El mono de tu cerebro, el monstruo del pánico y las inversiones

El mono de tu cerebro, el monstruo del pánico y las inversiones

Gracias a este artículo de Verne he llegado a esta interesante charla de Ted, en la que el blogger Tim Urban comenta de manera muy divertida por qué los humanos solemos "procrastinar", lo que la wikipedia define como " la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables".

Recomiendo ver el vídeo, se trata de apenas 14 minutos que se pasan en un suspiro y la charla es muy amena. Está en inglés con subtítulos en español. Pero si no tienes tiempo, te lo resumo brevemente a continuación y te explico por qué lo comparto en un post en una red social de finanzas.  

Lo que viene a explicar Tim es que muchos conocemos bien, a no ser que tengamos una enorme capacidad de planificación y ejecución estratégica. Nos cuesta ponernos manos a la obra con muchas decisiones que, aunque son muy importantes, nos resultan complejas o poco divertidas. Así que, cuando nos debemos poner con ello, acabamos encontrando otras cosas más sencillas y entretenidas que realizar. 

Si pensamos en el mundo de las finanzas, el estereotipo suele tener dos de las cualidades que más pesan en la procrastinación: parece algo complejo y muy poco divertido. Sabemos que es muy importante, en realidad tenemos claro que debemos poner en marcha un buen plan de ahorro e inversión, si algún día queremos llevar a los hijos a la universidad o jubilarnos. Somos conscientes de que en algún momento tenemos que afrontarlo. 

Sin embargo, enseguida aparecen las excusas. "Ya, pero es que para hacerlo bien necesito dedicarle tiempo a pensar en ello y ahora estoy muy liado", te dices antes de ponerte el partido de Champions en la tele o ponerte a ver esa serie en tu iPad. "Bueno, en verano, que tengo tiempo y estoy más tranquilo, me hago un buen plan y empiezo". Pero luego pasa agosto y nos ha tenido tiempo. De hecho, se te ha olvidado. "De esta Navidad no pasa". Y así sucesivamente. 

Si te ocurre esto es porque, en esas situaciones, el mono que tenemos en el cerebro que comenta Tim Urban en la charla, ha tomado el timón. Igual que cuando tenías que entregar el trabajo de fin de carrera y lo fuiste dejando todo para el final, por el camino ha ido ganando la batalla lo trivial. Y en el fondo piensas que, si otras veces has ido saliendo del paso, haciéndolo a última hora, por qué ahora iba a ser diferente.

El problema con tus decisiones financieras es que esta procrastinación puede salir muy muy cara. Sobre todo, por el efecto del interés compuesto (explicado en unience en diversos artículos y en sus comentarios como éste de @xiscom, éste clásico de @lovolive, éste de @ivangv , éste de @emgocor de  o éste de @luis1), esa maravilla de la matemática que hace que, cuanto antes empieces a invertir, mucho mayor será el dinero que tendrás al final del plan obteniendo cada año la misma rentabilidad. 

Cada día que pasa sin que establezcas un plan de ahorro e inversión y lo pongas en marcha (a no ser que lo hagas justo antes del pinchazo de una burbuja), te acaba costando dinero, porque dejas menos tiempo al interés compuesto para desprender todos sus aromas. Ya sabéis que Warren Buffett se arrepiente de no haber empezado a invertir antes y lo hizo a los 11 años.

El otro gran impacto de procrastinar tus finanzas tampoco es manco: cuanto más tarde empieces a invertir, más edad tendrás y mayor necesidad de 'seguridad'. Es decir, tendrás que destinar mayor parte de tu cartera a los activos más conservadores, con lo que tus esperanzas de rentabilidad serán cada vez más limitadas. Es decir, que al interés compuesto no sólo le darás menos tiempo, sino menos "material" sobre el que trabajar. 

En su charla, Tim Urban dice que nuestro mono cerebral sólo reacciona cuando entra en escena un personaje al que tiene un pánico tremendo: el monstruo del pánico, lo llama. Aquí es cuando el mono sale pitando y deja el control al inversor racional que también llevamos dentro.

El problema con las inversiones es que a la hora de aparición del monstruo ya es demasiado tarde. No podemos hacer una labor de apaño, como con nuestros estudios o nuestras tareas en el trabajo, simplemente tenemos que renunciar a los objetivos vitales que nos habíamos planteado.

Y el problema aumenta sobre todo con la jubilación, que siempre aparece muuuuuuy lejana en el tiempo, pero que luego siempre llega.   Además, cuando el monstruo amenaza, no solemos hacerle mucho caso, porque pensamos que al final aparecerá una buena bolsa de complemento de pensión pública, como ha sucedido hasta ahora con nuestros padres y abuelos.

Igual alguien prefiere seguir jugándosela a esta opción, pero al menos que sea consciente que está poniendo el futuro de su retiro en manos de los políticos que ahora mismo no son capaces ni de llegar a un acuerdo para elegir presidente.

¿Qué podemos hacer? Me gustaría conocer aquí vuestras ideas. Sobre todo, de los que habéis conseguido mantener alejado del timón a nuestro simpático monito del vídeo. Yo, para empezar, creo que conviene reservarse cuanto antes 30 minutos para pensar. Aunque "no tengas tiempo", busca el hueco. Si los aprovechas y empiezas a tomar decisiones, dejarás de "perder" el dinero para tu jubilación que ahora te dejas en cada segundo que pasas procrastinando.

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