminución de la proporción de deuda en los balances de los bancos centrales deberían mantener elevados los rendimientos. “Creemos que, con el tiempo, esto se irá integrando lentamente en la psicología del mercado, manteniendo los rendimientos de los bonos en niveles similares a los observados antes de la crisis financiera mundial”.
"Los tipos de interés bajos no van a volver"
Un factor importante es esa adaptación del mercado a un entorno de tipos de interés más altos. "Es probable que los agentes del mercado tarden algún tiempo en acostumbrarse a la idea de que los tipos de interés extremadamente bajos no van a volver". Comentan que algunos inversores, especialmente los más jóvenes, nunca han conocido un periodo dominado por políticas monetarias estrictas y podrían necesitar tiempo para ajustar sus expectativas y estrategias de inversión.
Además, mencionan que la globalización, que anteriormente ejercía presión a la baja sobre los precios, está dando paso a un proteccionismo creciente, lo que complicará el control sostenido de la inflación por parte de los bancos centrales.
En cuanto a la volatilidad, el análisis de BNY Mellon subraya que los mercados de renta fija, al estar basados en gran medida en los ingresos, suelen ser “menos volátiles y más predecibles que otras clases de activos como la renta variable”. Esto puede ofrecer rendimientos fiables, menor riesgo de depreciación y ventajas de diversificación.
En muchos casos, los ingresos generados por la renta fija pueden contrarrestar las caídas de precios, creando una protección natural contra las pérdidas, siempre que los rendimientos sean suficientemente altos y exista un horizonte temporal adecuado, comentan.
"Los balances de las empresas parecen saneados"
A nivel corporativo, muchas empresas están bien posicionadas en esta fase del ciclo económico. “Los balances de las empresas parecen saneados, al igual que los perfiles de deuda”, destacan los analistas. Durante la pandemia, muchas empresas aprovecharon los bajos tipos de interés para asegurar niveles de financiación ventajosos a largo plazo, aislándolas de las recientes subidas de tipos y permitiéndoles planificar adecuadamente para futuros costes de financiación más elevados.
Esta sólida salud financiera de las empresas crea un entorno favorable para la inversión en renta fija corporativa. Con un menor riesgo de impago y una mayor capacidad para gestionar la deuda, las empresas pueden ofrecer rendimientos atractivos a los inversores, especialmente en el sector del high yield global. En comparación con la renta variable, donde el riesgo de caídas pronunciadas es mayor, la renta fija corporativa puede proporcionar una fuente de ingresos más estable y predecible.
En el contexto actual, BNY Mellon cree que “los objetivos de rentabilidad a largo plazo pueden alcanzarse únicamente con la renta fija”, señalando que muchos segmentos de este mercado ofrecen rendimientos comparables o incluso superiores a los del índice MSCI World.
Finalmente, el análisis concluye que la generación de ingresos en los mercados de renta fija puede proporcionar una protección natural contra las caídas del mercado, siempre que los rendimientos sean suficientemente altos y exista un horizonte temporal adecuado.
Durante las recesiones económicas, cuando los mercados de renta variable suelen caer y las economías entran en recesión, los rendimientos de la renta fija tienden a mejorar. “En las recesiones económicas, cuando los mercados de renta variable suelen caer, suelen ser algunos de los mejores periodos para los rendimientos de la renta fija”, comentan.
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Este contenido se ha elaborado parcialmente con inteligencia artificial, bajo un criterio editorial y no constituye una recomendación ni propuesta de inversión. La inversión contiene riesgos. Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.
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