buenos días Lorena,
En primer lugar quería explicarte ambos tipos:
El interés fijo asegura tranquilidad y un desarrollo estable, sin sobresaltos. No importan los cambios que el mercado puede experimentar. Esto viene bien, con frecuencia, cuando se trata de conseguir una hipoteca segura, teniendo en cuenta que es una contratación a largo plazo.
El interés variable va cambiando de forma periódica, por lo general cada seis meses o cada año. Desde el inicio del préstamo se aplicará el indicador escogido para actualizar estos datos. Normalmente, la hipoteca de tipo variable toma como índice de referencia el euríbor, que es el indicador más empleado de España, pero no tiene por qué y podría emplear otro diferente.
Como consecuencia de ello, las hipotecas de tipo variable cuentan con un factor de imprevisibilidad manifiesto. Tú, el prestatario, asumes el riesgo derivado de ello. Si el tipo sube, tus cuotas hipotecarias subirán. Si el tipo baja, saldrás beneficiado.
Hipotecas de tipo fijo
Estas son las principales ventajas de las hipotecas de interés fijo.
Máxima estabilidad. Puedes conocer con antelación el importe de tu hipoteca. Las cuotas mensuales no variarán, por lo que todo es más previsible.
Blindaje económico. Los factores económicos externos no afectarán a tus pagos. Da igual cómo se desarrolle la economía nacional o internacional: pagarás siempre la misma cantidad. Si sube el euríbor o el índice de referencia empleado, no te influirá.
Sin embargo, los préstamos con interés fijo tienen también sus desventajas:
Cuotas altas. Los pagos e intereses suelen ser, sobre todo al principio, más altos que en las hipotecas de interés variable.
Hipotecas de tipo variable
En cuanto a las hipotecas de interés variable, estos son sus beneficios:
Intereses menores. Con los tipos actuales, los primeros años se suele pagar menos.
Larguísimo periodo de amortización. Es posible encontrar este tipo de hipotecas de tipo variable hasta a cuarenta años.
Por otra parte, los préstamos con interés variable muestran estos inconvenientes:
Inestabilidad constante. Como consecuencia de las variaciones del euríbor pueden encarecerse tus cuotas mensuales.
Interés fijo de inicio. El comienzo de la hipoteca suele tener un tipo fijo, normalmente durante unos doce meses.
Más gasto de hipoteca a largo plazo. Si eliges una hipoteca variable a muy largo plazo, lo más probable es que termines pagando más.
por tanto, yo siempre aconsejo una y otra en base al perfil prudente, planificador... del cliente y también del importe de la hipoteca, ya que por ejemplo, una hipoteca a tipo fijo de 300.000 euros saldrá una cuota muy elevada y sin embargo una por ejemplo de 90.000 euros a tipo variable, ante subidas de tipos, "teoricamente" te afecta menos el aumento de la cuota.
si quieres que comentemos esto, u otras cuestiones que te afecten a tu economía financiera estaré encantado de ayudarte.
te dejo mi tarjeta, un saludo.